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El presidente de la gestora del PSOE rechaza la petición de ocho barones de que se abstengan solo 11 diputados

El presidente de la gestora, Javier Fernández, rechaza la petición de ocho barones de que solo se abstengan 11 diputados del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy. Fernández ha respondido por escrito a la carta que le hicieron llegar varios líderes territoriales este lunes: “No cabe ningún debate”, les ha dicho.

Ocho de los barones que defendieron mantener el no al PP apostaron tras la decisión del Comité Federal de permitir que gobierne Rajoy a través de una abstención de los socialistas en la segunda votación de la investidura por que ésta sea “mínima”, es decir, del número “indispensable” de parlamentarios socialistas para cumplir el objetivo que establecía la resolución: “desbloquear” la situación política.

En la misiva, secundada entre otros por la presidenta balear, Francina Armengol, y el exsecretario de Organización del PSOE, César Luena, también reclamaban al presidente de la gestora una reunión de los dirigentes autonómicos para “debatir” la fórmula en la que se lleva a cabo la abstención.

Sin embargo, Fernández ha rechazado la solicitud. “Dada la firmeza del acuerdo adoptado, no cabe ningún debate alguno sobre su eventual modificación por parte de los secretarios generales”, ha contestado el presidente de la gestora. Fernández considera que el acuerdo es “claro y firme” y afecta a la totalidad de los diputados del grupo socialista.

Los barones con más poder del PSOE decidieron en una reunión la víspera del Comité Federal que la resolución que se votara fuera de obligado cumplimiento para los 84 parlamentarios socialistas. Algunos de los presidentes autonómicos habían abierto la puerta a que solo 11 diputados se abstuvieran. Sin embargo, renunciaron al percibir el rechazo de algunas federaciones a “corresponsabilizarse” de la decisión. El PSC o Baleares se negaron a que sus diputados formaran parte del grupo de abstencionistas.

El sector del PSOE que defendió mantener el rechazo a Rajoy aboga por acatar la decisión del Comité Federal pero “minimizar” el daño de la decisión con la abstención del número exacto de diputados necesarios para que la investidura salga adelante. La estrategia persigue, además, evitar la colisión definitiva con el PSC y que algunos de los rostros más visibles del “no es no” tengan que virar al voto en blanco, especialmente Pedro Sánchez. En las filas socialistas dan por hecho que el exsecretario general no puede desobedecer el mandato del máximo órgano de dirección del partido.