Pedro Sánchez ya habla abiertamente de coalición con Unidas Podemos, un término con el que el PSOE no se ha sentido cómodo en los últimos meses. Pero a cuatro días de que comience el debate de investidura, está dispuesto a transigir. El candidato socialista hizo este jueves su última oferta: Sánchez ha pedido a Pablo Iglesias que dé “un paso atrás” en su ambición de formar parte del Consejo de Ministros a cambio de aceptar miembros de Unidas Podemos “consensuados” entre ambas partes.
El grupo confederal ha rechazado la propuesta porque considera que es un “veto” a su líder y, por tanto, al conjunto y le exige que rectifique. Eso sí, desde Unidas Podemos plantean un nuevo contacto entre Sánchez e Iglesias para que el primero explique personalmente al segundo por qué no le quiere en su Gobierno.
El líder del PSOE ha desplegado la estrategia con la que pretende jugar la última baza: llegar a un entendimiento con Unidas Podemos a medio camino entre las aspiraciones iniciales de cada uno o retratar a Iglesias como la fuente del problema de nuevo para que haya un Gobierno progresista en España tras unas elecciones.
Por eso Sánchez dejó negro sobre blanco que el problema para llegar a un acuerdo con Unidas Podemos es la entrada de Iglesias en su gabinete. “El principal escollo es la participación de Iglesias en el Gobierno”, sentenció en una entrevista en Al Rojo Vivo.
Cesiones por ambas partes
Los socialistas enfatizan que el planteamiento de Sánchez supone que “todos ceden” sin que haya rendiciones totales en ninguna de las partes: el PSOE acepta ministros de Unidas Podemos; Iglesias renuncia a estar en el Gobierno pero logra colocar a los suyos. El PSOE aparcaría definitivamente su aspiración de gobernar en solitario y el grupo confederal se quedaría sin algunas de sus reclamaciones, especialmente la vicepresidencia para Iglesias, según Ferraz.
En Moncloa están dispuestos a estudiar la incorporación de dirigentes de la cúpula de Unidas Podemos a distintas carteras. Sánchez ha rebajado su exigencia de que sean perfiles “técnicos” para puestos “sectoriales”, aunque sí pretende que tengan la “cualificación” necesaria para ocuparlos.
“Lo mejor que podría hacer el señor Iglesias es entender que para que se pueda fraguar ese Gobierno con la suficiente cohesión interna (...) es que dé un paso atrás y permita la incorporación de ministros de Unidas Podemos cualificados que podamos consensuar”, expresó Sánchez. ¿Valdría Irene Montero? “Que lo propongan”, responden en el entorno del presidente. En Moncloa creen que ese planteamiento puede generar fisuras en la coalición y aumentar la presión sobre Iglesias después de que el 30% de los inscritos que han votado en la consulta le hayan dado la espalda.
La proposición de Sánchez, que el lunes había dado por muertas las ofertas que había hecho hasta entonces, ha ido acompañada en un documento que el PSOE considera que podría ser la base del programa del Gobierno. En él, los socialistas amplían los contenidos con incorporaciones de medidas que incluyeron en los Presupuestos Generales del Estado y que se quedaron fuera del primer ofrecimiento por escrito para Unidas Podemos, que era una “síntesis” del programa electoral del PSOE.
Moncloa tiene una esperanza en que Iglesias recule
Tras meses de tira y afloja, ofertas y contraofertas y, sobre todo, conversaciones infructuosas, Sánchez considera que ha vuelto a dejar la pelota en el tejado de Podemos. El PSOE espera ahora la respuesta de Unidas Podemos. “Todo está en manos de Pablo Iglesias”, señalan fuentes de Moncloa.
La respuesta inicial de Unidas Podemos ha sido virulenta y en contra del posicionamiento de Sánchez, a quien Irene Montero ha exigido que rectificara. Pablo Echenique ha asegurado que su negativa a aceptar a Iglesias es un “veto” a todo el grupo confederal y a sus votantes.
Aunque en las filas socialistas no pierden de vista de que la repetición electoral el 10 de noviembre es una opción factible , en Ferraz tenían el convencimiento de que la verdadera negociación podría llevarse a cabo en las 48 horas antes de la votación definitiva y lo ven ahora más posible. Fuentes de la dirección de Podemos emplazan al presidente en funciones a explicarle personalmente a Iglesias los motivos de su rechazo. Esa reacción da un halo de esperanza en Moncloa. “Tienen debate”, dice uno de los colaboradores del presidente en funciones.
Sánchez tiene una llamada pendiente al que ha sido su socio preferente hasta ahora y también a Pablo Casado y Albert Rivera, a quienes insiste en que se abstengan para permitir que haya un Gobierno ya.