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Los retos de Podemos tras la paz de Madrid: coser las heridas internas, la confluencia con IU y Manuela Carmena

Ramón Espinar abraza a Íñigo Errejón durante el acto de Podemos el 2 de mayo de 2017.

Aitor Riveiro

Podemos ha salvado una bola de partido en Madrid con el acuerdo entre el secretario general autonómico, Ramón Espinar, y el llamado a encabezar la candidatura del partido a la Comunidad de Madrid en 2019. La lista conjunta a las primarias que se celebrará en mayo, conseguida bajo el auspicio directo de Pablo Iglesias, permite mantener la esperanza de conformar una lista capaz de competir para arrebatar al PP un Gobierno regional que controla desde 1995. Pero no es el último obstáculo que la formación deberá encarar en los 13 meses que quedan para los comicios.

Coser las heridas internas

La candidatura de Íñigo Errejón era un hecho irreversible desde el momento en el que pactó con Pablo Iglesias una salida tras Vistalegre 2. Incluso en los momentos más delicados de las negociaciones para el reglamento de las primarias y, posteriormente, para la conformación de una candidatura conjunta pocos dudaban del papel del secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político.

Sobre la mesa estaba la opción de unas primarias competidas para la lista, pero no para su cabeza de cartel. Solo cuando irrumpió el ya famoso documento de Carolina Bescansa que trazaba un plan para hacerse con el control orgánico y político de Podemos se contempló en el partido, durante 24 horas, la opción de una contienda total.

Iglesias, Errejón y sus equipos apostaron por la unidad. Las negociaciones, en las que se implicaron los ya nombrados además de Irene Montero, Juan Manuel del Olmo o Pedro de Palacio, sirvieron para sellar el armisticio. Pero por arriba. Por debajo, en cuadros y bases, la paz tardará algo más en llegar. Los enfrentamientos que la federación madrileña de Podemos vive desde 2015 la han convertido en la más difícil para el partido. Las primarias de 2016, que anticiparon el enfrentamiento de Vistalegre 2, acrecentaron las diferencias. La II Asamblea Ciudadana las terminó de encender. Y los acontecimientos de los últimos días no ayudan al apaciguamiento.

El desarrollo de las primarias tendrá que servir para empezar a coser el partido por abajo. La votación servirá para medir la temperatura.

El papel de Anticapitalistas

El tercer sector en importancia de Podemos en Madrid se ha quedado fuera de las primarias por decisión propia. En una asamblea de Podemos en Movimiento (el nombre del espacio creado por Anticapitalistas en la región ya en 2015) se rechazó el reglamento y se optó por no concurrir a él.

Errejón y Espinar dijeron en público que querían contar con ellos. Y, explícitamente, con la portavoz en la Asamblea, Lorena Ruiz-Huerta, y con Isabel Serra. Se impuso el criterio mayoritario, que rechazó el proceso al considerarlo un intercambio de sillones.

Uno de los dirigentes de Anticapitalistas, Raúl Camargo, explica en un artículo en Público.es una decisión que no es compartida, ni mucho menos, por la totalidad de la organización. El porcentaje de apoyo a la decisión de no concurrir a las primarias en la asamblea de Anticapitalistas fue del 87%. En la asamblea de PeM, fue del 83%.

La intención de este sector no es quedarse fuera de las elecciones de 2019, sino presionar para modificar el sistema más adelante. ¿Cuándo? En el momento en el que Podemos tenga que abrir su lista a la confluencia con otras organizaciones, como IU o Equo.

La confluencia con IU y Equo

Esa confluencia será, quizá, el momento más delicado que tendrá que enfrentar Podemos. Desde IU (vía Partido Comunista de Madrid) ya se ha pedido una reunión para comenzar a trazar el plan que para la organización de izquierdas pasa por un “proceso democrático”.

Es decir, unas nuevas primarias para el “espacio superador”, que será el que se presente a las elecciones. En IU no descartan la idea de concurrir por su cuenta, o en una candidatura “de unidad popular” que pueda incluir a otros sectores y organizaciones. Quizá a Anticapitalistas, cuyo origen es precisamente una escisión de IU.

La decisión no está tomada y no está claro que la dirección de IU quiera afrontar otra vez unas elecciones compitiendo en el plano autonómico y pactando en el municipal. El resultado en 2015 fue malo y la organización quedó fuera de la Asamblea de Madrid. Pensar en que pueda ocurrir lo mismo en 2019 hace plantearse las cosas a muchas y muchos.

La idea que defienden es hacer una suerte de Ahora Madrid autonómico. Algo que ya se intentó en 2015 pero que no cuajó. En 2019 siquiera está claro que Ahora Madrid vuelva a recurrir al proceso que permitió conformar una candidatura como la que llevó a Manuela Carmena a la Alcaldía de Madrid.

Carmena: la candidata de Schrödinger

Manuela Carmena es, a la vez, candidata y no candidata a revalidar la Alcaldía de Madrid en 2019. En 2015 anunció que su idea era una única legislatura. Pero la alcaldesa y su equipo se lo han pensado. Se lo han pedido muchos y muchas. Y ella, aseguran en su entorno, cree que todavía puede aportar. Su edad y las complicaciones de dirigir el ayuntamiento más mediático de España son un contrapeso importante.

Oficialmente no ha comunicado su decisión, que amenaza con alcanzar la categoría de leyenda urbana. Dirigentes de los partidos de Ahora Madrid o de sus alrededores dan su opinión. También los de otros partidos. Incluso se filtran ofrecimientos de concurrir con otras siglas que luego se desmienten.

Podemos cuenta con Carmena. Errejón quiere hacer ticket con ella. Los estrategas del partido creen que el tándem puede ser imbatible. El papel de Rita Maestre, portavoz del Gobierno y una de las principales colaboradoras de Carmena, es esencial como puente con un partido del que la alcaldesa reniega. Como de todos.

Mientras no comunique su decisión los demás partidos tampoco se moverán. Y solo ella maneja los tiempos.

Y al final, la campaña

Cuando todo lo anterior se resuelva, sea en el sentido que sea, los equipos comenzarán a pensar en la campaña electoral. Ahí volverán las diferencias ideológicas, que existen. En el seno de Podemos y con los demás partidos y organizaciones de la previsible confluencia.

El secretario general de Podemos en Madrid, Ramón Espinar, dijo este jueves al anunciar el acuerdo con Errejón que en la candidatura de 2019 “caben todas las ideas del espacio del cambio”. El futuro candidato también quiere contar con IU, Equo y demás para que no ocurra como en 2015 y la opción de un gobierno de cambio quede al alcance de los dedos por una ley electoral que pone en el 5% el límite para lograr diputados.

La necesidad hace virtud pero en las generales de 2016 la campaña de Unidos Podemos no funcionó. Ha habido tiempo para analizar qué ocurrió y corregirlo.

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