Pacma mira de forma halagüeña a los últimos sondeos. El Partido Animalista Contra el Maltrato Animal es la primera formación política en número de votos sin representación parlamentaria y puede dejar de serlo en apenas unas semanas según algunos sondeos, en un contexto en que los toros y la caza se han puesto en el centro del debate y después de que en las elecciones andaluzas se quedaran a 4.157 votos de obtener escaño.
Por ejemplo, el 'tracking' de IMOP Insights para El Confidencial le da un diputado tras las generales. Según este sondeo, su único diputado podría proceder de Barcelona, “circunscripción en la que superaría de manera muy ajustada el 3% necesario para acceder al reparto de escaños”. Ellos están convencidos de que, si no es en estos comicios, será en los europeos (que son de circunscripción única) donde conseguirán entre uno y dos escaños y seguirán la estela de sus homólogos en países como Portugal, Holanda y Alemania. “Analizamos el periodo electoral que ha empezado ahora y que finalizará el 26 de mayo como la primera oportunidad de Pacma para conseguir representación en los distintos comicios”, explica su presidenta Silvia Barquero.
La formación animalista, que se creó en 2003, se presentó por primera vez a unas elecciones al Congreso de los Diputados en 2008. Desde entonces ha multiplicado sus resultados convocatoria a convocatoria, presentándose por todas las circunscripciones. Obtuvo 44.795 votos en 2008; 102.144 en 2011; 220.369 en 2015; y 284.846 en 2016. Por el sistema electoral español y sus circunscripciones no obtuvo representación parlamentaria pese a sacar 3,6 veces más votos que Coalición Canaria, que consiguió uno; 100.000 papeletas más que EH Bildu, que consiguió dos; o 1.367 menos que el PNV, que obtuvo cinco. Con circunscripción única habría obtenido cuatro representantes.
En el Senado la métrica se repite. Allí se presentaron por primera vez en 2004. Consiguieron casi 65.000 votos. En 2008 llegaron a los 132.000; en 2011 alcanzaron los 375.483; en 2015 superaron el millón. En las últimas generales, en 2016, consiguieron 1.212.871. Este año vuelven a presentarse en todas las circunscripciones para las generales, donde esperan que Laura Duarte, número 1 por Madrid y su candidata a la presidencia del Gobierno, consiga escaño. También se presentan en todas las comunidades autónomas y en 23 municipios, además de concurrir a las europeas, donde Barquero es cabeza de lista.
La estrategia de algunos partidos de situar en el centro del debate los toros y la caza podría dar a Pacma un nuevo impulso. Vox ha anunciado este martes la incorporación del torero Serafín Marín como número 3 en su lista por Barcelona y el Partido Popular lleva a Miguel Abellán por Madrid y a Salvador Vega por Málaga. “Nuestro crecimiento electoral no pasa inadvertido y quizás por eso Vox está enarbolando esa bandera, con el PP picando en el anzuelo”, asegura Barquero. “Los únicos que hemos presentado en el Congreso una propuesta legal a través de la comisión de peticiones para prohibir la tauromaquia hemos sido nosotros”, explica. Y recuerda también que su formación ha conseguido paralizar la caza en Castilla y León con un recurso judicial. “De ahí que se organizara una manifestación de cazadores en la que, bajo el sayo del mundo rural, vinieron a Madrid y en la pancarta de cabecera del colectivo de cazadores, donde no había agricultores ni ganaderos, estaban todos los partidos políticos. Entonces, ¿contra quién se manifiestan? Una vez más, la respuesta es Pacma”, asegura. “Nos hemos convertido en un revulsivo político sin entrar en las instituciones”, cree su presidenta.
“Bolsas de votos concretas”
“En el pasado hemos visto que siempre que hay un crecimiento del miedo a la ultraderecha, sea en defensa de los derechos animales o humanos, hay un incremento del voto compensatorio”, explica la codirectora del Centro de Ética Animal de la Universidad Pompeu Fabra, Nùria Almirón. La experta señala, sin embargo, que ese discurso, que han capitalizado Vox y el PP, también les hace “crecer en bolsas de votos concretas”. “Pero no sé hasta qué punto les hace decrecer en otras, que sin ser pro toros y pro caza, tampoco son animalistas”, señala.
El informe 'The Green Revolution', publicado en 2017, muestra que un 0,2% de los residentes en España, mayores de 18 años, son veganos; un 1,3% vegetarianos; y un 6,3%, flexitarianos. Según el estudio, elaborado por la consultora Lantern, el 57% lo eran son por motivos éticos y animalistas.
Para el profesor de la Universidad Oberta de Catalunya y director de la Cátedra UNESCO de Alimentación, Cultura y Desarrollo, Xavier Medina, este movimiento es, por primera vez, principalmente ético y con una derivación política. “En otros momentos, la parte de la salud tenía una motivación mucho más importante, pero ahora la ética y la política tienen un papel preponderante”, explica. “Creemos que hay una clarísima evolución moral en las ideas y en la consideración ética que nos merece el resto de vida del planeta. Es evidente que cada vez es visto como más razonable entender que causar daño está mal, pero que hacerlo por causas innecesarias es todavía más grave”, apunta Almirón. Para ella, sin embargo, “esta creciente concienciación moral no conlleva un cambio de hábitos en paralelo igual de importante”.
“No está en primera línea en muchos de los programas, pero algunos de los partidos sí van recogiendo determinadas cosas”, indica Medina. Por ejemplo, el pasado mes de abril el PSOE registró una proposición no de ley para prohibir el uso de animales salvajes en los circos. En diciembre, el Congreso comenzó a tramitar un proyecto de ley presentado por el PP a partir de una proposición no de ley de Ciudadanos, con los votos a favor de todos los grupos, para que los animales dejaran de ser considerados objetos y pasaran a ser seres vivos con sensibilidad. Precisamente, en el Eurobarómetro Especial lanzado a finales de 2015 por la Comisión Europea se reflejaba que el 94% de los europeos consideraba muy o bastante importante proteger el bienestar de los animales de granja. El 45% de los españoles encuestados afirmaba que, en general, el bienestar de los animales de granja debería estar mejor protegido de lo que lo estaba “en gran medida” y el 39%, que “probablemente” debería estarlo.
Pero para Pacma, los partidos no se mojan. “Yo me reúno con todos los partidos políticos y les llevo nuestras propuestas en favor de los animales”, explica Barquero. “Lo primero que hacen es recibirte con una sonrisa y decirte: 'madre mía, la cantidad de votos que tenéis'. Lo que hace falta es que se mojen de verdad”.
De cara a las elecciones de 2016, Unidos Podemos propuso a la formación animalista concurrir juntos a los comicios. Para los de Barquero, prohibir las corridas era una condición indispensable, por lo que se negaron. El pasado mes de septiembre, la formación morada abrió la puerta a la celebración de un referendo. Por su parte, el Gobierno ha señalado que no va a tocar los toros ni la caza tras unas palabras de la ministra Teresa Ribera, que se declaró personalmente contraria a las corridas. De hecho, se ha continuado con las subvenciones de 64.231 y 30.000 euros para el Congreso Internacional de Tauromaquia y el Premio Nacional de Tauromaquia, respectivamente. El PP y Vox apoyan claramente las corridas. Ciudadanos ha propuesto medidas de bienestar animal como endurecer las penas por maltrato, aunque Rivera se ha mostrado contrario a hacer un referéndum sobre la tauromaquia.
El programa de Pacma se divide en tres grandes bloques: animales, medioambiente y justicia social. En ellos se apuesta por las energías renovables, la descarbonización del sector energético, el impulso al i+d+i o un turismo respetuoso, ecológico y cultural. Pero también “dentro de la idea de una sociedad más justa e igualitaria para todos, consideramos fundamental una renta básica y, a partir de ahí, trabajar por el pleno empleo, pero sin dejar a nadie fuera” porque “nuestra bandera es la defensa de los derechos de los animales, pero no olvidamos que estamos en un país que necesita justicia para todas las personas que lo habitamos”, explica Barquero.
La primera crisis interna
Estas propuestas hacen crecer al partido en todos los comicios, pero también en afiliados. Actualmente cuenta con 5.100. En 2013, eran 953, y el partido pagaba 1136,82 euros de gastos de personal, según los datos que facilita al Tribunal de Cuentas. En 2017 estaban contratadas nueve personas que cobraban, en total, 209.346 euros brutos e ingresaban 324.642 euros de los 3.938 afiliados que tenían entonces. Ese mismo año, Pacma vivió una crisis interna cuando una afiliada y candidata por Navarra, Yasmina Larumbe, presentó una demanda en la que acusaba a la Junta Directiva de manipular el voto delegado en las asambleas, no entregar documentación y contravenir su derecho a presentar ponencias congresuales, así como de expulsar y cesar a otras personas de forma arbitraria y en base a favoritismos, subirse el sueldo o atribuirse funciones sin consultarlo con nadie. La sentencia, que Larumbe ha recurrido, solo le da la razón al declarar la nulidad parcial de la asamblea general ordinaria celebrada el 5 de marzo de 2017, en la que presentó trece propuestas, que se votaron como una sola, y que ordena “someter nuevamente a debate y votación, haciéndose constar expresamente en el orden del día”, pero no hace referencia a ninguna otra irregularidad.
Una nueva votación que, según Barquero, se realizó en la última asamblea. “Esto responde a la obcecación de una persona concreta, que es la que interpuso esta demanda, pero en nuestras asambleas todo se ha dirimido con total transparencia”, recalca. Sobre su sueldo, es tajante: “Yo soy la persona que más cobra, que son 23.000 euros brutos, y la persona que menos cobra son 20.000. Son sueldos ajustados, que consideramos de batalla. Estamos aquí por una causa que está por encima de nosotros”.
“Vivimos nuestro mejor momento”, insiste Barquero, aunque “corremos el riesgo de que el Congreso de los Diputados parezca el burladero de una plaza de toros”. Que Pacma entre en el Congreso, aunque sea con un diputado, podría cambiar, según los expertos consultados, la agenda política. “Aunque solo fuera un diputado pondría énfasis en estos temas”, señala Almirón.