No desparecen los reproches cruzados en la sesión de control tras las elecciones catalanas. Era la primera tras los resultados y Pedro Sánchez tenía claro el mensaje que quería darle a PP y Ciudadanos tras el batacazo: “Rompan sus pactos territoriales y locales con aquellos que les están comiendo que es la ultraderecha”.
El presidente ha vuelto a tender la mano a Pablo Casado –especialmente para renovar instituciones como el Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde hace más de dos años–. “Tiene que elegir: o el camino de la moderación o el camino de la perdición, oposición útil y sentido de Estado u oposición en la que se ve su complejo ante la ultraderecha que representa Vox”, le ha dicho al líder del PP, que ha mantenido una retahíla de reproches y acusaciones contra la coalición, especialmente contra Pablo Iglesias.
“Mi tarea como presidente es garantizar la estabilidad política –ha respondido Sánchez a la pregunta de Casado de si va a cesar a su vicepresidente segundo–. Entiendo que está liderando la oposición y que tiene que criticar al Gobierno de España, pero me gustaría que asumiera un papel de oposición útil, que arrimara el hombro, que cumpla con sus obligaciones constitucionales que renueve el CGPJ, el Defensor del Pueblo o el Tribunal Constitucional”.
“España necesita un Gobierno que garantice la estabilidad política y necesita oposición útil que no esté bajo el influjo de la ultraderecha”, le ha pedido Sánchez, que se ha referido varias veces a lo largo de su intervención a la necesidad de que PP y Ciudadanos se desmarquen de la extrema derecha tan solo dos semanas después de haber señalado que Santiago Abascal tenía “más sentido de Estado” que el jefe de la oposición por haber salvado el decreto ley de los fondos europeos.
Durante su intervención, Casado había pedido a Sánchez que “siga el ejemplo de Draghi”, el nuevo primer ministro italiano “o acabará como Tsipras”, el expresidente griego de izquierdas, y le ha exigido que cese al vicepresidente Iglesias, “como le han pedido 200 personalidades de la izquierda”, en alusión al manifiesto firmado por exdirigentes socialistas como Joaquín Leguina o Nicolás Redondo Terrerors.
“Su Gobierno es el camarote de los Marx, están enfrentados en luchas intestinas sobre vivienda, pensiones, reforma laboral, ley trans, el Sáhara, Rusia o Bolivia”, le ha reprochado el líder de los populares al jefe del Ejecutivo. “Y para sostener ese caos tiene muchos platillos en el aire”, ha ironizado Casado, antes de preguntar a Sánchez cómo va a retomar “su noviazgo” con ERC “manteniendo su pinza con Vox y su pacto con Bildu”. “No por mandar a Illa a Catalunya desaparecen 90.000 muertos, ni con Calviño en Bruselas se evaporan cinco millones de parados”, ha proseguido el líder del PP.
En la misma línea, Casado ha asegurado que a pesar de que Sánchez afirmó que “no podría dormir con Pablo Iglesias de vicepresidente” ahora le entiende “porque este miente más que habla, amenaza el Estado de Bienestar, nos lleva al populismo de la Venezuela de Chávez, o busca controlar jueces, policías o fiscales”. “Esto es lo que tiene en su Gobierno y es su responsabilidad”, ha señalado.
Casado también ha denunciado la supuesta “deriva del vicepresidente que no cesa en sus ataques al jefe del Estado, la monarquía o el Poder Judicial, además de afirmar que Puigdemont es un exiliado, que ETA tiene explicaciones políticas, o lanzar una web para señalar periodistas críticos y amenazar a empresarios con expropiaciones, ”hasta que ayer han imputado al fundador de su partido por financiación irregular. ¿Cuándo va a cesarle?“, le ha preguntado a Sánchez.
El presidente del Gobierno ha mantenido otro rifirrafe con Miriam Nogueras, diputada por Junts, que le había preguntado al presidente del Gobierno si cree “que las relaciones entre Catalunya y España son solo un conflicto interno”. “Catalunya necesita un Gobierno distinto al que hemos visto estos años. Un Gobierno progresista liderado por el PSOE y los comunes. Eso creo que es lo que ha demandado la sociedad catalana. Quiere una salida de izquierdas derivada y ustedes no entran en esa ecuación”, le ha espetado Sánchez a Nogueras.
Minutos después, el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha mantenido un nuevo rifirrafe con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en esta ocasión sobre la calidad de la democracia española. Durante el debate, Iglesias ha citado como un ejemplo de esa “anormalidad democrática” de la que ha hablado en los últimos días el hecho de que la expresidenta madrileña fuera ayer absuelta por el tribunal del caso Máster, justo el mismo día en el que entró en la cárcel el rapero Pablo Hasél, condenado por las letras de sus canciones y el contenido de sus tuits.
“No me parece normal que Cifuentes se vaya de rositas y Pablo Hasel esté en la cárcel”, ha asegurado Iglesias. “No me parece normal que su partido se haya financiado ilegalmente durante décadas”, le ha espetado al 'número dos' del PP. “Entiendo que se cambien de sede, pero lo que los ciudadanos desearían simplemente es que ustedes dejaran de robar”, le ha dicho a García Egea. “Vienen a gritar y a patalear,van a seguir haciéndolo durante mucho tiempo y, mientras tanto, nosotros seguiremos gobernando”, ha concluido.
Previamente, el dirigente popular había asegurado “entender” a Iglesias “cuando dice que españa es una anormalidad democrática”. “Porque cuando un Gobierno acosa al poder judicial, silenciia al parlamento, paga a su niñera de dinero público o defiende a los okupas, es una anormalidad democrática”.
En la finalización de su intervención en el Congreso, después de responder a otra pregunta de la diputada de Vox, Macarena Olona, Iglesias ha querido lanzar un mensaje a Pablo Casado: “Va a terminar como pagafantas de la ultraderecha. Patético”.