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Pablo Iglesias apuesta por prohibir las puertas giratorias y crear una empresa pública energética para luchar contra la emergencia climática

La lucha contra emergencia climática que ha empujado a cientos de miles de jóvenes a manifestarse en todo el mundo bajo el liderazgo moral de la activista Greta Thunberg pasa por la acción directa de los Estados y los Gobiernos, que son los únicos que tienen la capacidad de poner límites “a las multinacionales”. Algo que no se podrá hacer sin abordar dos asuntos: la prohibición de las puertas giratorias entre los cargos públicos y los consejos de administración y la creación de una empresa energética pública que compita “con el oligopolio”. Esta es la receta inicial que ha expuesto Pablo Iglesias en un debate en el que ha participado este jueves con activistas ecologistas bajo el título “Emergencia climática y las luchas ambientales en España”.

Junto a Iglesias han compartido escenario con la activista ecologista Laura Laguna; el director de Greenpeace, Mario Rodríguez; y la expresidenta de Ecologistas en Acción, Yayo Herrero. El acto ha estado moderado por el candidato de Unidas Podemos y fundador de Equo, Juantxo López de Uralde. El secretario general de Podemos ha asegurado que “el Estado es el único que puede poner límites a las multinacionales”, tras sacar a colación un estudio que indica que solo 100 empresas son responsables del 70% de las emisiones mundiales.

“La gente corriente no puede hacer nada, pero sí los Estados y los Gobiernos”, ha sostenido Iglesias, quien ha recordado su pasado de activista antiglobalización y ha querido agradecer el papel de los jóvenes para llevar la cuestión climática “al centro político” y por convertirlo en un asunto hegemónico. ¿Y por qué ocurre esto? Para Pablo Iglesias la respuesta está en las puertas giratorias, una suerte de “corrupción legalizada” que impide la acción política para poner coto a las grandes eléctricas.

“Si estas empresas se compran exministros y expresidentes es imposible afrontar los desafíos del cambio climático”, ha defendido Iglesias. El líder de Unidas Podemos ha desgranado la lista de nombres de exdirigentes españoles de los partidos que han ocupado las instituciones desde la Transición y que han pasado por los consejos de administración de Endesa Iberdrola, Naturgy (Gas Natural), Abengoa o Enagas. Y lo ha contrapuesto a las actuaciones del Ayuntamiento de Barcelona, que ha sancionado a Endesa o ha lanzado una gran empresa energética municipal.

“Este es uno de los problemas para que no se afronte una transición energética”, ha dicho en referencia a las puertas giratorias. Iglesias también ha relacionado estas propuestas que Podemos recoge en sus programas electorales ya desde 2014, con el “bloqueo político” y las peticiones en público de grades empresarios, como Ana Botín, o de la CEOE contra la entrada de Unidas Podemos al Gobierno. “Nosotros sí nos atrevemos a hacer cosas necesarias para afrontar el cambio climático, que implica poner límites a las empresas y acabar con un mecanismo de corrupción legal, las puertas giratorias”, ha insistido.

“Vamos perdiendo”

Laura Laguna, que milita en el movimiento juvenil ecologista que se referencia en Greta Thunberg, ha apelado a continuar con “la desobediencia civil” para forzar los cambios legislativos que cree fundamentales para luchar contra la emergencia climática. “Nuestro futuro dista mucho del que habéis vivido la generación adulta”, ha lamentado ante unos contertulios mucho mayores que ella.

“Todo gira en torno a la fantasía del crecimiento económico”,  ha dicho, para relacionar la lucha ecologista con otra mayor, que busca modificar el sistema económico mundial o revertir medidas legales que atacan a los movimientos sociales, como la ley mordaza. “Vamos perdiendo”, ha zanjado Laguna.

En el mismo sentido se ha pronunciado el director de Greenpeace, Mario Rodríguez, quien ha acusado directamente al “Estado” con “reaccionar con la ley mordaza” ante el auge de las movilizaciones que reclaman cambios urgentes y efectivos. “No deja de ser preocupante que su derogación no esté en la agenda política. Una sociedad civil amordazada es síntoma de mala calidad democrática”, ha sostenido, para exigir después acción inmediata en las próximos Cortes Generales. “Queremos pocas cosas, pero que se hagan. Alguien tendrá que liderar”, ha dicho.

Yayo Herrero, por su parte, ha coincidido en que el problema es del sistema económico imperante. “Al modelo económico la vida de la gente le importa un carajo”, ha dicho, para denunciar una suerte de “capitalismo verde” que se fija solo en el asunto de las energías renovables “sin hablar de redistribución de la riqueza ni de dónde van a venir los recursos minerales para esa transición energética”.

Herrero ha defendido también el movimiento juvenil mundial: “No se va a hacer sin presión desde la calle”.