El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz interrogó ayer a Jordi Pujol Ferrusola sobre sus supuestos viajes a Andorra con mochilas repletas de billetes de 500 euros. El imputado negó que fuera cierta la acusación vertida en sede judicial por su expareja María Victoria Álvarez y, según fuentes de su defensa, apostilló: “La gente no va por la vida así”.
Pujol Ferrusola está imputado por fraude fiscal y blanqueo de capitales a raíz de la denuncia que realizó Álvarez a la UDEF. Antes, los policías habían acudido a ella preguntando por el contenido de la conversación que tuvo en 2010 con Alicia Sánchez-Camacho en el restaurante barcelonés La Camarga, grabada por la agencia Método 3. La mujer contó a policías y juez a finales de 2012 que ella misma acompañó en varias ocasiones al primogénito de los Pujol a Andorra con bolsas cargadas de billetes de 500 euros.
Pujol Ferrusola, según las mismas fuentes, negó ante el juez que tuviera una relación de confianza con Álvarez, lo que excluía informarla de sus negocios. Cuando el juez le preguntó por las motivaciones que pudo tener para denunciarlo, el hijo del expresident respondió: “No lo sé, las exclusivas yo las doy aquí”.
En un momento del interrogatorio, Ruz preguntó a Pujol Ferrusola sobre su trayectoria profesional. El imputado aprovechó esa pregunta para rebatir el informe policial sobre sus “amplios” conocimientos de distintas materias de negocio, nada relacionadas entre sí. Según la defensa del hijo de Pujol, el relato de la experiencia profesional que hizo su cliente justificó sus habilidades para mediar en distintos campos.
Por ejemplo, Ruz preguntó a Pujol Ferrusola por una mediación realizada en Gabón para Isolux en relación con una central eléctrica. El imputado afirmó que viajó 3 veces al país, que fueron diez años de trabajo y que éste no podría haberse realizado sin la colaboración de dos catalanes que residen allí, los hermanos Duró. Estos obtuvieron el 82 por ciento de las ganancias por la intermediación y Pujol Ferrusola el 18 restante, precisaron.
Preferentes del BBVA
El imputado se desentendió de lo que el BBVA hiciera en paraísos fiscales con el dinero que invirtió, parte en preferentes de la entidad. Pujol Ferrusola dijo al juez de que él no tenía responsabilidad de lo que el banco hiciera con el dinero invertido por él, que le reportó beneficios. En concreto, son más de 7 millones de euros que, invertidos una y otra vez, suman los 32 millones en movimientos bancarios realizados entre 2004 y 2012, según el relato del imputado.
Las investigaciones policiales también apuntan a un pelotazo con dos fincas rústicas de Palamós. Fueron adquiridas por Mercé Gironè en 2002 a su cuñado, que le prometió que se revalorizarían, según el relato de la defensa de Pujol Ferrusola. Los terrenos fueron revalorizados por una comisión de urbanismo controlada por el PSC, arguye la defensa de Pujol. Fueron adquiridos por la pareja a 217 millones en 2002 y vendidos después por 4,8 millones.
Declaración de la secretaria
En la mañana de este martes ha declarado ante Ruz, en calidad de testigo, Cristina Isabel de Francisco. Trabajó para la pareja en el pasado y ahora solo lo hace para Pujol Ferrusola, afirmó en sede judicial. Según ha dicho al juez, ella se limitó a reservar el nombre de una de sus compañías, Project Marketing Cat, porque estaba libre cuando llamó al registro. Fue un trámite previo a la constitución de la sociedad y siempre siguiendo las instrucciones de la pareja.