Apoyo al rechazo institucional, malestar interno, críticas veladas, desconfianza o la opción de la ingeniería financiera y los malabares discursivos. Los Presupuestos Generales del Estado se han convertido en un problema difícil de digerir para algunos barones regionales del Partido Popular, incapaces de justificar una fuerte caída de la inversión ante su parroquia en sus respectivos territorios.
La respuesta al independentismo catalán vía inversiones más la necesaria geometría variable diseñada por el Gobierno con Ciudadanos, vascos y canarios para paliar la minoría en el Congreso que le permita aprobar los Presupuestos han provocado una ola de incomprensión ante las partidas inversoras en otras comunidades autónomas.
Los intentos de rebajar las críticas por parte de los primeros espadas de Génova fueron inútiles. Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP, dijo que “a la gente lo que le importa ya no es la rotonda que está en su pueblo sino que haya buenas políticas para crear empleo”. Intento vano.
El pistoletazo de salida a las desavenencias ya lo habían dado desde la Comunidad Valenciana. El Partido Popular en esta región apoyó una declaración institucional de las Cortes Valencianas en la que se muestra “el absoluto rechazo a las inversiones territorializadas que contempla el proyecto de presupuestos para 2017”.
El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, salió a desautorizar a la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, al acusarla de apoyar la moción parlamentaria cuando “no conoce bien los Presupuestos”. “Cuando tenga la oportunidad de conocerlos mejor, espero que cambie de opinión”, espetó en una entrevista en RNE.
Sin embargo, Hernando también ha admitido que los presupuestos no pueden cumplir las promesas políticas que se hicieron antaño. En un acto en Almería, el portavoz popular pidió “perdón a los ciudadanos” por faltar a la palabra dada a la hora de trae el AVE hasta esa provincia andaluza.
Al igual que otros barones territoriales, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, ha preferido no aparecer comentando las cuentas para una comunidad donde las inversiones directas caen un 36%. El silencio de Moreno contrasta con los movimientos del senador José Ignacio Landaluce o los diputados Carlos Rojas y Cocha de Santa Ana para conseguir más inversiones en infraestructuras en Algeciras y Granada, respectivamente.
Feijóo no se fía
Las muestras de desconfianza no solo han venido de comunidades gobernadas por el PSOE o partidos nacionalistas. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, anunció que pondrá en marcha un comité de seguimiento de la “ejecución presupuestaria real”. Y avisó: “Si no se ejecuta, estaremos ante un presupuesto decepcionante”.
A pesar del anuncio del Gobierno de un montante específico para Cataluña, Canarias y el País Vasco, que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se encuentra todavía negociando partidas presupuestarias con formaciones políticas como el PNV o Nueva Canarias y de que ya se han cerrado acuerdos con partidos de ámbito regional, Casado insistió en que con estas cuentas “no se premia a los Gobiernos autonómicos, se hace política para los ciudadanos”.
Pero ni siquiera en las Comunidades Autónomas donde el PP ha conseguido cerrar apoyos a las cuentas generales con los partidos regionalistas hay un convencimiento generalizado. Mariano Rajoy dedicó buena parte de la mañana del pasado miércoles a firmar los pactos presupuestarios con Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y el Partido Aragonés.
El acuerdo con el Partido Aragonés no evitó que la portavoz del PP en las Cortes de Aragón, Mar Vaquero, anunciara la presentación de enmiendas al texto presupuestario porque las partidas asignadas “nunca son suficientes para hacer frente a todas y cada una de nuestras necesidades”. El escape vía enmienda presupuestaria fue también utilizado por la presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, para una futura mejora en su región.
Por otro lado, estuvieron los discursos que a estas alturas intentaban rebajar la importancia de las cuentas. Con un descenso de la inversión del 31% y del 7,1% respectivamente, la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández, declaró que “estos presupuestos tendrán una vida de seis meses y hay que relativizar mucho las partidas” mientras que el portavoz del PP en el Parlament Balear, Juan Manuel Lafuente, los calificó como “de tránsito”, a pesar de las duras negociaciones con otras fuerzas políticas del ministro Montoro y su equipo para sacarlos adelante.
A falta de otras fórmulas para realizar un maquillaje presupuestario el relato sobre los presupuestos en cada territorio contaban con “unas cuentas realistas” que “contribuyen a consolidar los grandes proyectos” como las expresiones más socorridas para justificar la caída de inversión.
A pesar del enfado generalizado en el PP, no dudan de la lealtad de unos parlamentarios que votarán a favor de las cuentas cuando Mariano Rajoy lo pida.