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Los presidentes del PSOE se reivindican para insuflar ánimos al partido

Los presidentes del PSOE que han acudido a la escuela de buen gobierno de Pedro Sánchez.

Irene Castro

Solo estaban cuatro de siete presidentes autonómicos socialistas en la escuela de buen gobierno con la que Pedro Sánchez pretendía mostrar la “unidad recompuesta” en el PSOE. No lo consiguió por las clamorosas ausencias intencionadas de Javier Fernández y Susana Díaz. Tampoco acudió Ximo Puig por la celebración de las fallas. Pero los cuatro que participaron en la mesa redonda sobre modelo federal aprovecharon para reivindicarse e insuflar ánimos a un partido que, tal y como ellos mismos reconocen, tiene las heridas aún abiertas.

Las ausencias eran un síntoma más de que la unidad no está recompuesta, pero no el único que sobrevoló la escuela de buen gobierno que Sánchez clausura este domingo. José Luis Rodríguez Zapatero apeló a la unidad y dejó la pelota sobre el tejado de Ferraz para “querer a todos y dar espacio a todos”. El veterano Javier Solana mostró su descontento con la deriva del partido. El anuncio de retirada de Ramón Jáuregui se acogió con frialdad en la dirigencia actual –Pedro Sánchez tardó varias horas en tuitear sobre la noticia– y Ferraz restó importancia a la ausencia de la presidenta andaluza, pero no escondió su malestar.

En ese ambiente, en el PSOE saben que la unidad no está conseguida, aunque los barones esperan que se recupere pronto para que el partido esté en marcha para las elecciones de 2019 en la que se juegan mantener sus gobiernos. Esa será la primera prueba de fuego para Sánchez, que no ha conseguido el efecto de despegue que esperaban los suyos tras las primarias, de acuerdo a las encuestas, que dibujan un estancamiento del PSOE mientras Ciudadanos se dispara.

“Procesos tan dolorosos, tan traumáticos, no se concluyen y se recupera la normalidad de la noche a la mañana. Pero es mucho el camino avanzado en la recuperación de la normalidad y estoy seguro de que dentro no demasiado tiempo ese proceso tan convulso y tan absolutamente lamentable habrá quedado definitivamente atrás”, expresó el presidente aragonés, Javier Lambán, que fue uno de los más duros contra Sánchez en la batalla que los socialistas lidiaron el año pasado. Lambán excusó la ausencia de Díaz: “Es una patriota del PSOE”, dijo.

En su intervención en la mesa redonda sobre modelo federal reivindicó la “proeza” de su gobierno desde 2015 y puso en valor su gestión con la “reconstrucción” de los servicios públicos a niveles anteriores a la crisis o el crecimiento económico por encima de la media española, según ha subrayado.

Emiliano García-Page celebró que los socialistas se dediquen este fin de semana a hablar de los problemas de los ciudadanos y aparquen los suyos. “Hemos estado mucho tiempo hablando de los nuestros”, admitió. El presidente de Castilla-La Mancha intentó insuflar ánimos a los socialistas: “Cuando nos juntamos tenemos que contribuir a mejorar nuestra autoestima como partido”.

El líder regional recordó que los socialistas fueron capaces de recuperar comunidades autónomas y la “mitad de los ayuntamientos” con elementos en contra, según ha relatado. “Que no nos quite la moral ninguna encuesta y menos la gente que no tiene moral. Estamos en muchísimas mejores condiciones de revalidar –animó–. Estamos en condiciones de ofrecer más, ni aventuras ni experimentos”.

“Acabar el edificio constitucional solo lo puede hacer el PSOE. Es el único que se lo cree y es el único que lo sabe hacer porque es capaz de vender un discurso que se venda en todas partes. ¿Por qué somos los únicos? Porque no nos movemos en la conjunción de cuán fuerte llega el viento. no cambiamos nuestros principios en función de la racha de viento”, dijo Guillermo Fernández Vara.

El presidente extremeño no hizo ninguna alusión a la unidad del partido durante la mesa redonda, pero sí contestó a los periodistas durante su presencia en la escuela. Preguntado por la ausencia de Susana Díaz, le lanzó una pulla: “El que quiere venir, viene y el que no quiere venir, no viene. Una inmensa mayoría de compañeros estamos aquí y lo estamos haciendo intentando mantener una relación diferente con los militantes y los que no son militantes. Es una oportunidad que los que no han venido se han perdido”, sentenció.

Las estrategias de los dirigentes que apoyaron a Susana Díaz son distintas desde que salieron derrotados en las primarias. El extremeño recompuso rápidamente sus relaciones con Sánchez mientras que las de García-Page o Lambán son más frías. Aún así, el aragonés aseguró que “la normalidad en la relación y en la colaboración se ha recuperado absolutamente”. La desconfianza sigue existiendo.

Tampoco Francina Armengol se refirió al clima interno, pero sí aprovechó para desgranar su acción al frente del Ejecutivo balear. “Hemos puesto en el centro a los ciudadanos. Hemos intentado hacer lo que el Gobierno de España no nos deja hacer”, comenzó. “Es necesario que Pedro sea presidente de España ya, eso es evidente”, expresó la presidenta balear, que en las primarias apoyó a Patxi López, pero tras la recogida de avales pidió el voto para Sánchez. “El PSOE es el partido que puede acabar con los problemas que tiene España. Los gobiernos de izquierdas estamos cambiando las cosas”, presumió.

El encargado de moderar la charla que estaba marcada por las ausencias fue Patxi López, que en un tono muy mitinero la zanjó con un mensaje de energía para un público que había menguado para el momento en el que concluía las jornadas cerca de las 21:30 horas del sábado: “Nos vamos a dejar el alma para que nunca más este país se construya unos contra otros sino entre todos y todas, ese será nuestro proyecto y se llama España”.

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