Mariano Rajoy no ha conseguido que acudieran las 4.300 personas convocadas este domingo para llenar su mitin central de campaña en Las Rozas (Madrid). En un municipio acomodado y gobernado por el PP, en una comunidad gobernada por Cristina Cifuentes, el candidato ha tenido que insistir a los votantes conservadores que no se vayan con Ciudadanos. La misma mañana que Albert Rivera triunfaba en Vistalegre, Rajoy pedía a los que le escuchaban que se andasen “con mucho cuidado porque pueden encontrarse con que voten a un candidato y acabe elegido otro”. Sin claridad en los pactos, ha dicho, el derecho al voto “no es completo si no se sabe a dónde va”.
Los asuntos centrales no han sido ni el recuerdo a los policías muertos en el atentado de Kabul ni la presencia de Leopoldo López, padre del opositor venezolano encarcelado, al que se le ha concedido la nacionalidad española. Ni siquiera la apelación a la unidad de España frente al “chantaje soberanista”. Tras una primera parte de reivindicación de los logros y recuerdos a la herencia recibida, el mensaje principal de Rajoy se ha concentrado es descalificar a sus rivales por su “bisoñez” y por presentarse con programas que ha calificado de “papel mojado”. El único objetivo común, ha dicho, es impedir que repita en La Moncloa. Aun así, ha asegurado que ganará y gobernará.
Los ataques contra Rivera y su partido fueron los usuales: la falta de experiencia y que son un producto del marketing. A pesar de que las encuestas prueban que el mordisco de Ciudadanos el 20D será fuerte en Valencia y Madrid, Rajoy ha negado que pueda gobernar el país alguien sin experiencia: “Es buena en la vida para todo y al único que no le gusta es al que no la tiene. Precisamente por eso, porque no sabe lo que es”.
“Dicen 'votadme a mí porque no hemos hecho nada mal'. Pero es que tampoco han hecho nada bien, no han hecho nada”, ha exclamado. La antigüedad y la fuerza de los militantes del PP, 800.000 según el partido, son su principal baza frente a los partidos “que empiezan y acaban con su candidato”. También, lo amplio del equipo conservador. El candidato que se ha negado a asistir a más debates que un cara a cara con Pedro Sánchez y el que envió como sustituta a su número dos en el debate con los principales rivales, ha presumido de tener “equipo, cantera e historia”.
Más allá de la promesa de que habrá 20 millones de españoles trabajando si repite en el poder, Rajoy ha dedicado tanto tiempo a atacar a Ciudadanos que no ha tenido tiempo para hablar más que de pasada de los cuatro grandes objetivos que se han convertido en su mantra de campaña. El himno del PP ha empezado a sonar cuando trataba de repetirlos.
Solo en el momento de saludo final, han subido al escenario Cristobal Montoro e Isabel García-Tejerina. La participación de ambos ministros, números cuatro y tres de la lista respectivamente, está siendo muy diferente. El ministro de Hacienda no es persona grata a la hora de recabar votos y ya se ha ocupado de dejarlo claro Esperanza Aguirre, presidenta del partido. La responsable de Agricultura ha participado en más actos por toda España y se puso a disposición de Aguirre nada más ser incluida en la lista.