Pedro Sánchez supera otro Comité Federal que, desde el viernes por la noche, se preveía tenso tras la falta de acuerdo con las federaciones más críticas para fijar la fecha al 39º Congreso ordinario, en el que el PSOE ratificará su liderazgo o elegirá un nuevo secretario general. Además de aceptar in extremis una propuesta intermedia entre las preferencias de la dirección y de los principales barones, el líder del partido ha conseguido dar un golpe de efecto al anunciar que consultará a los militantes cualquier pacto que alcance para llegar a la Moncloa. La maniobra deja en fuera de juego a los líderes regionales en el control de la posible alianza, que no está exenta de polémica, y ha permitido disipar el enfrentamiento interno por el liderazgo.
El anuncio no ha sentado del todo bien a los líderes autonómicos, que se han enterado del movimiento en el momento en el que el secretario general lo ha anunciado públicamente, según han confesado varios de ellos. El gesto no les ha gustado y menos cuando han pasado uno por uno por el despacho de Sánchez en Ferraz a lo largo de esta semana. En líneas generales no han mostrado desacuerdo por la celebración de ese referéndum y han recordado que así lo hicieron los socialdemócratas alemanes en otras ocasiones, pero destacados dirigentes han lanzado advertencias a la dirección.
Susana Díaz ha exigido transparencia en los términos del acuerdo. Así, ha defendido que se celebre esa consulta extraordinaria pero ha avisado a Ferraz de que tendrá que dejar claras las condiciones para un hipotético Gobierno de coalición y también los apoyos que sustentarán su Consejo de Ministros. La presidenta andaluza sostiene que Sánchez debe ir “con la verdad por delante de lo que se negocia y con quién se negocia” para que los militantes que voten conozcan “el contenido, la letra y la música”.
El presidente de Aragón, Javier Lambán, que ha ironizado a puerta cerrada con que se someta el pacto al visto bueno de “los círculos” del PSOE -en referencia a los grupos en que se reparte Podemos-, ha pedido a Sánchez que la posible alianza pase antes por el Comité Federal que por la consulta a los militantes. Así, ha instado al candidato socialista a que “recupere” las tradiciones del partido: “Ni más ni menos que venir al Comite Federal, debatir con los compañeros, obtener respaldos o rechazos [del Comité Federal] y después hacer todas las consultas que sean necesarias a los militantes”, ha dicho Lambán durante la reunión.
Pocos datos de la consulta
Pero esa no es la idea que tiene Sánchez, que pretende hacer justo lo contrario: preguntar primero a los militantes y después someter ese pacto al Comité Federal, órgano al que corresponde “determinar la política de alianzas” del partido. En la dirección están convencidos de que los militantes avalarán cualquier propuesta de cambio y que nadie se atreverá a tumbar lo que decidan las bases en un Comité Federal.
La dirección despeja pocas incógnitas sobre el referéndum, que es excepcional ya que no se ha producido nunca y que no está siquiera recogido en los estatutos. Fuentes oficiales se han limitado a decir los cerca de 190.000 militantes votarán tendrán que responder sí o no a “una pregunta sobre el hipotético acuerdo que se alcance”. Ferraz desconoce qué plazos establecerá para que los afiliados se pronuncien pero dice que serán “extraordinarios”. Esas mismas fuentes reconocen que se someterá a ratificación de la militancia el “acuerdo de políticas” y no saben contestar por el momento si se introducirá la pregunta sobre la aceptación de un posible gobierno en coalición.
El presidente asturiano, Javier Fernández, ha sido uno de los más escépticos sobre la consulta, pero no por ella en sí misma sino por la posibilidad de que llegue realmente a celebrarse. Según fuentes presentes en su intervención a puerta cerrada, Fernández está más convencido de que se repetirán los comicios que de que Sánchez logre una mayoría parlamentaria para ser investido: “Veremos cuáles son las propuestas, si la dirección nos plantea una propuesta, pero tengo que pensar que va a haber unas próximas elecciones”, ha admitido.
En esa tesis está buena parte del PSOE. “La aritmética no suma para un pacto de izquierdas”, ha reiterado Eduardo Madina en su intervención. Las calculadoras no han parado de funcionar desde el 20D para ver qué conglomerados parlamentarios pueden darse para que los socialistas puedan gobernar. A PSOE, Podemos e IU deben sumarse con el voto favorable o la abstención otros grupos. Es ahí donde radica el principal escollo para Sánchez.
Sin independentistas...
Destacados dirigentes han mostrado su absoluto rechazo a que el líder socialista se favorezca del sentido del voto de ERC o Democracia y Libertad para llegar a Moncloa. “No admitiría el voto de los separatistas”, ha expresado Susana Díaz. “Descartamos un acuerdo por activa por pasiva o ausencia de diputados independentistas de Cataluña”, ha expresado el aragonés Javier Lambán. “En Extremadura nos matan”, ha dicho Guillermo Fernández Vara. En esa tesis está también Javier Fernández, entre otros, pero en Ferraz sostienen que no pueden hacer nada por evitar que se abstengan, que voten 'sí' o que no se presenten en el Congreso el día de la investidura.
La alternativa que quieren los principales barones y también la dirección de Sánchez es lograr el apoyo de Ciudadanos. Así lo ha pedido la presidenta andaluza, que gobierna con el apoyo de los de Albert Rivera, y también Lambán, que cree que la mejor opción es que Sánchez se apoye en Podemos, IU, Ciudadanos y que intente sumar a PNV. Los posicionamientos de unos y otros han hecho en las últimas semanas que ese escenario sea complicado. Pero en el PSOE no lo dan por imposible: “En cuanto Ciudadanos vea las elecciones ahí, con lo que dicen las encuestas, se le ocurrirán otras soluciones”, comentaba a los periodistas un dirigente catalán.
... Y cuidado con Podemos
Podemos se ha llevado duros ataques de los socialistas, especialmente de Díaz y su homólogo asturiano. “Ha tenido el descaro y el desahogo de llevar una semana insultando al presidente que nos llevó a la modernidad”, ha dicho la presidenta andaluza sobre Pablo Iglesias. Díaz ha afeado a la dirección que no exigiera “respeto” hacia los militantes y dirigentes del PSOE pero también hacia Felipe González. Esa intervención ha sido muy aplaudida, según confirman varios miembros del Comité Federal.
El líder asturiano, que mantiene una tensa relación en su comunidad con los representantes de Podemos, ha acusado a Iglesias de ser un “prepotente” y actuar como un “perdonavidas” además de querer generar un “motín” de la militancia del PSOE contra sus dirigentes.
También Fernández Vara ha mostrado dudas sobre pactar con Podemos: “No está defendiendo un gobierno en coalición, está defendiendo una coalición de gobiernos”. Además, ha advertido de que serán “responsables” de lo que hagan tanto los socialistas como los de Podemos. “¿Qué es lo que quieren ellos? ¿Interior? ¿El CNI? ¿Defensa? ¿Economía? ¿La televisión pública? ¿Sabéis para qué?- ha preguntado-. Ahí es donde está nuestra gran diferencia: no son un partido de gobierno, son un partido de poder”.
¿Primarias o Congreso?
El principal punto del orden del día era la convocatoria del Congreso en el que se disipará el futuro liderazgo del PSOE. El acuerdo entre la dirección y las federaciones más distantes se ha alcanzado in extremis después de que el viernes por la noche César Luena recibiera el 'no ' a posponer el cónclave hasta mediados de junio. Tras una reunión imprevista de algunos secretarios de Organización con Luena y Rodolfo Ares, la propuesta de la Ejecutiva se ha modificado: será el 8 de mayo cuando los afiliados voten al secretario general y a finales de mayo cuando se ratifique al ganador. Algunas fuentes sostienen que a la dirección no le daban los números para sacar adelante una votación en el Comité Federal y que prefirió ceder. A esa victoria de las federaciones 'díscolas' se impuso Ferraz con la consulta a la militancia para los posibles pactos.
La principal discrepancia entre Ferraz y el sector crítico es que la dirección quiere que, en el caso de repetirse las elecciones, se celebren primarias para elegir al candidato. Por el contrario, las federaciones críticas -Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana o Aragón- quieren que se celebre un Congreso para acudir a las urnas con “algo nuevo que ofrecer”, con un “proyecto renovado”. Además, algunas fuentes sostienen que Díaz -a quien miran como posible sucesora de Sánchez- no querría presentarse a unas primarias, ser candidata y que se produjera un periodo de “bicefalia”.
Por el momento, el debate está zanjado, pero Ferraz sigue manteniendo la puerta abierta a modificar la fecha del Congreso en el caso de que caiga antes de las elecciones. “La prioridad sería celebrar primarias”, dicen fuentes oficiales. Los críticos consideran que las primarias para elegir al candidato a la Moncloa tendrían unos plazos más alargados y, si los tiempos cuadran, pelearán por que el liderazgo se dirima antes de que el PSOE tenga que acudir de nuevo a las urnas tras el peor resultado de su historia, como le ha recordado Díaz a Sanchez este sábado: “El 20 de diciembre el PSOE no hizo historia, sacó su peor resultado”.