Los militantes del PSOE solo votarán un posible nuevo acuerdo para que Pedro Sánchez llegue al Gobierno en el caso de que tenga “cambios sustanciales” respecto al pacto con Ciudadanos, que secundaron en una consulta en la que participó el 52% de los afiliados, que respaldaron el documento con un 80% de los votos. “Si hay cambios sustanciales en el acuerdo con Ciudadanos, se volverá a someter a este Comité Federal y a una consulta con la militancia”, ha dicho Sánchez.
El líder del PSOE ya anunció que consultaría de nuevo a las bases, pero este sábado ha matizado que lo hará en el caso de que el hipotético nuevo texto incluya novedades relevantes. En Ferraz, no obstante, ven complicados los plazos para que se pueda preguntar a los militantes dado que quedan apenas tres semanas para articular una mayoría que permita sacar adelante la investidura de Sánchez, pero creen que será una manera de presionar para que el hipotético pacto no se alcance in extremis.
El secretario general del PSOE ha asegurado que cederá en sus posiciones durante la negociación a tres que se espera abrir oficialmente la próxima semana y ha pedido a Podemos y Ciudadanos que también lo hagan. No obstante, no ha expresado en qué pretende flexibilizar su postura para hacer posible un acuerdo “transversal” que incluya a las dos formaciones “del cambio”.
“En esa negociación a tres que vamos a comenzar, el PSOE va sin líneas rojas pero con firmes convicciones -ha explicado ante los miembros del Comité Federal-. Estamos dispuestos a ceder y pediremos a las fuerzas políticas que cedan para que gane el cambio”.
En su intervención a puerta cerrada, el secretario general ha dicho que está “cómodo” con el acuerdo con Ciudadanos y que considera que es “coherente” con los valores del Partido Socialista. Además, ha especificado que están dispuestos a “enriquecerlo” en cuestiones que tengan que ver con la “fiscalidad, la emergencia social o la reforma laboral”.
Lo que ha dejado claro es que el PSOE renuncia tanto a las posiciones del PP como al referéndum en Cataluña que plantean Podemos y las confluencias como solución a la crisis territorial. Así, se ha referido a los “nuevos y viejos partidos que han identificado el progresismo con un mal llamado derecho a decidir”. La posibilidad de incluir un referéndum en cualquier negociación para gobernar es la línea roja que impusieron los barones al secretario general.
Antes de que comenzara la reunión, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, había expresado que en las negociaciones no se puede “traficar” con los valores que defienden los socialistas. También Susana Díaz ha recordado que cualquier acuerdo no debe salirse de la resolución que fijó el Comité Federal el 28 de diciembre, que establecía la prohibición de negociar sobre el referéndum en Cataluña y conseguir el apoyo de los independentistas, así como del acuerdo firmado con Ciudadanos, aunque ha reconocido que hay aspectos que no comparte, como la eliminación de las diputaciones.
En general, en el PSOE son escépticos respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo, pese a que arranquen las negociaciones a tres. El que más claro lo ha dejado ha sido el presidente aragonés, Javier Lambán, que ha reconocido que ahora “es menos optimista que hace diez días”. A puerta cerrada, ha dicho que el Gobierno, además, no puede ser parlamentario sino ejecutivo, en relación a la oferta que hace Sánchez a Podemos y a Ciudadanos de que todo lo que no se pueda acordar pase por el Congreso para que se puedan articular las mayorías necesarias para sacarlo adelante.
Sobre lo que Sánchez no ha hecho ninguna alusión en su discurso -en el que ha enumerado las fechas relevantes que ha ido superando desde el 20D- ha sido el motivo por el que Ferraz ha convocado este Comité Federal (el cuarto en tres meses): el aplazamiento del Congreso en el que se decidirá el liderazgo del partido. La decisión se ha aprobado por unanimidad.
Los socialistas coinciden mayoritariamente en que era necesario aplazarlo dado que los plazos se coincidían con los tiempos aún abiertos para que Sánchez intente llegar a Moncloa. Con el calendario aprobado en enero, los aspirantes debían dar un paso al frente antes de saber si Sánchez es presidente. Susana Díaz mostró a dirigentes de su entorno su intención de dar la batalla, aunque nunca lo ha reconocido públicamente, pero algunos de los barones más próximos a la presidenta también coincidieron en que no se podía celebrar un enfrentamiento de esas características antes de saber qué pasará con el Gobierno así como antes de que repitieran las elecciones.
La razón que esgrime la dirección del PSOE es que se debe retrasar hasta que haya un Gobierno, es decir, en principio sine die. En el sector más crítico con Sánchez hay algunos dirigentes que apostaban por establecer una fecha, pero nadie lo ha planteado.
Susana Díaz pide unidad
“Siempre respaldo lo que decide el Comité Federal. Siempre acierta porque lo hace pensando en el país y en el partido”, se ha limitado a decir Susana Díaz a su llegada a Ferraz. En sus declaraciones ha recordado que el calendario que hoy se suspende fue aprobado de manera “unánime” en una reunión anterior de ese órgano interno.
Fueron los barones más críticos con Sánchez los que forzaron adelantar la fecha respecto a la que inicialmente planteó la dirección, que no quería celebrar la disputado por el liderazgo hasta el mes de junio, pero las federaciones más críticas querían dar la oportunidad de presentar a las hipotéticas nuevas elecciones un “proyecto renovado”, es decir, a otro candidato. Pero los planes han cambiado: Sánchez será el candidato al 26-J si no logra alcanzar un acuerdo y será después de esos comicios cuando se muevan las fichas en función de los resultados.
Por el momento, la presidenta andaluza ha aprovechado su intervención a puerta cerrada para pedir a Sánchez que trabaje por conseguir unidad en el PSOE tras meses de tensión. Ha relatado cómo logró articular un proyecto unido tras las disputas internas en el socialismo andaluz. “Cuando me sometía primarias en Andalucía, lo primero que hice fue pedirle a mi compañero Francisco Reyes que me ayudara si queríamos que el PSOE volviese a ser el PSOE que ganara elecciones con ese proyecto que la gente pensaba que era suyo. El PSOE estaba un poquito mal. Hoy es mi compañero y mi amigo. Hoy el partido está unido”, ha expresado a puerta cerrada, según fuentes socialistas.
“Lo mismo pensé con mi compañero Antonio Gutiérrez Limones cuando me presenté en Sevilla”, ha continuado. El ahora diputado por Sevilla se enfrentó a la actual presidenta. “En momentos difíciles ha habido ocho hombres y mujeres que me han ayudado a que los socialistas andaluces no perdiéramos la autoestima”, ha expresado en referencia a los secretarios provinciales del PSOE-A. Así, ha pedido que se “extrapole” al resto del partido ese ese esfuerzo por trabajar juntos: “Ser diferente te obliga a sumar y a ganar no poniendo en evidencia lo peor del adversario”, ha pedido Díaz.