“El PSOE tiene que trabajar codo con codo con Podemos”. Esas palabras de Pedro Sánchez formaron parte de la entrevista en Salvados (La Sexta) al día siguiente de renunciar a su acta de diputado para evitar la investidura de Mariano Rajoy. Unas declaraciones que convulsionaron al PSOE, incluidos a quienes habían formado parte de su equipo más cercano. El descabalgado secretario general empezó entonces su nueva etapa que acabó con la reconquista del mando en Ferraz. Pero el acercamiento a los del Pablo Iglesias nunca llegó a ser una realidad.
El “giro a la izquierda” acompañó a Sánchez en su campaña durante el 39º Congreso del PSOE, en el que el vencedor de las primarias se comprometió a “trabajar para buscar una mayoría parlamentaria alternativa al PP”. En ese momento Sánchez ya había asumido que no le daban los números para llegar a La Moncloa. De ahí surgió su propuesta de crear una “mesa de coordinación permanente” con el grupo que lidera Pablo Iglesias, que encontró el visto bueno de Unidos Podemos.
El acuerdo se fraguó en julio de 2017, con el escollo de Catalunya reconocido por ambos desde el primer momento. Esa mesa de coordinación nunca se ha reunido. Y los desencuentros entre ambos grupos han ido en aumento.
La contraprogramación de la brecha salarial
El último encontronazo se ha producido por las iniciativas de ambos grupos contra la brecha salarial que sufren las mujeres en España. Unidos Podemos se ha revuelto contra los socialistas y les ha acusado de “calcar” su proposición de ley. El grupo confederal registró su propuesta el pasado mes de octubre y la Mesa del Congreso le dio el visto bueno para su tramitación en diciembre, cuando se cumplió el plazo que tiene el Gobierno para vetar las propuestas que pueden afectar a los Presupuestos Generales.
En su comparecencia, Montero conminaba al PSOE a “trabajar” juntos para sacar adelante las medidas que recogen ambas propuestas y les ha emplazado a “no competir en todo” con el grupo confederal. “No era necesario que lo registrara hoy, justo cuando viene a Pleno la nuestra”, lamentaba la portavoz de Unidis Podemos.
La dirección del PSOE niega haber ido a rebufo de Unidos Podemos e insiste en que la suya es una iniciativa “muy trabajada” durante mucho tiempo con múltiples expertas. Sánchez anunció el 6 de febrero su intención de llevar al Congreso esa proposición de ley, que en principio iba a presentar el 22 de febrero –que es el Día de la Igualdad Salarial–. El martes siguiente, Unidos Podemos aprovechó el cupo que le tocaba esa semana para la defensa de proposiciones de ley para llevar al Pleno la relativa a la igualdad salarial. En un tuit, Sánchez anunció que el PSOE aprobaría su propuesta el lunes en la reunión de la Ejecutiva. Los socialistas la han registrado este martes, coincidiendo con el debate parlamentario de la admisión a trámite de la propuesta de Unidos Podemos y Sánchez dedicará el jueves 22 a su defensa en un acto con mujeres.
“Normalidad parlamentaria” para el PSOE
Fuentes socialistas enmarcan dentro de la “normalidad parlamentaria” que dos organizaciones que tienen “sensibilidad social similar” planteen iniciativas parecidas. Así, ponen como ejemplo la iniciativa para derogar el plazo máximo de instrucción de las causas judiciales que el PSOE presentó en julio de 2016 y Unidos Podemos en marzo del año siguiente; la proposición de ley sobre la supresión de tasas judiciales (a la que Unidos Podemos llegó un mes después que los socialistas) o una modificación similar del Código Penal, que los de Iglesias presentaron un mes más tarde que el PSOE.
“¿Cómo no va a haber iniciativas similares si Unidos Podemos lleva toda la legislatura apoyando mociones del PSOE sobre brecha salarial?”, se preguntan esas fuentes del PSOE.
Riesgos para la tramitación parlamentaria
En Unidos Podemos-En Comú-En Marea preocupa que la existencia de dos proposiciones para una misma ley suponga un problema en la tramitación parlamentaria. Fuentes del grupo confederal recuerdan que el Reglamento del Congreso no recoge una circunstancia así y no establece un sistema para fusionar dos textos que se tramitan en paralelo.
La portavoz socialista, Margarita Robles, ha asegurado que el PSOE va a tratar de darle “la mayor celeridad en la tramitación parlamentaria” y ha restado importancia a la coincidencia de ambas iniciativas: “Hay precedentes en el Congreso de proposiciones de ley con objeto parecido y luego hay fórmulas parlamentarias como puede ser una ponencia conjunta y la estudiaremos”. Robles ha enfatizado que buscarán la manera de “hacer un trabajo conjunto no solo con Unidos Podemos, que ha presentado esta ley, sino con el conjunto de las fuerzas parlamentarias”.
No es el único caso similar que se está viviendo en la Cámara, que también tramita sendas proposiciones de ley para reformar la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza. En este caso hay un acuerdo entre los grupos para enmendar ambos textos y, llegado el momento de redactar una ponencia, intentar fusionarlos junto con las respectivas enmiendas.
Un galimatías jurídico en el que, temen fuentes de la dirección del grupo confederal, se cuelen elementos contrarios al espíritu de las reformas que se promueven. Tanto contra la ley mordaza como en el caso de la igualdad retributiva. En la dirección de Unidos Podemos, por último, advierten de la posibilidad de que PSOE, PP y Ciudadanos se conjuren en la Mesa del Congreso para favorecer la tramitación de la proposición del PSOE.
Algunos socialistas creen que el PSOE está fallando “en la iniciativa política” y el liderazgo en determinados asuntos socialistas. El diputado por Córdoba Antonio Hurtado ha reprochado, en concreto, a la dirección de grupo que Unidos Podemos les haya adelantado en la iniciativa para asegurar los derechos y libertades de las personas LGTBI. “Hemos perdido iniciativa y liderazgo social en un tema en el que éramos punteros. Las asociaciones LGTBI están desconcertadas con el nuevo PSOE”, agrega una parlamentaria alejada de Sánchez.
Sin fecha para hablar de la reforma electoral
En el aire sigue una reunión entre Unidos Podemos y PSOE para abordar la propuesta de los primeros para reformar lo antes posible la ley electoral hacia un sistema más proporcional que pueda ser utilizado ya en el próximo ciclo electoral 2019-2020. Los socialistas han criticado tanto a Iglesias como a Albert Rivera por ese entendimiento y les acusa de estar con “la calculadora” pensando en el “reparto de escaños” que más les “beneficia”.
En los últimos días, unos y otros se han cruzado declaraciones en los medios de comunicación. Según desveló Pablo Iglesias, él mismo había escrito a Pedro Sánchez para organizar una reunión inminente. Un intercambio de mensajes del que la portavoz socialista en el Congreso, Margarita Robles, dice no tener noticias. Su homóloga de Unidos Podemos, Irene Montero, aseguraba ante los periodistas que el PSOE “no se quiere reunir” para abordar esta cuestión. Desde la bancada socialista aseguran que están dispuestos a hacerlo pero señalan que el espacio para el debate es la subcomisión creada al efecto.
De hecho, el PSOE ha enfriado las expectativas de Unidos Podemos y Ciudadanos sobre una posible reforma electoral esta legislatura.
Los problemas entre PSOE y Unidos Podemos no son nuevos. El anuncio de Pablo Iglesias de una moción de censura contra Mariano Rajoy cogió a los socialistas en plena campaña de primarias y sin un líder. El debate de la moción en sí se produjo con Pedro Sánchez recién aterrizado de nuevo en la Secretaría General, pero con un grupo parlamentario todavía sin estructurar. Su posición la defendió José Luis Ábalos como portavoz interino.
La moción de censura, destinada a no recabar los apoyos necesarios, fue entendida en el PSOE como una maniobra para debilitarles en un momento en el que estaban descabezados.
A pesar del mal arranque entre la nueva dirección del PSOE y Unidos Podemos, ambos grupos pusieron en marcha ese mismo verano la mesa de coordinación. En apenas un día se produjeron los primeros roces. Unidos Podemos presentó por su cuenta una propuesta sobre la remuneración de los becarios que se había tratado en ese primera reunión entre grupos que lideraron Sánchez e Iglesias.Mientras, el PSOE llevó una iniciativa para investigar el accidente mortal del Alvia en la entrada de Santiago de Compostela cuando el grupo confederal tenía la suya propia.
Al principio, la justificación de la distancia entre ambas formaciones era las diferencias ante el conflicto independentista en Catalunya. Sin embargo, meses más tarde de que el PSOE señalase a Unidos Podemos como su “socio preferente” renegó de la necesidad de “formar un espacio de relación” que el propio Sánchez había impulsado.