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“Si el PSOE no coge la mano tendida para un Gobierno de coalición, tendrá dificultades en las elecciones”

Carolina Bescansa en su despacho del Congreso durante la entrevista con eldiario.es.

Aitor Riveiro

Carolina Bescansa (Santiago de Compostela, 1971) recibe a eldiario.es en su despacho del Congreso. Un pequeño habitáculo donde convive su mesa, otra más pequeña, un armario, una trona y otros enseres infantiles poco habituales en un lugar así pero que le permiten una mínima conciliación entre la vida familiar y la profesional. Frente al ventanal, un gran calendario hecho a mano con una infinidad de anotaciones en vistosos y variados colores.

La secretaria del grupo Podemos-En Comú-En Marea mantiene su actividad como si la disolución de las Cortes no pareciera  irreversible. “En política, lo probable no siempre es lo que sucede”, asegura. Bescansa, socióloga de formación y analista electoral de cabecera de Podemos desde que participara en su fundación en 2014, confía en que el PSOE dé una oportunidad a un Gobierno de coalición tras la consulta que el partido ha realizado entre sus bases y cuyos resultados se conocerán el lunes. Y advierte que que serán precisamente Ciudadanos y los socialistas quienes más difícil lo tendrán ante la repetición electoral: “No me querría ver yo en el pellejo de Pedro Sánchez explicando en campaña por qué ha tomado esas decisiones”.

¿Hay margen para retomar las negociaciones que impidan una nueva convocatoria electoral?

Por supuesto que hay margen y están las condiciones dadas. El jefe del Estado ha puesto fechas para una ronda de consultas para que sea Mariano Rajoy, otro candidato del PP o Pedro Sánchez quienes lideren la formación de un Gobierno. Otra cosa es que la disposición política indique que se va en ese camino. Nosotros hemos abierto las urnas para que las inscritas y los inscritos en Podemos decidan cuál debe ser nuestra estrategia en esta situación que es compleja. El 20D las urnas dibujaron un escenario muy complejo y tiene que ser la gente la que lo resuelva. La alta participación que estamos teniendo, 90.000 personas el primer día, hará que sea cual sea el resultado de la consulta la decisión esté mucho más avalada, mucho más firme y nos permita resolver la situación con más claridad.

Si el resultado de la consulta avala el rechazo al pacto PSOE-Ciudadanos, ¿llamarán a Pedro Sánchez para volver a sentarse en una mesa de negociación o esperarán a que sea el PSOE quien llame?

La pelota está en el tejado del PSOE. Nosotros tenemos muy claro qué queremos hacer y si la consulta dijese algo distinto a lo que ha decidido la dirección de Podemos y del grupo parlamentario habría que revisar la estrategia. Pero si se respalda nuestra posición, habrá que comunicárselo al PSOE para ver si mueven su posición. Si el PSOE no coge la mano que se le está tendiendo para un Gobierno de coalición con Podemos, las confluencias y las fuerzas que apuestan por la reversión de los recortes y un programa económico que se sitúe a 180 grados de la posición en la que estamos, va a tener muchas dificultades en su campaña electoral para explicar por qué pudiendo haber conformado un Gobierno de cambio y transformación real decidió apostar por una vía que legitima las posiciones políticas del señor [Luis] Garicano, que en último término son las mismas que las de FAES. No me querría ver yo en el pellejo de Pedro Sánchez explicando en campaña por qué ha tomado esas decisiones.

Dijo Pablo Iglesias que si ganaba la primera opción, que avalaría el pacto PSOE-Ciudadanos, él tendría que asumir responsabilidades. Si eso ocurre, ¿qué harán?

Yo hago mía la frase. Si efectivamente de la consulta a los inscritos y las inscritas de Podemos sale un rechazo de la posición que hemos mantenido hasta ahora, yo tendré que asumir mis responsabilidades como dirigente de Podemos y del grupo. ¿Cómo se traduce y materializa? Veremos qué es lo que habría que hacer, pero sería impresentable que no asumiéramos la responsabilidad que deriva.

Decía antes que el PSOE tendrá un problema si se repiten las elecciones. Y parecía que los incentivos para un adelanto electoral estaban del lado del PP pero eso fue antes de los últimos escándalos de corrupción y la dimisión del ministro Soria. ¿Realmente hay algún partido que tenga incentivos para ir a nuevas elecciones?

[Reflexiona unos segundos] Las mejores expectativas, si hablamos de mejores resultados, no son ni para el PSOE ni para Ciudadanos. No son los que podrían salir mejor parados electoralmente. Ahora bien, desde 2014 hemos asistido a un proceso de disolución de las lealtades electorales partidistas. Antes el 10% o el 15% de la gente elegía su voto en campaña y ahora es el 30% o el 40%. El otro día viendo los datos de una encuesta me llamó mucho la atención que a pesar del agotamiento que detectamos en nuestro alrededor, porque la gente está hasta las narices y aburrida, los datos revelan que el interés por la política sigue muy alto, incluso más que antes del 20D. Ahora hay mucho electoral fluctuante y va a decidir su posición en función de lo que los partidos hagan en estas semanas.

¿Y eso en qué se traduce?

Si la estimación electoral siempre es difícil lo es más cuando lo que sí sabes es que la volatilidad es muy alta. Ahora bien, lo que no explica es que estemos viendo encuestas y análisis que dicen de una semana para otra que el 10% del electorado cambia el sentido de su voto. Eso es un disparate que sabe cualquiera que se dedique a hacer encuestas.

¿Puede ser una respuesta a un momento determinado que no signifique una decisión sobre el sentido del voto?

Desde 2014 han pasado muchas cosas buenas y otras malas. En la lista de las malas está que cada vez la distancia de los datos que dan las encuestas que se publican y las que no se publican es muy grande. Y eso es una pauta de los países con una democracia poco consolidada. Los institutos de opinión se vuelven menos respetuosos consigo mismos y con el prestigio de su propia marca. Y cuanto menos cariño le tengan a esa marca más disonancias habrá entre las encuestas publicadas y las no publicadas.

¿Tienen ustedes encuestas propias que no se hacen públicas?

Ya sabes que las encuestas son muy caras [ríe].

Pero ahora a Podemos entra más dinero que antes.

No mucho que tenemos que devolver el crowdfunding, no te creas. Estamos trabajando en una encuesta, a ver qué sacamos de ahí.

Recordaba antes que Felipe VI ha marcado ya unos días de audiencia para consultar a los grupos y ver si designa o no a alguien para intentar la investidura. ¿Qué le van a explicar ustedes en esa audiencia? ¿Qué cree que saldrá de esa ronda?

Primero tenemos que esperar a tener el lunes el resultado de la consulta que hemos formulado. Yo espero que el PSOE reaccione y que tengamos un nuevo espacio de interlocución para intentar llegar a una investidura. ¿Y qué esperamos? Pues eso no depende de nosotros, depende fundamentalmente del PSOE.

La posibilidad de nuevas elecciones ha recuperado un debate que ya estuvo sobre la mesa antes del 20D: la confluencia con IU. Usted estuvo en la negociaciones anteriores, ¿qué diferencias podría haber entre lo que pasó entonces y lo que pueda ocurrir ahora?la confluencia con IU

En primer lugar ni siquiera está claro que vaya a haber elecciones. Aunque sea lo más probable, la política no tiene que ver con la ley de la probabilidad, no es como tirar una moneda al aire. Pasar al segundo peldaño de cuáles van a ser los acuerdos me parece precipitado. Sí es cierto que hemos aprendido en las mesas de negociación con el PSOE que existe una mayoría que suma que incluye a las confluencias, a Compromís y a IU. Y esa mayoría parlamentaria tiene muchos vínculos fuera del Parlamento. Y vale la pena explorar cuáles son las relaciones con el conjunto de fuerzas que pueden sumar para la conformación de esa mayoría de cambio. Pero creo que es un poco precipitado entrar ya en esto.

Ha sido Pablo Iglesias el que ha dicho que habría que intentarlo. Íñigo Errejón también se ha mostrado abierto a sumar si se cumplen determinadas condiciones que ya son las que estaban sobre la mesa para el 20 de diciembre. Pero da la sensación de que las posiciones de partida son más permeables por ambas partes.

Hay una experiencia buena en Galicia y en Cataluña. La fórmula de las confluencias es positiva y exitosa y se ha revelado ganadora donde se ha puesto en marcha. Aunque también es cierto que la experiencia Podemos en solitario también se ha revelado como buena en Madrid, en Euskadi y en el conjunto del Estado. Hay espacio para el cambio pero es positivo lo que significa sumar y diversificar. Eso nos enriquece y tiene más que ver con lo que Podemos es y tiene que ser. Pero todavía estamos en el medio de una consulta con la gente deseando decidir cuál va a ser el futuro Gobierno de este país y con plazo suficiente para que el PSOE modifique su posición y abra la posibilidad de un Gobierno del cambio donde sin duda estará IU, Compromís y el resto de las confluencias. Vamos a darnos un chance.

¿En esa encuesta que dice que está preparando preguntarán por la opción de una confluencia con IU?

Las encuestas tienen poca fuerza performativa. Es difícil preguntar a la gente sobre cosas que la gente no esté pensando en ellas. Para que funcione bien, en una encuesta se pregunta por cosas que están claras y son conocidas. No sé yo si esa hipótesis tan abstracta...

Ustedes siguen adelante con la actividad parlamentaria pese a que casi todo el mundo da por muerta la legislatura. ¿Qué se ha encontrado que no se esperaba encontrar en el Congreso?

Yo había venido muchas veces al Congreso antes de que existiera Podemos. Había venido con estudiantes y a escuchar debates en el Pleno. Creía que conocía en cierto sentido el Congreso y como ocurre con las cosas que crees que conoces lateralmente, cuando entras te das cuenta de que no las conoces ni el 10%.

Lo que me he encontrado es una institución muy lenta y una voluntad política muy clara por parte del PP de no ponerla en marcha. Al mismo tiempo, me he encontrado relaciones con el conjunto de los grupos no todo lo claras que habría sido bonito encontrar y muchas dificultades para lograr cauces de interlocución que permitiesen la formación del Gobierno del cambio. Y como último rasgo de la institución he descubierto que tiene mucha capacidad de aislarnos de la gente. Es un sitio donde es muy fácil perder el contacto con la gente si te quedas dentro encerrada.

¿Cómo condiciona la institución a un partido que hasta hace un año no estaba?

La sensación que te describo la están sintiendo los otros diputados y diputadas y creo que ha servido como incentivo para que todos, cuando podamos, nos vayamos a las calles y a las plazas a hablar con la gente otra vez para no perder el pulso de aquellas personas que nos pusieron aquí. Nos viene muy bien tomar la acción parlamentaria como mecanismo de canalización con la sociedad civil de tal manera que las iniciativas legislativas sean el resultado de un trabajo conjunto, no tanto algo retórico y autorreferencial. Estos meses nos han encendido a todos las alertas sobre la capacidad que tiene la institución para aislarnos y sacarnos de las calles.

Podemos defendió desde el principio un mensaje transversal y salir de las casillas izquierda y derecha. ¿Cree que entrar en el Congreso ha redefinido a Podemos hacia la izquierda? ¿Ha perdido la ubicación central para irse al margen izquierdo del tablero?

No, fíjate que nos han sentado entre Ciudadanos y el PSOE. Y de hecho estamos en uno de los puntos más transversales del hemiciclo.

Pero esa es la ubicación física y yo me refiero al discurso, a con quién se buscan los pactos o qué propuestas legislativas se votan o no.

Como metáfora, cuando llegamos nos sentaron en el gallinero. Y luego nos han ido bajando. Se ha impuesto la dinámica arriba-abajo y luego nos han sentado en el medio porque no sabían dónde sentarnos.

El otro día se admitió a trámite la Ley 25 que trata de recuperar los derechos básicos de la gente para generar condiciones de dignidad de acuerdo con un marco general de derechos humanos. Y se visibilizó que hay una mayoría diferente para forzar un cambio en nuestro país. Yo creo que la defensa de los derechos humanos es un elemento que supera el eje de diferenciación izquierda-derecha. La mayoría de las personas en nuestro país está comprometida con la defensa de los derechos humanos y ese es marco transversal.

La acción política de Podemos en esta institución es de contenido básicamente transversal y cuando impugnamos el eje izquierda-derecha no lo hacemos porque nos moleste caer en una casilla o en otra; lo hacemos porque creemos que no tiene capacidad explicativa. Yo no digo que no exista pero no tiene capacidad para dar cuenta de lo que está pasando.

Ayer Unicef presentaba aquí un informe que decía que en términos de desigualdad y pobreza infantil estamos en el triste puesto número 4 de la UE. La lucha activa contra esto, la creación de una comisión de infancia que aborde este tipo de cuestiones es transversal. Que la mayoría de los españoles, con independencia de dónde se posicionen, está diciendo que se haga eso. Yo creo que las cosas que estamos planteado aquí: Ley 25, comisión de la infancia, derechos para los refugiados, comparecencia del Gobierno, ese tipo de acción es acción política transversal.

¿Sigue siendo mayoritaria esta apuesta por el eje transversal dentro de Podemos?

Nosotros no hemos cambiado nuestro análisis, pero no porque esta apuesta por la transversalidad tenga que ver con una voluntad política de hacerlo sino porque las condiciones que impugnaron la diferenciación izquierda-derecha siguen vigentes. En el momento en que las condiciones de impugnación de ese eje se alteren pues a lo mejor podemos reconsiderar si es eje vuelve a explicar lo que pasa.

Que el ministro Soria tenga un entramado de empresas en paraísos fiscales, ¿es de derechas? No. Es un chorizo. Y eso no es ser de derechas. El conservadurismo y las posiciones más reaccionarias o las posturas sobre la economía no tienen que ver con ser un chorizo o un corrupto. La detención de la cúpula entera del PP en Valencia o las redadas de la Guardia Civil que parece que estamos hablando de tramas mafiosas. Todo eso no les pasa por ser de derechas, les pasa por ser unos chorizos. Y eso lo que nos dice es que los grandes problemas de la sociedad española no se pueden explicar correctamente desde el eje izquierda-derecha, sino que se tienen que explicar desde otro distinto que tiene que ver con la impugnación de las condiciones del sistema que han permitido que toda esta trama de corrupción domine y se garantice la impunidad en el marco de las instituciones.

¿Eso no choca con el rechazo a un acuerdo que propicie un Gobierno de Pedro Sánchez con Ciudadanos que eche al PP del Gobierno?

Hemos hablado del deterioro de las instituciones, de corrupción y de putrefacción institucional. Hablemos de economía. Ciudadanos es muy claro y dice que el 80% de los contenidos del pacto con el PSOE responden a su programa. Yo lo he leído y estoy de acuerdo. Para nosotros es fundamental revertir los recortes, recuperar la inversión pública, incrementar el gasto público en servicios básicos porque entendemos que la inversión pública significa generar mecanismos de crecimiento en lo social porque cada euro que se mete en el circuito público de inversión y en servicios tiene un efecto multiplicador en términos de crecimiento económico y de creación de empleo que es el único camino posible para nuestra economía. Esto pasa por renegociar la deuda, por una interlocución en Europa en otras condiciones, por una reforma fiscal que permita aumentar los recursos públicos, etcétera. Este planteamiento, que es el nuestro y que creemos que es el único posible, se confronta con el de Ciudadanos que es básicamente continuista en relación a las políticas de austeridad y que no cree que la inversión pública sea el motor principal para sacar a España de la situación en la que se encuentra.

Nosotros hemos ido a la última negociación cediendo. En lugar de una inversión pública de 90.000 millones hemos bajado a 60.000; en lugar de una política de protección de los derechos laborales tan exigente como habíamos planteado vamos a derogar la reforma del PP pero podemos negociar si mantenemos pérdidas de derecho como se planteaba en la reforma del PSOE. Y lo que se nos ha dicho es 'no'. Porque el planteamiento fundamental, que es el planteamiento de Ciudadanos, parte del principio de que la inversión pública no es inversión sino gasto. Que no va a ser nunca el motor que active la salida de esta situación. Y que la austeridad es una condición imprescindible para que la economía española pueda salir de la situación en la que está.

Cuando el PSOE, que en su programa tiene un planteamiento muy parecido al nuestro, decide que abandona su programa y se pasa a las tesis de Garicano nos quedamos sin caminos para ir juntos. Con el PSOE podíamos sentarnos y negociar porque partimos de una posición común. Cuando el PSOE abandona ese planteamiento básico de la socialdemocracia y se pasa al ala de la austeridad no podemos recorrer ningún camino juntos.

¿Está cerrada la herida que produjo la destitución de Sergio Pascual o todavía hay restos del daño que se produjo?

Se cerró de manera casi sorprendentemente buena con la elección de Pablo Echenique en el Consejo Ciudadano por unanimidad. Por unanimidad.

La unanimidad hay sitios donde es sospechosa a veces.

Estoy de acuerdo pero este no es el caso. Lo que revela es que había una solución que ya sea de manera más activa o más pasiva era entendida y comprendida como solución positiva por el conjunto de la organización. Y eso es muy bueno. Por otro lado, Echenique desde el primer día se ha comprometido con el trabajo de manera espectacular. Se ha arremangado la camisa y está dándolo todo.

¿Cree que la decisión de Pablo Iglesias de cesar a Sergio Pascual fue la adecuada?

Sí, sin duda.

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