A finales de enero, el Tribunal Supremo confirmaba la condena que le impuso en su día el Tribunal Militar de La Coruña por gritarle a su jefe: “maricón, no tienes huevos, lo que me tengas que decir me lo dices a la cara”.
“Vamos a visitarle por responsabilidad, para ayudar a combatir una injusticia y en coherencia con nuestra posición contraria a la aplicación de la justicia militar fuera de las misiones internacionales”, explicó Díez en declaraciones a Europa press.
La portavoz de UPyD lo considera “un abuso intolerable, impropio de un Estado de Derecho” que “se vulneren los derechos de los ciudadanos por el hecho de ser ciudadanos, lleven uniforme verde o no”.
“Si bien la disciplina en las fuerzas de seguridad es un valor importante, juzgar con el Código Penal Militar este acto se constituye en algo injusto”, ha añadido, por su parte, el candidato de UPyD a la Asamblea Regional, César Nebot.
A su parecer, las fuerzas de seguridad como la Guardia Civil “no deben de ser ciudadanos de segunda y es necesario que disfruten de los derechos de cualquier ciudadano español”. El criterio de justicia “consiste en juzgar de forma igual lo que es igual y desigual lo que es desigual”, ha matizado a Europa Press.
HECHOS
Los hechos ocurrieron la Nochevieja de 2006 en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil en Irún (Guipúzcoa). Desde un año antes, el condenado había venido prestando sus servicios como cocinero hasta que pocos días antes de los hechos fue relevado por decisión de su jefe, un sargento Primero de la Guardia Civil.
Ese mismo superior, durante la noche de autos, vio entrar al condenado en la cocina por lo que llamó a un tercer guardia civil para que le advirtiese de que ahí no podía estar ya que no estaba permitido a personal ajeno a la misma. Esto es lo que provocó la reacción airada, según la sentencia.
El condenado “casi inmediatamente salió de la cocina y se presentó en el bar de la Unidad, cruzándolo con rapidez hacia el lugar donde se encontraba el sargento y en un estado alterado y nervioso y en un tono de voz alto, gesticulando con los brazos profirió la siguiente frase: 'maricón, no tienes huevos, lo que me tengas que decir me lo dices a la cara, no mandes a nadie”.
El Tribunal Supremo considera que la frase es “significadamente ofensiva por injuriosa, afrentosa y desmerecedora” y “en consecuencia constitutiva de delito”. Recuerda la resolución además que “el delito de insulto a superior, además de tutelar la dignidad personal del ofendido, protege, muy especialmente, la disciplina militar, que, en cuanto militares, obliga también a los miembros de la Guardia Civil”.