La reunión de PSOE y Unidas Podemos para retomar las negociaciones tras la investidura fallida de julio ha concluido sin avances tras cuatro horas y cuarto de conversación. La coportavoz de Unidas Podemos, Ione Belarra, ha asegurado al término de la cita, que tuvo lugar en una sala del Congreso de los Diputados, que salen “preocupadas” porque el PSOE se ha limitado a presentar un “programa electoral” y ha denunciado que permanece “inamovible” en su intención de gobernar en solitario. “Hemos constatado diferencias, pero hemos quedado en seguir hablando”, ha dicho la portavoz socialista, Adriana Lastra. El pesimismo es patente en ambas partes, pero ninguna quiere levantarse aún de la mesa.
Pasadas las 21:15 horas de la noche, Belarra ha comparecido durante 34 segundos para explicar el resultado del encuentro a la prensa y sin admitir preguntas, ha afirmado que ambas delegaciones se han emplazado “a seguir hablando en los próximos días y, si es posible, a mantener alguna otra reunión”. A tenor de las palabras de la diputada de Unidas Podemos, ni siquiera está garantizado que vaya a haber una segunda cita.
“Nos vamos sinceramente preocupadas porque básicamente han venido a presentarnos un programa electoral, se han mostrado profundamente inamovibles con las posiciones en las que ya mantenían”, ha afirmado Belarra ante las cámaras.
“Han venido a presentar una tercera vía que en realidad es la primera y la única vía que ha mantenido el PSOE, que es la del partido único”, ha zanjado la diputada de Unidas Podemos.
Fuentes del grupo confederal aseguran que su equipo negociador “ha propuesto al PSOE negociar en serio un gobierno, programa y equipos para desarrollarlo”, pero que los socialistas se niegan a “negociar un Ejecutivo”.
Unos minutos después de la declaración de Belarra, Adriana Lastra ha comparecido también sin ninguna euforia ante los medios en la Carrera de San Jerónimo: “Hemos constatado diferencias, pero hemos quedado en seguir hablando”. “Nos hemos sentado a hablar y lo que nosotras esperamos es seguir haciéndolo”, ha repetido la portavoz socialista en el Congreso.
Lastra ha aprovechado la ocasión para asegurar que los socialistas se han “movido muchas veces” desde el 28 de abril, en referencia a las distintas propuestas que Sánchez hizo en el mes de julio, pero no ha querido responder a la pregunta de si habían ofrecido cargos concretos a sus interlocutores en esta ocasión. El principal escollo de la negociación sigue siendo la negativa de los socialistas a aceptar la coalición y el rechazo de Unidas Podemos a votar favorablemente a la investidura de Sánchez sin entrar en el Gobierno. “Para preservar una negociación que este partido quiere que llegue a buen puerto es necesaria la discreción”, ha aseverado.
Fuentes de los dos partidos confirman que, puertas adentro, desde la parte del PSOE no se han concretado cuáles son esos cargos fuera del Gobierno que Sánchez está dispuesto a ceder a representantes de Unidas Podemos. “No hemos entrado”, reconocen fuentes socialistas.
A pesar de que ambas partes se han emplazado a seguir hablando y a “intercambiar papeles”, igual que hicieron Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en su primera cita en Moncloa tras las elecciones generales, no hay siquiera garantizada una nueva reunión en los próximos días para intentar desbloquear la situación.
Ambos partidos tienen un margen de apenas dos semanas para alcanzar un acuerdo que evite la repetición electoral, ya que el rey volverá a convocar a los grupos para valorar si algún candidato puede alcanzar la confianza del Congreso para ser investido antes de que las Cortes se disuelvan de manera automática el 23 de septiembre. En Moncloa aseguran que Sánchez no irá a una nueva investidura sin los apoyos amarrados.
Los próximos días serán determinantes. En Unidas Podemos están convencidos de que el equipo de Sánchez aprovechará la vuelta de vacaciones para hacer encuestas y que la negociación dependerá del resultado de los sondeos.
“Lo que nos transmiten es: o gobernamos en solitario a pesar de no tener mayoría absoluta, o elecciones”, señalan fuentes de Unidas Podemos, que consideran que “o Pedro Sánchez ha decidido llevarnos ya a elecciones o está esperando al último minuto para volver a hacer una oferta de coalición”. Sin embargo, el PSOE está cerrado en banda a esa posibilidad que Sánchez calificó de “inviable” e “impracticable”.
Las conversaciones se han retomado en un clima de total desconfianza tras el fracaso de la negociación que llevaron a cabo en el mes de julio y semanas de reproches cruzados entre portavoces de uno y otro lado.
En ese fiasco de la votación del pasado 25 de julio justifica Pedro Sánchez su negativa a formar una coalición con Unidas Podemos. En la presentación del documento con 370 medidas con el que pretende atraer a su “socio preferente”, Sánchez dejó claro que esa opción es “inviable” e “impracticable”. Es una posición que se ha extendido en el PSOE, aunque en los niveles intermedios preocupa una repetición electoral que el presidente en funciones no ha descartado y a la que la dirección socialista dice no temer.
Iglesias insiste entretanto en que la coalición es la única fórmula posible y reclama respeto a los 3,7 millones de votantes que obtuvo el 28A. “Está muy bien un acuerdo de programa pero tiene que haber personas que ejecuten esas políticas”, expresó el líder de Podemos en una entrevista en la que también deslizó que los socialistas han incumplido en el pasado acuerdos programáticos a los que llegaron con su formación. Para él, su entrada en el Gobierno es un requisito imprescindible para garantizar que el PSOE ejecuta los compromisos progresistas.
La respuesta de Sánchez a esos “recelos” fue crear un sistema de “triple garantía” de cumplimiento del pacto –una oficina dependiente de Hacienda, comisiones en el Congreso y el Senado y un mecanismo de verificación en el que se integrara la sociedad civil–. Además, el PSOE se abre ahora a dejar huecos a Unidas Podemos en instituciones para compartir la “gobernanza”, pero siempre fuera de las estructuras ministeriales. La oferta es insuficiente para su potencial aliado.
A pesar de que esta ha sido la reunión más larga que han mantenido las dos formaciones en el marco de las negociaciones para el proceso de investidura, ha concluido sin ningún tipo de avance. El PSOE ha mantenido a su equipo negociador, integrado por Carmen Calvo, Adriana Lastra y María Jesús Montero, mientras que por parte del grupo confederal se ha ampliado la representación para dar cabida a las formaciones que lo componen. Así, repiten Pablo Echenique e Ione Belarra, y se suman la portavoz de Galicia en Común, Yolanda Díaz; el diputado de IU, Enrique Santiago; el portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens; y el diputado de Equo, Juantxo López de Uralde.