“Marlaska, dónde está la pasta”: Discreta protesta de Jusapol en Madrid lejos de la cumbre de la OTAN
Algo más de 200 miembros de la asociación de policías y guardias civiles Jusapol, venidos de diversas partes de España, se han concentrado esta mañana frente a una rotonda del barrio madrileño de La Piovera para reclamar la equiparación salarial con los cuerpos autonómicos, con apelaciones al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. El acto ha sido el principal de los anunciados por el colectivo con motivo de la cumbre de la OTAN, ocasión que quería aprovechar para “internacionalizar” el conflicto, con éxito relativo.
Aunque la asociación quería haberse manifestado más cerca del recinto de Ifema, donde se reúnen los mandatarios de la Alianza Atlántica, la Delegación del Gobierno los desplazó a 1,5 kilómetros del lugar, en una zona de amplias avenidas, propia de los ensanches madrileños, con tráfico fluido de vehículos, pero prácticamente desprovista de peatones que pudiesen interesarse por el conflicto salarial. Jusapol se ha desmarcado del resto de asociaciones policiales, que aparcaron las reclamaciones tras las últimas subidas acordadas por el Gobierno.
El acto se desarrolló pacíficamente y con la asistencia prevista, según Miguel Ángel Gómez, presidente de Jusapol, presente en el evento. Los agentes habían anunciado que pretendían sortear las restricciones impuestas estos días mediante concentraciones móviles de menos de 20 personas. A lo largo de la semana, sus cuentas en redes sociales han publicado vídeos en ese sentido, como al paso del coche del presidente de EEUU por una glorieta, o durante un breve intercambio con el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Las incursiones de esta mañana se han limitado a paseos en patinete eléctrico y moto compartida por las calles aledañas, portando estandartes de la asociación. La concentración en sí empezó a las 11.00 horas entre silbatos, cornetas, panderos y megafonía, con referencias a Grande-Marlaska al respecto de la percibida discriminación económica. “Responde, Marlaska, dónde está la pasta” y la variante “ministro Marlaska, suéltanos la pasta”, fueron las más repetidas.
Aunque a los actos de Jusapol acuden con regularidad políticos de las derechas más y menos extremas, Gómez insiste en que la asociación es “apolítica y apartidista”. En el acto de este jueves nadie portaba símbolos extremistas; lo más parecido a un distintivo político fue la figura del canario animado de la Warner Brothers, Piolín, que desde 2017 se viene asociando a la Policía porque su imagen venía estampada en el crucero que hospedó a los agentes desplazados a Catalunya con motivo del referéndum de independencia. Así, se veían varias camisetas que parecían asumir la denominación, con el personaje impreso enfadado y un mensaje acre: “Para insultarnos te sobra lengua, para ser como nosotros te faltan cojones”. En sentido opuesto, se oía reiteradamente desde un altavoz la siguiente aclaración: “No somos piolines, somos policías”. La referencia a los testículos se repitió en alguno de los cánticos de megafonía.
Como hacía buen día, la barra y la terraza de la cafetería situada justo detrás de los manifestantes se llenó en seguida. Muchos de los asistentes habían venido en autobús desde Asturias, Andalucía o la Comunitat Valenciana –algunos con las familias– y la reivindicación adquirió un tinte relativamente verbenero, petardos incluidos. Nada fuera de control, en todo caso, aunque pasado el mediodía hubo un cierto malentendido entre la decena de agentes del operativo que controlaban al grupo y los manifestantes que iban y venían con las motos, resuelta verbalmente a los pocos minutos. “Su trabajo está siendo exquisito”, dijo Gómez de los funcionarios de servicio. Aunque la concentración tenía permiso para extenderse hasta pasadas las 15.00 horas, el grupo fue adelgazando conforme se acercaba la hora de comer, y a las 13.45 horas el megáfono y los silbatos se habían apagado.
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