Pedro Sánchez quiere aprovechar el tirón que proporciona estar en Moncloa para proyectar su imagen como líder internacional ante una legislatura a la que le quedan –en el mejor de los casos– menos de dos años de vida. El presidente ya había arrancado su mandato con diversos encuentros con líderes europeos que programó incluso durante sus vacaciones al recibir a Angela Merkel en Doñana. Y Moncloa ha organizado también en tiempo récord una gira del presidente por Latinoamérica, con la que pretende enfatizar la importancia de las relaciones de España con esa parte del mundo así como corregir un “déficit de presencia”, según fuentes gubernamentales. El viaje rompe con la tradición según la cual la primera visita de los presidentes españoles es a Marruecos
Sánchez mantendrá encuentros con los presidentes de los cuatro países que visitará en los cinco días que dura su viaje (Chile, Bolivia, Colombia y Costa Rica). “Ese será el eje central”, aseguran desde Moncloa sobre esas reuniones en las que solo está previsto llegar a acuerdos concretos con Evo Morales en materia de cooperación española en ese país (para agua, saneamiento, sanidad y educación) y en la firma de un memorándum de entendimiento para garantizar la seguridad jurídica de las empresas españolas que participen en el multimillonario proyecto del tren bioceánico así como de un acuerdo para la cooperación judicial entre ambos estados.
Sánchez, que reedita una gira por Latinoamérica que realizó pocos meses después de ser elegido líder del PSOE, se reunirá de nuevo con representantes de los expatriados en esos países, pero esta vez como jefe del Gobierno. En el caso de Chile, también se reunirá con empresarios. En Moncloa son conscientes del peso estratégico de esas firmas y quiere brindarles “apoyo” así como destacar su “importancia”.
“Lo primero como acto sectorial es reunirse con empresarios”, subrayan fuentes oficiales. “Muchas empresas han sobrevivido gracias a que América Latina proporcionaba ingresos –explican esas fuentes del Gobierno–. Si no han quebrado es porque sus filiales estaban produciendo y ofreciendo sostenibilidad financiera muy superior a lo que se perdía en España”, admiten en referencia a la crisis.
Crisis migratoria por Venezuela y Nicaragua
Pero, ¿a qué otros retos se enfrenta Sánchez en su primera gira como presidente? El equipo del presidente reconoce que las crisis de Venezuela y Nicaragua estarán muy presentes en toda la gira. “La idea es encontrar una solución que España pueda aportar lo más posible. España quiere ayudar para hallar una solución fraternal, democrática, y a través del diálogo”, afirman desde el Gobierno. No obstante, en Moncloa no precisan cuál puede ser la contribución del Gobierno español a la resolución de las crisis que atraviesan esos estados latinoamericanos.
Sánchez aterrizará en Chile y Colombia, que son dos de los grandes receptores de migrantes venezolanos (también son los principales solicitantes de asilo en España). Tanto el chileno Sebastián Piñera como el recién elegido Iván Duque son muy críticos con el régimen de Nicolás Maduro. De hecho, Colombia ha anunciado que se retira de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para no ser “cómplice de la dictadura venezolana”. El Gobierno de Evo Morales le ha pedido que reconsidere esa posición. En Moncloa destacan que Sánchez va a viajar a países completamente distintos y sin haber tenido en cuenta una mayor o menor “sintonía” con sus mandatarios.
También volará a Costa Rica en medio de las protestas xenófobas contra la llegada de migrantes nicaragüenses que huyen de la represión de Daniel Ortega. En ese país, Sánchez asistirá a un acto sobre cambio climático y visitará la Corte Iberoamericana de Derechos Humanos. Eso, sumado a la presentación de un programa de cooperación y un almuerzo con estudiantes en Bolivia hace que en Moncloa subrayen que no solo las relaciones económicas y comerciales marcarán su gira.
Sánchez ofrece mediar para la paz si Colombia quiere
Además, en Colombia el presidente pretende conocer de “primera mano” el proceso de paz –mantendrá un encuentro con las “instituciones de la paz”– e incluso involucrar a España como mediador en la resolución del conflicto aún abierto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). “España quiere apoyar la paz en Colombia en todas sus facetas”, expresan desde Moncloa. Eso incluye el acuerdo que el expresidente Juan Manuel Santos alcanzó con las FARC (y que tuvo que reformularse tras el 'no' que recibió en el referéndum).
El nuevo presidente, Iván Duque, fue crítico con ese acuerdo y su aspiración es revisarlo: “No se trata de destruir o hacer trizas los acuerdos, pero sí se trata de hacerle modificaciones importantes a aquellas cosas que afectan el Estado de derecho”, expresó en una entrevista en El País antes de las elecciones.
En Moncloa son conscientes del endurecimiento de las posiciones del nuevo Gobierno colombiano con respecto a esos acuerdos por lo que Sánchez ofrece a España como “facilitador” de un eventual acuerdo con la guerrilla del ELN, aunque con todas las cautelas: “Siempre a propuesta de Colombia”, subrayan fuentes gubernamentales que creen que esa posición podrá cerrarse en el encuentro aunque también ven factible que para ese momento “el Ejecutivo colombiano no tenga decidido cómo va a ocurrir el devenir del proceso de paz”. “España se ha ofrecido, y hasta ahora la receptividad es excelente”, destacan.
Sánchez se reivindicará como presidente en una gira con una actividad frenética antes arrancar un curso político que nunca se interrumpió del todo y que parece haberse encarrilado ligeramente a final de verano con un preacuerdo con Pablo Iglesias para intentar sentar las bases que le permitan llegar al final de la legislatura, aunque en el Gobierno también están expectantes ante el devenir de los acontecimientos en Catalunya.