El Gobierno británico cree que alcanzar un acuerdo de “brexit” con Bruselas es “esencialmente imposible”, tras una conversación este martes entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro, Boris Johnson.
Según reveló una fuente de Downing Street a medios locales, ambos líderes mantuvieron esta mañana una charla telefónica en la que departieron sobre los nuevos planes de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), remitidos por Johnson a Bruselas la pasada semana.
La fuente oficial dijo que durante esa llamada Merkel consideró que llegar a un consenso, en base a esas nuevas propuestas, es ahora “abrumadoramente improbable”.
También indicó, según los medios británicos, que será imposible llegar a un acuerdo a menos que Irlanda del Norte continúe dentro de la unión aduanera.
Desde el Partido Laborista -principal grupo opositor- consideraron que “esto es otro intento cínico de sabotear las negociaciones”.
Según afirmó en un tuit el responsable laborista para el “brexit” Keir Starmer, Johnson “jamás asumirá ninguna responsabilidad por su propio fracaso para sacar adelante un acuerdo creíble”.
“Ahora es más importante que nunca que el Parlamento se una, a fin de evitar que este gobierno temerario nos saque de la UE a finales de mes”, apuntó el político laborista.
Tras la citada conversación telefónica, la fuente oficial de Downing Street acusó a la UE de “querer torpedear el acuerdo del Viernes Santo”, el proceso de paz acordado en Irlanda del Norte, con su negativa a aceptar las propuestas del primer ministro.
Johnson ha insistido en que este país se desligará del bloque europeo el próximo día 31, con o sin pacto, pese a la legislación aprobada el pasado septiembre por el Parlamento, que obliga al jefe del Ejecutivo a escribir a la UE para solicitar una nueva prórroga del “brexit” si no se ha logrado un acuerdo para el día 19.
Londres entregó a Bruselas la pasada semana su nueva propuesta, basada en limitar ciertos aspectos de la salvaguarda, diseñada para evitar una frontera en Irlanda del Norte tras el “brexit”.
En virtud de esa cláusula, Irlanda del Norte permanecería en el mercado único y la unión aduanera comunitarias hasta que Londres y Bruselas lleguen a un acuerdo sobre su futura relación comercial.
Pero en el nuevo plan de Johnson, se propone que Irlanda del Norte abandone el mercado único europeo, aunque su regulación sobre comercio y mercancías, incluidos los productos agrícolas y alimentarios, continuaría alineada con la UE y, por tanto, con la República de Irlanda.