El PP diseña una legislatura de crispación hasta que Sánchez convoque elecciones
El Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de octubre hecho público este jueves revela que casi un tercio de los españoles, el 27,1% de los encuestados, considera que el PP es el principal responsable de la crispación política que se vive en España. Es el mismo porcentaje que cita como culpable de ese mal clima a las fuerzas independentistas. La muestra del sondeo se recogió mucho antes de que el líder popular llamase “partícipe y responsable” de un golpe de Estado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados este miércoles.
A pesar de ello, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, no prevé suavizar el tono de su discurso al menos hasta que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decida convocar elecciones.
Ni siquiera la bronca política que el líder del PP generó el miércoles en el Congreso con sus durísimas acusaciones a Sánchez y que concluyó con el presidente del Gobierno dando por rotas sus relaciones con el líder de la oposición, hará a Casado cambiar un ápice su estrategia de los últimos meses y que ha incluido un giro a la derecha en los postulados ideológicos del partido y un ataque constante al Ejecutivo.
La dirección de los populares resta credibilidad al CIS que en este nuevo formato ha decidido no incluir cocina y pasar por alto entre otras variables el recuerdo de voto de los consultados. “Es otra herramienta de la campaña electoral de Pedro Sánchez”, apuntaba la portavoz parlamentaria, Dolors Montserrat justo después de conocer que la encuesta sitúa al PP en tercera posición, por detrás de PSOE y Ciudadanos.
Génova no solo quita importancia a la acusación lanzada por Casado contra Sánchez sobre su supuesta connivencia con el “golpismo”: el presidente del PP repitió el argumento este jueves en un acto con empresarios norteamericanos.
Fuentes de la cúpula del PP consultadas por eldiario.es niegan que tras la afirmación de su líder contra el presidente del Gobierno haya habido una estrategia de radicalización en su discurso. Sostienen que Casado empleó “el mismo tono” que lleva utilizando desde su elección como máximo dirigente del Partido Popular, en julio, y afirman que no tiene pensado cambiarlo ahora cuando, apuntan, ese discurso, que sí generó críticas internas la semana pasada, está calando en su electorado.
“Nos quieren callados y silentes”
“Nosotros no hemos cambiado. Los que han roto han sido ellos”, explican fuentes de la dirección nacional de los conservadores cuando se les pregunta sobre el enfado que las palabras de Casado han generado en Moncloa. Lo que defiende Casado, apuntan esas fuentes, es que “la situación de Catalunya necesita una solución” y esa “no pasa por ir a ver a los presos que están en la cárcel”, en alusión a los dirigentes independentistas encarcelados.
Si Sánchez quiere que el PP deje de atacarle, advierte la dirección popular, que convoque elecciones y deje de depender del apoyo de esos “golpistas”, las fuerzas independentistas catalanas.
La filosofía del PP la explicó de forma muy clara el responsable de Internacional del partido, José Ramón García Hernández, el mismo miércoles en una entrevista en La Sexta: “Vamos a defender a España y a los españoles, que no le quepa a nadie duda. Y donde nos quiera el PSOE es justo donde no vamos a estar. Nos quieren callados, nos quieren silentes, pero esto es un golpe de Estado y él [en alusión a Pedro Sánchez] está apoyado por esos independentistas que han dado el golpe de Estado. Convoque elecciones”.
Ante la polémica generada, este jueves Casado mostraba su intención de aprovechar la ruptura de las relaciones anunciada por Sánchez para seguir atacando al presidente del Gobierno. Según revelaba el PP a última hora, Casado tiene pensado utilizar su pregunta al jefe del Ejecutivo en la sesión de control del Congreso el próximo miércoles para retar al jefe del Ejecutivo a “romper relaciones” también con los independentistas de ERC, PDeCAT o Bildu. “¿Tiene previsto romper el Gobierno la relación con los partidos secesionistas?”, le preguntará.
“La semántica” del golpe
“El Gobierno se está metiendo con Albert Rivera y conmigo, pero ¿por qué no se mete con los que están dando un golpe al Estado? Lo repito, un golpe al Estado. ¿O qué es si no no cumplir la Constitución, no cumplir el Estatuto e ir contra el Código Penal? ¿Qué es si no? Ahora estamos en la doctrina jurídica de si un golpe de Estado tiene que ser armado o no armado. Estamos ahora en la semántica. ¿Qué es si no, aprobar una ley de desconexión, qué es si no, apalear a policías por las calles de Catalunya como pasó el mes pasado, qué es si no. hacer kale borroka que quiere intentar tomar el Parlament de Catalunya el 1 de octubre, qué es si no, partir la nariz a una mujer que está retirando un lazo?”, se preguntaba Casado por la mañana, durante un desayuno informativo con empresarios.
El líder del PP empezaba su discurso en ese mismo acto tratando de negar que llamara a Sánchez “golpista” y acababa refrendándose en la acusación que le lanzaba un día antes. “No es lo que ellos están diciendo que dijimos. Como está en los diarios de sesiones, que alguno interprete si es lo mismo llamar a un presidente del Gobierno golpista o decirle, y además en interrogación, si se es consciente de que se puede ser responsable del golpe de Estado que están perpetrando otros”. Para Casado, “la responsabilidad en política es por acción o por omisión”.