Las Palmas de Gran Canaria, 12 ago (EFE).- El destructor estadounidense USS Bulkeley ha hecho escala este viernes en el puerto de Las Palmas antes de su llegada a Rota (Cádiz), como parte de los habituales planes de rotación de buques para modernizar la flota.
Se trata de una campaña prevista con anterioridad a la invasión de Ucrania y al acuerdo entre España y Estados Unidos en la cumbre de la OTAN, donde se acordó añadir dos destructores a la base de la ciudad gaditana.
Así lo ha asegurado en declaraciones a Efe y TVE el capitán del destructor USS Bulkeley de la Armada de Estados Unidos, Mac Harkin, tras arribar con unos 320 marineros desde Norfolk (Virginia, Estados Unidos).
Harkin ha señalado que la Armada de Estados Unidos está reemplazando los destructores actuales por modelos más modernos, algo que se hace “aproximadamente cada cinco años”.
“La rotación estaba planeada desde mucho antes de la invasión rusa de Ucrania. El Bulkeley tenía previsto ir a Rota desde 2018 o 2019 como parte de la estrategia de modernización de la flota”, ha insistido.
LA VIDA A BORDO DE UN DESTRUCTOR
En el USS Bulkeley conviven 320 marineros que llegan a trabajar entre 14 y 18 horas al día en función de sus guardias y que, además del trabajo asignado, deben encontrar tiempo para conseguir sus acreditaciones y limpiar el barco.
La especialista de operaciones Crespo Pérez, de solo 18 años, apunta que la rutina “suele ser siempre la misma”, aunque más intensa en alta mar, cuando realizan labores complejas de radares y localización de otros buques y submarinos.
Al llegar a puerto, explica, el barco debe estar limpio y la basura fuera para disfrutar del “liberty call” (llamada de libertad) que les permite visitar la ciudad salvo que tengan guardias o alguien no haya hecho su cama o recogido su ropa.
Es lo que le ha pasado a uno de los jóvenes marineros, que se lamentaba mientras por megafonía daban vía libre al resto, ya que se ha tenido que quedar a bordo del buque durante toda la jornada por no hacer correctamente su cama.
Para Crespo Pérez, una de las cosas más difíciles a bordo es mantenerse despierta durante los turnos porque las horas “son muy largas” y “no poder dormir te mata”.
LA GESTIÓN DEL TIEMPO Y EL AISLAMIENTO
Por razones de seguridad, los destructores no cuentan con conexión a internet, así que mientras están navegando en alta mar pasan días o semanas sin poder comunicarse con sus familias y sin acceso a redes sociales.
A la oficial Alberico, ingeniera a cargo de los sistemas eléctricos y luces, ese hecho le parece “refrescante” ya que le sirve para ahondar en las relaciones con otros marineros y avanzar en sus acreditaciones.
“La vida a bordo es bastante agitada, especialmente en alta mar. La mayor parte de los días estamos de guardia, pero el tiempo pasa rápido”, opina esta oficial que esta semana comienza sus turnos a las dos de la mañana.
El oficial de comunicaciones Delfino García, a cargo de los mensajes y transmisiones que salen del buque, señala que lo que más le gusta de estar a bordo del USS Bulkeley es el trabajo en equipo y la sensación de “ser una familia” que existe entre los marineros.
García, quien está a cargo también de manejar el barco en el puente de mando, reconoce que “lo más difícil” es seguir la rutina y mantener la energía para trabajar porque, a su juicio, las horas y los días obligan a pensar en motivos para seguir adelante.
Por Cristina Magdaleno