A punto de 'estropearlo': los accidentes de carretera escalan a niveles de prepandemia
“Convendría no olvidar que cuando pase la pandemia del coronavirus volverá a emerger la pandemia de los accidentes de tráfico y sus dramáticas consecuencias”. Esta predicción, realizada el pasado enero por el máximo responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, en una entrevista en elDiario.es, ha acabado por cumplirse. Pasada la época más dura de la emergencia sanitaria y las restricciones a la movilidad, la siniestralidad ha regresado a las carreteras españolas.
En los siete primeros meses de 2021, hasta el pasado 31 de julio, fallecieron en accidentes de circulación un total de 559 personas. La cifra supone un descenso del 8,4% respecto al mismo período de 2019 –cuando los accidentes de circulación se cobraron la vida de 610 personas– pero también debe ponerse en contexto, pues hasta el 9 de mayo estuvo en vigor el estado de alarma que limitó desplazamientos entre comunidades autónomas e incluso dentro de las mismas. Menos comparables son todavía los datos del mismo período en 2020, cuando un confinamiento estricto recluyó a los ciudadanos en sus casas durante parte de la primavera. Entonces se registraron 458 fallecidos, un descenso histórico que el propio Navarro atribuyó a las “vicisitudes y tribulaciones” de la pandemia.
Tras el fin de las restricciones, saltaron las alarmas en la DGT y el Ministerio del Interior el pasado junio. Solo en ese mes murieron en las carreteras 116 personas, lo que supuso un repunte de casi el 50% respecto al mismo mes de 2019, cuando los accidentes de circulación se llevaron por delante la vida de 78 personas. “Son señales de alarma muy preocupantes, que debemos atajar cuanto antes. Nos ha costado mucho llegar a este verano. Hemos comenzado con una buena noticia, el fin de las mascarillas al aire libre, que avanza ya el final de la pesadilla. No lo echemos a perder. Las vacunas nos hacen inmunes al virus, no a los accidentes de tráfico”, recordó el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, en una rueda de prensa el pasado junio.
El ministro anticipó en esa comparecencia el mensaje que la DGT ha llevado a la radio, la televisión, los medios digitales y las redes sociales durante este período estival: “No estropees este verano que tanto nos merecemos”. El temor de las autoridades era que tras las restricciones se produjera en los ciudadanos una relajación que pudiera provocar falta de precaución y excesos que les llevaran a cometer infracciones al volante.
Tras los alarmantes datos de junio, la tendencia parece haber cambiado en julio, cuando se produjeron 95 accidentes mortales con 99 fallecidos, 18 menos que en el mismo mes de 2019. También es una cifra inferior a la registrada en julio del año pasado –coincidiendo con el fin de las limitaciones a la movilidad tras el primer estado de alarma–, cuando los muertos en las carreteras alcanzaron los 115. Sin embargo, el verano todavía no ha acabado y tiene que producirse la operación especial del 15 de agosto y la operación retorno a finales de mes, lo que lleva a los responsables públicos a temer que el repunte de los datos de siniestralidad acabe por consolidarse en estos meses de verano.
Más de 90 millones de desplazamientos
Para este verano, en el que las estimaciones hablan de un total de 91,2 millones de desplazamientos con unos datos muy similares a los niveles prepandemia, la DGT ha combinado las citadas campañas de concienciación en medios de comunicación con las habituales operaciones de regulación y vigilancia. También con dispositivos de intensificación de los controles de alcohol y drogas o centrados en algunos de los colectivos que presentan mayor riesgo, como los motoristas.
Por ejemplo, el fin de semana del 24 y 25 de julio la DGT llevó a cabo un dispositivo especial de vigilancia y control en las carreteras especialmente frecuentadas por motoristas –que suelen ser las convencionales, donde se concentran el 85% de los siniestros mortales en este tipo de vehículos– que se saldó con 493 denuncias sobre un total de 13.583 motos controladas. El exceso de velocidad motivó el grueso de denuncias, con un total de 184.
La existencia de conductores imprudentes preocupa especialmente a las autoridades. La semana pasada, en una rueda de prensa, el fiscal de Sala de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, hizo un llamamiento a los ciudadanos para que de forma inmediata comuniquen cualquier conducción temeraria y de riesgo en la carretera tras haber detectado un aumento de estas conductas tras el confinamiento. “Hay más conductores que desprecian y no respetan las normas de tráfico”, aseguró el fiscal, según informa Efe.
Se trata de la primera vez que desde el Ministerio Público se recuerda a los ciudadanos que están “legitimados para denunciar” con un llamamiento explícito para ello. En concreto, el fiscal instó a los ciudadanos a anotar la matrícula y detenerse para comunicar conductas como hostigamiento o acoso a otro vehículo, adelantamientos indebidos, elevada velocidad en zonas con presencia de peatones, derrapes o acciones exhibicionistas.
Vargas también se dirigió a los policías de tráfico, a los que a través de un oficio pidió que realicen más controles de velocidad y de consumo de alcohol y drogas. Estos últimos se redujeron en torno a un 50% en 2020 –se realizaron tres millones y medio menos que en 2019– como consecuencia de la dedicación de los agentes a los controles de movilidad para hacer cumplir las restricciones y el menor número de vehículos circulando por las carreteras.
Según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, casi la mitad de conductores fallecidos durante 2020 dieron positivo en alcohol, drogas y psicofármacos. Así, de los 597 conductores que murieron en accidente de tráfico durante el año pasado y que fueron sometidos a autopsia y análisis toxicológico, un total de 291 (48,7%) arrojaron resultados positivos es esas sustancias, lo que implica un 3,2% más que en 2019. Asimismo, el exceso de velocidad es otro de los grandes retos en la lucha contra la siniestralidad en las carreteras. Una campaña específica de la DGT entre el 12 y el 18 de julio en la que se controló a 555.221 vehículos acabó con 29.301 conductores denunciados por circular a una velocidad superior a la permitida. Es más del 5% del total.
Por otro lado, los datos que maneja la Fiscalía General del Estado también ofrecen otra perspectiva preocupante: las cifras de siniestralidad vial no descendieron durante el año de la pandemia en la misma proporción que la movilidad. Así, los movimientos de largo recorrido se redujeron en 2020 en un 24% respecto al año anterior, frente al descenso del 17% de las acusaciones por delitos viales y del 10% de los procedimientos judiciales incoados en esta materia, de los que el 90% –un total de 102.084– acabaron en condena. Esta es una cifra superior, por ejemplo, a la registrada en 2017, cuando los procedimientos por delitos contra la seguridad vial alcanzaron los 96.303. Al mismo tiempo, las condenas se incrementaron en un 50%: de 2.009 en 2019 a 3.050 el año pasado.
A falta de los datos completos de este segundo verano de la pandemia, preocupa especialmente a la Fiscalía el incremento de los delitos relacionados con el exceso de velocidad punible, con 707 acusaciones por parte del Ministerio Público en 2020 respecto a las 531 de 2019; y con la conducción temeraria, con 2.087 acusaciones el año pasado frente a las 1.369 de 2019.
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