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Pedro Sánchez sigue colocando a sus afines en la Diputación Permanente del Congreso

Pedro Sánchez continúa los cambios en el grupo parlamentario. A los movimientos de 'susanistas' en contadas comisiones del Congreso, el PSOE promoverá el tercer cambio en los miembros de la Diputación Permanente en lo que va de legislatura. La “purguita”, como la llamó José Luis Ábalos, número tres del partido, sigue en la bancada socialista: Sánchez relevará a algunos de sus críticos del órgano que pilota la actividad parlamentaria en periodos inhábiles y designará a sus afines. 

Fuentes de la dirección parlamentaria explican que registrarán de forma inminente los cambios en la Diputación Permanente, donde el PSOE tiene catorce vocales y trece suplentes, para incluir a los miembros de la nueva Ejecutiva y de la recién elegida cúpula parlamentaria. 

Formar parte de la Diputación Permanente obliga a los vocales a asistir a las reuniones que se convoquen en los periodos sin actividad parlamentaria, pero tiene un privilegio: mantienen su estatus de diputados una vez disueltas las Cortes, lo que significa conservar el sueldo y otros beneficios, como la línea de móvil o el personal que tienen asociado. 

En la actual composición de la Diputación Permanente –en la que la gestora hizo modificaciones al hacerse con el control del PSOE–, solo cuatro de los catorce vocales socialistas son miembros de la dirección parlamentaria o de la Ejecutiva: José Luis Ábalos, Isabel Rodríguez, Patxi López y Meritxell Batet. 

Las bajas que se dan por hecho son las de María Jesús Serrano y Ricardo Cortés, que eran los dos diputados con sillón en la gestora y que ahora están en el 'gallinero'. También la salida de Antonio Trevín, a quien han relevado en sus portavocías, entre ellas la de Interior. 

Fuentes de la dirección parlamentaria reconocen que no hay espacio suficiente porque quieren que entren los miembros de la actual dirección que no tienen asiento, es decir, que Margarita Robles y Rafael Simancas pasen de suplentes a vocales. Aún quedarían otros ocho diputados con cargos de responsabilidad en el nuevo PSOE de Sánchez por entrar: Adriana Lastra, Odón Elorza, Luz Seijo, Manuel González, Pere Joan Pons, Felipe Sicilia, Pilar Cancela y Susana Sumelzo. Además, el PSOE quiere que formen parte de ese organismo algunos presidentes de comisiones. 

Si todos pasan a formar parte del órgano, quedarían excluidos los que hasta ahora forman parte -excepto los cuatro miembros de la dirección-, incluidos César Luena y Antonio Hernando, los anteriores hombres fuertes de Sánchez. Fuentes socialistas dan por hecho que causarán baja. 

Sánchez quiere, además, apartar al 'susanista' Juan Luis Gordo de la secretaría segunda de la Mesa del Congreso, según adelantó El Mundo y ha confirmado eldiario.es. Dirigentes próximos al secretario general le han invitado a renunciar a ese puesto –la dimisión es la única fórmula para relevarle–, pero él ha trasladado a Margarita Robles que no tiene intención de hacerlo. 

Gordo fue elegido por Sánchez para ocupar ese puesto en la constitución de las Cortes. En ese momento eran próximos, pero el segoviano se desmarcó del secretario general antes del 1 de octubre, cuando se celebró el Comité Federal que acabó con la dimisión de Sánchez, y después apoyó a Susana Díaz en las primarias. 

La dirección socialista asegura que los cambios que ha hecho hasta ahora son los mínimos posibles y que no se han hecho con afán “revanchista”. “Si alguien se siente mal, será purguita”, expresó el secretario de Organización, José Luis Ábalos.

La dirección de Sánchez ha hecho menos cambios de los que ejecutó la gestora al hacerse con las riendas del PSOE: ha apartado a Ignacio Urquizu de la portavocía de Universidades, de la que se hará cargo Manuel Cruz al ser relevado de Educación por Luz Seijo, que es la encargada de ese área en la Ejecutiva. A Antonio Trevín, próximo a Javier Fernández y enfrentado a Adriana Lastra, le apartaron de Interior –le sustituye David Serrada– y Seguridad Nacional, concedida a Antonio Hernando.

Zaida Cantera sustituye a Ricardo Cortés como portavoz de Defensa. Fuentes socialistas sostienen que los portavoces de Interior y Defensa es aconsejable que formen parte de la Diputación Permanente porque son las dos comisiones en las que pueden darse situaciones excepcionales con más facilidad durante los periodos inhábiles. 

La amenaza del futuro

En el 'susanismo' temen que la “purga” se extienda en el tiempo y que haya nuevos relevos pasado el verano. De hecho, aseguran que ya les han advertido de posibles cambios en las mesas de las comisiones parlamentarias, cuyos miembros los designan los grupos, pero a partir de un acuerdo de las fuerzas que se reparten el conjunto de los puestos. Lo ven “preocupante” porque, a su juicio, supone un uso partidista de la institución. 

“Cuando cambia la dirección política de un grupo parlamentario, se puede estar más o menos de acuerdo, puede parecer más o menos ético o estético, pero es legítimo que la nueva dirección cambie a los portavoces para poner a otros en los que tenga más confianza política. No sería igual de legítimo, desde el punto de vista constitucional, sustituir a los presidentes y miembros de mesa por razones de confianza política de la nueva dirección, porque ellos se deben a la totalidad de la institución, y la sola insinuación de lo contrario los deshonraría a ellos y a su grupo”, expresó el diputado por Málaga José Andrés Torres Mora en un artículo en su blog.

La dirección socialista admite que habrá cambios en algunas mesas de comisiones, pero que serán “retoques” para que se ocupen puestos que quedan vacantes, como la presidencia de la Comisión de Justicia que ocupaba Margarita Robles antes de asumir la portavocía, y que Sánchez quiere ahora para la balear Sofía Hernanz. Esas mismas fuentes sostienen que esos cambios se usarán también para dar puestos a quienes se han quedado sin nada. Las responsabilidades parlamentarias llevan aparejadas complementos salariales.