Primarias abiertas, censo y autonómicas: los escollos entre Sumar y Podemos a diez días del acto de Yolanda Díaz en Madrid

Alberto Ortiz

23 de marzo de 2023 22:06 h

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El 2 de abril está marcado en rojo en el calendario de las formaciones de la izquierda española. Después de dos años de expectación ante los movimientos de Yolanda Díaz, el acto que tendrá lugar en Madrid ese día será con casi total seguridad el lanzamiento de su candidatura y abrirá la puerta a un nuevo periodo que de alguna manera ya lleva tiempo en marcha: la negociación para la unidad del espacio de cara a las generales de diciembre. Podemos quiere que antes de que llegue ese día, el de la presentación de la candidatura de Díaz, haya un acuerdo que les dé las certezas de que se cumplen sus reclamaciones para asistir al acto. Lo que está en juego no es si habrá primarias, algo en lo que todos parecen estar ya de acuerdo, sino cuándo, con qué censo y en qué momento del proceso. 

La convocatoria conocida este lunes de la cita del 2 de abril, que tendrá lugar en el Polideportivo Magariños, cuna del Estudiantes de Baloncesto, ha precipitado la fricción de las placas tectónicas. Por un lado, dirigentes de algunas de las principales formaciones de la izquierda han empezado a confirmar su asistencia al acto, como la líder de los comuns, Ada Colau, la portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Mónica García, o el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón. También han avanzado que estarán Verdes Equo o la Chunta Aragonesista. Y, mientras tanto, los dirigentes de peso del conjunto del espacio han comenzado a hablar de la forma y los tiempos en que debe concretarse esa unidad. 

Sumar tiene previsto que ese acto sirva como conclusión del proceso de escucha que ya ha recorrido todos los territorios del país –este fin de semana culmina en Canarias– y ha invitado, además de a la sociedad civil y a organizaciones feministas o ecologistas, a las formaciones políticas que quiere agrupar en una plataforma política para las próximas generales. Pero para asistir y brindar su apoyo, Podemos ha expresado públicamente desde hace dos semanas sus condiciones: un acuerdo antes de ese día que contemple la celebración de unas primarias y la concreción de cómo se desarrollarán. 

La deprecación del partido que dirige la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, plantea algunos problemas no tanto con las intenciones de la vicepresidenta segunda, sino con las del resto de partidos que quiere agrupar, muchos como Compromís o Más País, centrados en las autonómicas y municipales en las que competirán con Podemos. Esta semana, dirigentes del espacio de En Comú Podem planteaban que el momento del acuerdo no es ahora. “No es tiempo de muros. Todos queremos hablar de listas, pero ese tiempo no es ahora”, decían, en línea con lo que planteó hace pocos días el portavoz de la coalición valenciana, Joan Baldoví: “Cuando toque, regaremos”.

Aunque lo más probable es que cualquier acuerdo se empiece a labrar después del 28M y Podemos ha dicho que respeta los tiempos de la ministra de Trabajo, la advertencia de que no estarán en el acto de Madrid si no hay un pacto previo antes, aunque sea el esbozo de la negociación que tendrá que haber más tarde, puede condicionar la imagen de unidad que quiere proyectar Yolanda Díaz el 2 de abril, que difícilmente podría evitar un titular que obviara la ausencia de la principal formación del espacio en su acto de lanzamiento.

Los de Belarra restan importancia al acto y sostienen que lo relevante es la negociación, para la que plantean la celebración de unas primarias abiertas como forma más justa de elegir a los candidatos en caso de que las formaciones no se pongan de acuerdo en el peso que tiene cada una en el espacio. Son las líneas que planteó el ex secretario general del partido, Pablo Iglesias, en un artículo en Ctxt y que en Podemos comparten.

“¿Por qué son imprescindibles las primarias? Porque son la única garantía de que, en caso de que los partidos no lleguen a un acuerdo sobre lo que pesa cada uno, la unidad esté garantizada”, planteaba, al recordar que en el pasado, en las anteriores experiencias de negociación de Unidas Podemos, cada formación hacía primarias de forma interna y luego se llegaba a una mesa para acordar. Esos acuerdos, si bien eran difíciles, reconocía, eran posibles porque había cierto consenso en el peso electoral que cada formación tenía, un extremo que ve más lejano en la actualidad. Si hay disenso, lo mejor es celebrar unas primarias en las que la ciudadanía lo concrete. 

La primera fuerza en plantear una propuesta de primarias para este proceso fue Izquierda Unida, que en enero habló de una fórmula proporcional, por circunscripciones y con censo único, así como de una mesa de partidos para establecer esa negociación. Un censo, que según explicó este miércoles el secretario de Organización del partido, Ismael González, en una intervención en Canal RED, que debería ser nuevo, “donde la gente se inscriba verificando la identidad”. 

Su homóloga en Podemos, Lilith Verstrynge, le respondió en el mismo programa minutos después. “Proponemos un proceso de primarias abiertas y vinculantes. Aceptaríamos la propuesta de los compañeros de IU de hacer primarias proporcionales para que las minorías estuviesen bien representadas”, dijo. “Creemos que se tiene que llegar a un acuerdo a través de la participación democrática; se podría hacer de la nueva creación de un censo abierto donde pudiese inscribirse cualquier persona, no solo las personas de una organización política”, concretó, en línea con la voluntad que ha expresado Sumar de incorporar a personas independientes, de fuera de la política, en este proceso. 

Aunque hay consenso en celebrar primarias, las fórmulas son múltiples. Las primarias abiertas permiten a toda la ciudadanía inscribirse en el proceso de forma libre. También pueden ser cerradas, limitadas a los inscritos, militantes o afiliados de las formaciones. Por motivos de protección de datos, es muy complicado intercambiar los datos para elaborar un censo común de todas las formaciones que quieran presentarse, por lo que en ese caso sería necesario abrir un censo completamente nuevo en el que los interesados pudieran inscribirse voluntariamente. 

A partir de ahí hay fórmulas matemáticas para elegir de una forma u otra a los integrantes de las listas que se presenten. Pueden plantearse listas plancha, en las que los votantes deciden una lista completa de miembros. Otra opción es la de una votación separada del cabeza de lista y del resto de miembros por un lado. Pero también están encima de la mesa sistemas de listas abiertas, donde los participantes ponderan a quién quieren en cada uno de los puestos, aunque formen parte de candidaturas diferentes. Además, hay opciones para incluir en esas ponderaciones correcciones de género o proporcionalidad. En Podemos, por ejemplo, desde Vistalegre II se usa el sistema desBorda, ideado por Pablo Echenique a partir del conocido método Borda, que premia la lista mayoritaria pero garantiza la presencia de candidatos de las minoritarias. 

“Hay un acuerdo en todos los partidos que componen el espacio de que esto se tiene que resolver mediante el método de primarias”, dijo este miércoles el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, en declaraciones a los medios en el Congreso. Añadió que las primarias no serán una discrepancia real. “Lo que puede serlo es cómo van a funcionar, con qué censo” aventuró el diputado de En Comú Podem. 

Fuentes de los comuns atribuyen las declaraciones de Podemos a “movimientos tácticos” para “ganar posiciones” en la negociación, tanto si se termina dando un acuerdo en estos días que quedan hasta el acto de abril o si sucede en los próximos meses. En la formación de Belarra, sin embargo, defienden que la búsqueda de un pacto cuanto antes no se trata tanto de una maniobra para negociar en mejores condiciones sino una forma de garantizar un mejor resultado para todas las fuerzas de la izquierda en las próximas autonómicas y municipales. Podemos entiende que sin un buen ejercicio el 28M será muy difícil reeditar el Gobierno de coalición. Por eso piden a la vicepresidenta ese acuerdo previo que desbloquee además la posibilidad de que Yolanda Díaz haga campaña en todos los territorios donde se presenta Podemos en solitario o donde confluye con otras formaciones como IU.

Otra de las condiciones de Podemos es la bilateralidad. Desde el partido hablan en todo momento de un acuerdo de coalición con Sumar y entienden que el proceso de la plataforma de Yolanda Díaz y el pacto con ellos discurre por caminos diferentes que se encontrarán en todo caso en la negociación de una coalición electoral del tipo Unidas Podemos. Esta concepción choca, sin embargo, con la de la vicepresidenta, pero también con la del resto de actores. “Hay una diferencia entre lo que entendemos como Izquierda Unida que es Sumar. Sumar somos todos y todas. Sumar es Podemos, Compromís, Más Madrid, Más País. Todas esas organizaciones que quieren confluir en un proyecto de país”, dijo González el miércoles en respuesta a un planteamiento de la candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto.

El equipo de la vicepresidenta del Gobierno no quiere dar detalles sobre las conversaciones que mantiene con Podemos ni con el resto de fuerzas. “Los liderazgos los decide la ciudadanía. No tengan duda de que las candidaturas de Sumar las va a decidir democráticamente la ciudadanía”, dijo Díaz este miércoles en una entrevista en RNE, mientras se debatía en el Congreso la moción de censura encabezada por Ramón Tamames. “No creo que ese sea el obstáculo. Ha sido así y debe seguir siendo así”, expresó.

Al mismo tiempo, la vicepresidenta ha lanzado algunos mensajes en los últimos días que dejan poco margen para dobles lecturas. El domingo, en un acto de Sumar en Sevilla, recuperó unas palabras que Iglesias pronunció en 2019 abogando por la unidad. En la entrevista en RNE, pidió directamente: “Quiero que Podemos esté en ese acto. Creo que no hay ninguna razón para que no esté”.