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El PSOE intenta pasar página al choque por el ‘solo sí es sí’ y Podemos hará bandera de su ley en campaña

Irene Montero y Ione Belarra, este miércoles en el Congreso.

José Enrique Monrosi

20 de abril de 2023 22:16 h

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La aprobación de la reforma de la ley de libertad sexual dejó una imagen elocuente en el Congreso: la bancada del Partido Popular levantada en aplausos, la del PSOE en absoluto silencio y varios diputados de Unidas Podemos dirigiendo reproches a sus socios. El peor trago de la legislatura en el Congreso para la coalición tras meses de choque frontal en el seno del Ejecutivo y que ha enrarecido un poco más el ya de por sí complejo ambiente del Consejo de Ministros. 

Entre los socialistas la consigna vigente es la misma que trasladó Pedro Sánchez hace semanas a sus filas: dar carpetazo público al ‘solo sí es sí’ y no alimentar ninguna especulación sobre una posible ruptura de la coalición que él mismo se ha encargado de desterrar tras una crisis de Gobierno “quirúrgica” en la que no se planteó la salida de las ministras de Podemos.

Tienen el convencimiento en Ferraz de que el goteo de rebajas de condenas y excarcelaciones a agresores sexuales ha supuesto para el Gobierno uno de los problemas de toda la legislatura en los que más ha acusado el desgaste de la ciudadanía, por encima incluso de otros capítulos delicados como los relacionados con Catalunya, como el caso de los indultos o la reforma del Código Penal para la sedición y la malversación. Y creen ahora que, más allá incluso de los efectos legales de la reforma que se acaba de aprobar, el mensaje político de que el Gobierno ha corregido su propio error ha calado. 

“Esto no es bonito, ha sido una situación dolorosa. Pero también eran dolorosas las sentencias”, explicaba a la salida del pleno una ministra del PSOE respecto a la aprobación de la reforma subrayando que, en cualquier caso, esa votación “cierra un ciclo”. Pero ese interés por dar carpetazo en las filas socialistas choca con la estrategia de Podemos, que intenta marcar distancias con sus socios en las políticas feministas y eleva el tono por el apoyo del PP a la reforma. 

“Todas compartíamos que había que dar una respuesta a las víctimas ante las decisiones de rebajas de condenas, pero una reforma para avanzar con un claro mensaje de que los derechos feministas no se negocian con el PP”, lamentó Irene Montero desde la tribuna de oradores durante su intervención en el pleno de este miércoles. “Los derechos que la derecha y la extrema derecha ponen en el centro de sus ataques han preferido pactarlos con el PP”, añadió. 

Lejos de pasar por alto la intervención que, de facto, el presidente del Gobierno ha llevado a cabo en una de las leyes emblema de su departamento, la ministra de Igualdad definió la reforma como un “un grave retroceso en derechos de las mujeres”. “Somos el primer país que va a dar un paso atrás y justo a dos meses de la presidencia europea. Justo en este momento España tenía que estar a la vanguardia y cumplir el convenio de Estambul”, aseguró, antes de rechazar la idea de que esa reforma vaya a suponer solución alguna: “Dicen que esto es para atajar el problema, pero saben que ninguna reforma va a evitar las resoluciones judiciales de rebajas de penas”. 

A pesar de las críticas, en el PSOE apreciaron en Montero un tono menos agresivo que el de la diputada de Unidas Podemos Lucía Muñoz durante el primer debate de la toma en consideración de hace unas semanas, cuando llegó a equiparar a los socialistas con “los fascistas” de la extrema derecha y del PP. “He visto a Irene dolida pero nada más, no creo que esto suponga un salto cualitativo a peor en la coalición, ni mucho menos”, sostenían en el ala socialista del Ejecutivo tras escuchar a la ministra. Pero la cascada de críticas de Podemos a sus socios no se hizo esperar. 

Desde los canales oficiales de redes sociales de Podemos, los de Ione Belarra reaccionaron a la aprobación de la reforma refiriéndose “al silencio de la vergüenza” del PSOE por su pacto con el PP para “acabar con el consentimiento de las mujeres”. La delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell, definió la jornada como “un día triste para el feminismo, un paso atrás respecto a una ley que no se ha dejado aplicar”, mientras la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, lamentaba que los pasos de sus socios de Gobierno para la reforma discurrieran en “el marco de la extrema derecha”.

En Podemos señalan, además, que la ausencia del presidente del Gobierno del pleno que aprobó la reforma “prueba que no estaba orgulloso de la reforma”. Sánchez, de visita en Doñana, no acudió este jueves al Congreso, algo habitual salvo en votaciones decisivas. En la bancada azul del Ejecutivo, de hecho, solo estuvieron presentes las titulares de Igualdad, Derechos Sociales, Justicia, Pilar Llop, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. 

Los de Ione Belarra sí reconocen que la estrategia de cara a las municipales y autonómicas de mayo pasa por “diferenciarse” del PSOE, y para ello la reforma del 'solo sí es sí' será argumentario recurrente. “Está bien mostrar que somos dos partidos diferentes y todo sería más fácil si se asumiera que no hay posibilidad de eliminar al otro”, señalan en Podemos en referencia también a la crisis abierta con Yolanda Díaz. 

Aunque nadie se atreve a aventurar escenarios políticos posteriores al 28M, tanto en el PSOE como en Unidas Podemos siguen desechando la idea de una ruptura de la coalición. “Podemos está en su estrategia de subrayar las diferencias antes de las elecciones. Quieren diferenciarse de nosotros y de Sumar. Y volverá a ocurrir en septiembre u octubre, cuando se acerquen las generales”, intentan normalizar los socialistas, aliviados porque lo peor ya ha pasado, al menos con el ‘solo sí es sí’.

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