Milagros del Corral vuelve a la Biblioteca Nacional para presentar su novela

Milagros del Corral fue directora de la Biblioteca Nacional de 2007 a 2010, y hoy regresó a esta centenaria institución “como invitada” para presentar su primera novela, “Otoño en París”, una obra en la que refleja la excesiva burocracia y la inoperancia de las organizaciones internacionales.

Del Corral fue presentada por Ana Santos, la nueva directora de la institución, que conoce a fondo a la autora porque bajo su mandato fue responsable de actividades culturales de la BNE.

Por eso, porque trabajó con ella, sabe que en la protagonista de “Otoño en París”, publicada por Temas de Hoy, hay mucho de la antigua directora de la Biblioteca Nacional, “una persona inteligente, luchadora, amante de su trabajo, realizado con un profundo sentido ético y de servicio público; y una persona divertida y con ganas de disfrutar de la vida”.

Para Del Corral hoy era “muy emocionante” estar en el salón de actos de la Biblioteca Nacional para presentar la obra, después de haber dirigido esta institución durante tres años.

Un cargo del que dimitió al saber que el anterior Gobierno tenía intención de rebajar la categoría de la Biblioteca Nacional y reducirla a subdirección general, como le contó al periodista Antonio San José, con el que mantuvo un largo diálogo, centrado sobre todo en la novela.

“Me pareció una especie de desprestigio que un centro que había obtenido tan buenos resultados como la Biblioteca Nacional, se incluyera entre las 32 direcciones generales más inútiles del país (esas fueron las que vieron rebajadas su categoría), cuando hay como trescientas solo en la administración central”, decía Milagros del Corral, que no quiso “pasar a la historia como la que dejó que la biblioteca se degradara” y por eso dimitió.

Experta internacional en derechos de autor, industrias culturales y nuevas tecnologías, Milagros del Corral insistía hoy en que su primera novela no es del todo autobiográfica, pero cuantos la conocen saben que los dieciséis años que trabajó en la UNESCO, de 1990 a 2006, le han servido para ambientar su primera incursión en la ficción.

En esos años fue tomando notas sueltas de lo que veía a su alrededor sin saber si algún día le servirían para algo.

Empezó a darles forma en 2006, pero cuando fue nombrada directora de la Biblioteca Nacional, en septiembre de 2007, tuvo que dejar la ficción para encargarse de la difícil situación que había en esa institución tras el robo de varios documentos de gran valor. También, había que modernizarla y meterla de lleno en el siglo XXI.

Y hace unos dos años decidió ponerse a escribir y fue cuando comprobó “lo difícil” que es la ficción, comentaba esta autora de una cincuentena de artículos y publicaciones especializadas.

En el libro, Eva León, una joven diplomática española, se incorpora en París como directora de departamento de una organización de las Naciones Unidas, y pronto se da cuenta de que en ese organismo, como en los demás de la ONU, hay exceso de burocracia y sus empleados viven muy alejados del mundo real.

Pero, como le decía a San José, exdirector de los servicios informativos de CNN+, trabajar en esas organizaciones tiene ventajas y le permite a uno “ver el mundo globalmente” y no “con una vara de medir de ámbito nacional”.

La protagonista de la novela dirige el departamento de Lucha contra la Pobreza y se desespera “al ver que, con los medios que hay, se pueden hacer muchas más cosas de las que se hacen”, dijo Milagros del Corral.

“Podían hacerlo mucho mejor si, en lugar de intentar competir con las ONG, colaboraran con ellas. Hay un alejamiento cada vez más grande entre los directivos y la realidad de los países en los que tratan de actuar. Todo se les va en palabras”, señaló la exdirectora de la BNE.