El presidente de Castilla-La Mancha vincula el futuro de los barones a lo que pase en las primarias del PSOE
La renovación de las direcciones del PSOE echa a andar este sábado con la convocatoria formal del 39º Congreso Federal en el que se elegirá un nuevo secretario general en mayo. En los siguientes dos meses (sin contar agosto que es inhábil) se celebrarán los cónclaves a nivel regional. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha vinculado el futuro de los actuales líderes autonómicos a lo que pase el 21 de mayo en las primarias del PSOE.
“Estas primarias van a marcar la agenda personal de muchos, también la mía”, ha expresado García-Page a su llegada a la sede del PSOE en la calle Ferraz, donde ya ha comenzado la reunión del Comité Federal que va a poner en marcha los procesos congresuales.
“En función de lo que pase en Madrid se van a ir decantando de manera coherente o incoherente los demás territorios”, ha advertido el presidente autonómico. Su aviso liga el futuro de los actuales líderes regionales a la victoria de Susana Díaz en las primarias frente a Pedro Sánchez.
La tesis de García-Page ha sido secundada por su homólogo aragonés, Javier Lambán: “Dejamos atrás un modelo perdedor -ha dicho en referencia a Sánchez sin citarle-. De lo que pase en el congreso dependen los territorios. Va unido”. El presidente aragonés ha asegurado que hay “veneno” instalado en algunos sectores del PSOE -de nuevo refiriéndose sin citarlos a los 'sanchistas'-: “O se recupera la unidad o será un proyecto fracasado”.
La baza con la que están jugando algunos barones en sus territorios es que no votar la opción que ellos defienden es, al fin y al cabo, ir contra ellos en las federaciones. Así, cuadros y militantes pretenden que no están convencidos con la presidenta andaluza puedan acabar votando por la continuidad de los presidentes autonómicos.
Fuentes próximas al barón autonómico explican que si Sánchez se hace con el control de Ferraz de nuevo y se impone su modelo de partido -que no comparten- García-Page no se presentará en el congreso regional para revalidar su puesto al frente del PSOE de Castilla-La Mancha ni intentará ser candidato de nuevo en las autonómicas de 2019. Es un órdago de quienes defienden que el partido se juega su continuidad y que debe recuperarse el PSOE “de siempre”.
Por otro lado, en algunas federaciones temen que una victoria de Sánchez en las primarias desestabilice a los líderes que gobiernan. La Comunidad Valenciana es donde más complicada está la situación. Ximo Puig tiene una fuerte oposición interna y entre sus afines cunde la preocupación por si el exsecretario general gana y le plantan batalla después a nivel regional al presidente de la Generalitat.
En otras federaciones el temor es menor, aunque no inexistente. “En otros procesos no se hubiera planteado que si un secretario general preside la comunidad se le plantee una alternativa, pero en este la situación ha cambiado y no puede descartarse”, expresa un dirigente próximo a la presidenta balear, Francina Armengol, que en este caso teme que sea la victoria de Díaz la que impulse una candidatura contra Armengol.
Una derrota de Díaz también complicaría su continuidad al frente de la Junta. Era una de las preocupaciones que mostraban sus partidarios antes de que lanzara la candidatura formalmente: “Es la única que tiene algo que perder”, expresaban entonces.