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Sánchez anula las reuniones de coordinación entre PSOE y Unidas Podemos y zanjará las discrepancias directamente con Iglesias

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una imagen de archivo.

Irene Castro / Aitor Riveiro

1 de marzo de 2021 21:58 h

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Tercer lunes tras las elecciones catalanas sin reunión de coordinación del Gobierno de coalición. Y, de momento, no las volverá a haber. Pedro Sánchez ha anulado los conocidos como maitines, unos encuentros en los que se reunía con Pablo Iglesias y los equipos de ambos sectores del Ejecutivo para fijar las líneas estratégicas cada semana. En plena escalada de la tensión en el seno del bipartito esas reuniones dejaron de celebrarse; el PSOE atribuyó la suspensión a cuestiones de agenda y relacionadas con los comicios. Pero no está previsto que se vuelvan a retomar, según han indicado a elDiario.es fuentes socialistas. El presidente ha decidido limitar a su núcleo duro las reuniones de inicio de la semana y abordará con el vicepresidente segundo las discrepancias que se enquisten en la coalición. 

Sánchez ha trasladado a Ferraz las reuniones de arranque de la semana. Desde hace varios lunes, el presidente se ve con su equipo más cercano en la sede del PSOE antes de la celebración de la Ejecutiva del partido. Al encuentro asisten miembros de su equipo en Moncloa y la plana mayor del partido: el jefe de gabinete, Iván Redondo; su adjunto, Paco Salazar, que es también secretario de Acción Electoral del PSOE; el secretario general de Presidencia; Félix Bolaños; el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver; el secretario de Organización y ministro de Transportes, José Luis Ábalos; la portavoz, María Jesús Montero; la vicesecretaria general y portavoz parlamentaria, Adriana Lastra; el responsable de coordinación territorial del partido, Santos Cerdán, y la directora de comunicación, Maritcha Ruiz Mateos. Fuentes socialistas explican que se trata de reuniones de “coordinación entre el Gobierno y el partido”. 

Hasta ahora esas reuniones eran bipartitas y a ellas asistían por parte de Unidas Podemos, además de Iglesias, la ministra de Igualdad, Irene Montero; el portavoz parlamentario, Pablo Echenique; y el director de Estrategia y Comunicación de la Vicepresidencia Segunda, Juan Manuel del Olmo

Los maitines servían hasta ahora para coordinar la acción del PSOE y de Unidas Podemos tanto en el Gobierno como en el Congreso. En ellas se fijaba la estrategia política y comunicativa del Ejecutivo de coalición. 

La intención, no obstante, es que presidente y vicepresidente segundo retomen también los encuentros periódicos en los que aprovechaban para poner a punto el engranaje de la coalición. Sánchez e Iglesias han desencallado tradicionalmente las desavenencias entre PSOE y Unidas Podemos. Así funcionó durante el primer mandato monocolor tras la moción de censura –por ejemplo, para cerrar los flecos de los Presupuestos Generales del Estado de 2019 que finalmente fracasaron en el Congreso–, pero también en algunos asuntos clave de la coalición, aunque en los últimos tiempos se había reducido esa práctica en buena medida porque Sánchez dio un golpe en la mesa con determinados asuntos, como el Salario Mínimo Interprofesional, pese a la presión del socio minoritario. 

La decisión de dejar de convocar las reuniones del bipartito se produjo en un momento de máxima tensión y de que ambas partes de la coalición se saltaran los protocolos de funcionamiento que se dieron en el inicio de su andadura. En el PSOE sostienen que es Unidas Podemos quien incumple sistemáticamente sus normas internas al filtrar las desavenencias como método de presión. “Existen discrepancias que deben ser tratadas con la máxima discreción y hay un seguimiento del pacto en su día establecido entre ambos partidos”, advirtió este lunes la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, al ser preguntada por una reunión prevista para este semana entre Sánchez e Iglesias. Narbona dio por hecho que la coalición durará toda la legislatura.

En Unidas Podemos ponen de manifiesto los continuos incumplimientos que, dicen, hace el PSOE del acuerdo de coalición. Las alarmas han vuelto a sonar de nuevo tras una entrevista de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en La Hora de la 1 en la que ha puesto en duda algunos de los compromisos del acuerdo programático. Uno de ellos es la regulación de los precios del alquiler, que ha provocado una intensa batalla entre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y la Vicepresidencia de Derechos Sociales, que son coproponentes de la ley de vivienda. Los socialistas apuestan por incentivos fiscales para los propietarios que bajen los precios por debajo del mercado mientras que Unidas Podemos quiere establecer un techo máximo en las zonas especialmente tensionadas. 

“Es fácil tratar de simplificar las cuestiones, pero la posibilidad de regular los precios de los alquileres no es un bálsamo de Fierabrás, no es una solución mágica que vaya a solucionar todos los problemas. Lo que hay que hacer es aumentar el parque de vivienda y, en particular, el parque público de vivienda que lamentablemente se desmanteló por los gobiernos anteriores durante décadas”, expuso Calviño en contra de lo que establece el acuerdo de la coalición, que habla explícitamente de una normativa que permita a ayuntamientos y comunidades “regular las subidas abusivas del precio del alquiler”.

“Sabemos que a Calviño no le gusta la regulación de precios del alquiler –respondió a través de Twitter la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra–. Los acuerdos se tienen que respetar y el Presidente debe hacérselo entender a los ministros de su partido”.

Calviño también ha enfriado de nuevo la derogación de la reforma laboral. “Ojalá cambiando un artículo del Estatuto de los Trabajadores se resolvieran los problemas del mercado laboral, pero llevamos décadas arrastrando un alto desempleo, un alto desempleo juvenil, un alto desempleo estructural, una dualidad muy problemática. Si se resolviera con el cambio de un artículo, ya se hubiese hecho”, ha señalado en la misma entrevista, en la que ha subrayado que el planteamiento del Gobierno es llevar a acuerdos con sindicatos y patronal en el ámbito del diálogo social y “mirar hacia el futuro, en lugar de estar constantemente hablando de hacer o deshacer, tejer o destejer reformas del pasado”.

La derogación de la reforma laboral, que también figura entre los compromisos firmados por PSOE y Unidas Podemos, amenaza con convertirse en otro de los principales conflictos del Gobierno. El Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz ya ha anunciado su intención de iniciar en breve los trabajos para la derogación de la reforma laboral. 

Otro de los conflictos latentes en el seno de la coalición es a propósito de las ayudas a los sectores más dañados por la pandemia (el conocido como HORECA). La vicepresidenta económica, que coordina el paquete de 11.000 millones que anunció Sánchez la semana pasada, ha rechazado que sean inyecciones directas a las empresas, algo que también choca con los planteamientos de Unidas Podemos, pero que, a diferencia de los anteriores puntos, no figura en el documento programático de la coalición. “Hay que evitar lo que ha sucedido en otros países en los que se ha dado el dinero a las empresas y han cerrado”, ha explicado Calviño, que considera que los ERTE y otro tipo de iniciativas que ha puesto en marcha el Gobierno son ayudas directas para los empresarios. 

La desaparición de los maitines de los lunes no quiere decir que se ponga punto final a todas las reuniones interdepartamentales. Además de las citas legalmente estipuladas, como la comisión delegada para asuntos económicos o la de secretarios y subsecretarios que sirve de antesala del Consejo de Ministros, los diferentes ministerios mantendrán abiertas sus líneas de comunicación y negociación. Es el caso de la ya mencionada ley de vivienda, que tiene como coproponentes al Ministerio de Transportes y a la Vicepresidencia Segunda, o de algunas de las leyes que prepara el Ministerio de Igualdad, que cuentan también con la participación de Justicia, Educación o Sanidad.

Los anteproyectos de ley LGTBI y trans son otro de los actuales escollos en la coalición, que ha vuelto a tener un choque entre Igualdad y la vicepresidencia primera al intentar de nuevo el departamento de Irene Montero de llevarlos a la comisión de secretarios y subsecretarios de este jueves como paso previo a su aprobación en el Consejo de Ministros del próximo martes -que coincide con la semana del 8M-. Carmen Calvo ha vuelto a frenar su inclusión en el orden del día al considerar que “los anteproyectos no están preparados” todavía porque no tienen todas las garantías de “seguridad jurídica” necesarias. Fuentes de la vicepresidencia primera explican que queda por “terminar de ajustar varios temas, entre ellos lo relacionado con menores y la autodeterminación de género”. El cambio del sexo legal es la principal discrepancia ya que el PSOE considera que es necesario establecer algún tipo de certificación y que la “mera voluntad o deseo” de la persona no es suficiente.

“Igualdad no ha recibido ninguna propuesta de cambio sobre el derecho a la autodeterminación de género”, expresan fuentes del departamento que pilota Montero, que acusa al PSOE de frenar sendos anteproyectos ya que no ha “recibido nuevas aportaciones u observaciones que justifiquen el bloqueo de la tramitación de las iniciativas legislativas”. “Este paso es imprescindible para que, una vez los textos sean discutidos y aprobados por el Consejo de Ministros, comience el trámite de audiencia pública en el que participa la sociedad civil, las Comunidades Autónomas y, también continúan participando los ministerios del Gobierno. No podemos mandar el mensaje a las personas LGTBI de que sus derechos están bloqueados y pueden esperar. Es necesario que comiencen ya los trámites legislativos para garantizar cuanto antes que se reconocen todos los derechos de las personas LGTBI y, especialmente, de las personas trans”, argumentan desde Igualdad.

Tanto Sánchez como Iglesias se han mostrado convencidos de que sortearán los actuales escollos. “En cualquier Ejecutivo del mundo gobernar es complejo, y hacerlo en coalición un poco más. A partir de ahí, estoy convencido de que algunos de los proyectos de ley que estamos trabajando conjuntamente van a salir adelante”, dijo el presidente el viernes en una comparecencia en Moncloa en la que cerró filas con el socio minoritario ante el veto del PP a los nombres que había planteado para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El presidente defendió públicamente las propuestas de la actual delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, y el juez José Ricardo de Prada y también lo hizo en el seno de la Ejecutiva del PSOE después de que un miembro de la dirección planteara que Unidas Podemos debería “flexibilizar” su postura, según fuentes presentes en el encuentro.

A pesar de que la coalición ha ido junta en esa negociación, PSOE y Unidas Podemos vuelven a discrepar ante el escenario que se abre ahora. Sánchez dejó claro que no retomará la iniciativa para cambiar el sistema de elección de parte del Poder Judicial reduciendo las mayorías necesarias para sortear el bloqueo del PP –cuya participación es necesaria para alcanzar los tres quintos de las Cortes– mientras que los de Iglesias apuntan a retomar esa propuesta.

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