El PP de Alberto Núñez Feijóo ha creído encontrar en las mujeres progresistas teóricamente descontentas con algunas decisiones del Gobierno de coalición una brecha a través de la que atacar al Ejecutivo y debilitar la potencia electoral en ese sector social del PSOE y de Unidas Podemos. Los problemas en la aplicación de la ley del solo sí es sí, y las diferencias en el Consejo de Ministros sobre cómo arreglarlo, han dado munición al líder de la oposición en el cuarto cara a cara que celebra contra Pedro Sánchez en el Senado, a quien ha señalado por no “pensar en las mujeres”, sino en sostenerse en Moncloa. El líder socialista ha replicado a Feijóo que tiene intención de reformar el Código Penal y ha contraatacado con una batería de políticas dirigidas a las mujeres aprobadas esta legislatura, con la subida del SMI a 1.080 a la cabeza.
Sánchez ha comparecido en el Senado para informar sobre las medidas económicas aprobadas por el Gobierno para luchar contra la crisis económica provocada por la guerra de Ucrania. El jefe del Ejecutivo ha anunciado en su discurso inicial la subida del salario mínimo interprofesional hasta los 1.080 euros, lo que deja el indicador muy cerca del objetivo del 60% del salario medio que recomienda la UE. El SMI estaba en 735 euros en 2018, cuando gobernaba Mariano Rajoy. Un 46% menos de lo que estará en 2023.
No es la única medida dirigida a las mujeres, en palabras de Sánchez, quien ha reconocido los “efectos indeseados” de la reforma del Código Penal “en algunos casos”. El presidente del Gobierno había esquivado la polémica en torno a la norma durante su primer turno de palabra, aunque tras la apelación directa del líder de la oposición respondió que se trata de una “cuestión técnica” que, en su opinión, “no refleja la voluntad del Gobierno ni de los ocho grupos parlamentarios que lo apoyaron en las Cortes”. Por eso, ha añadido, se van a “corregir”. “Si hay una cosa que une a todo el parlamento y diputados y senadores es que nadie espera aliviar el castigo de los agresores. Los efectos indeseados se corrigen, pero sobran los improperios”, ha zanjado.
Sánchez se ha comprometido a intentar frenar las rebajas de penas a agresores sexuales. “Los vamos a corregir”, ha insistido antes de reivindicar las políticas feministas implementadas por su Ejecutivo y de reprochar los pactos del PP con VOX a cuenta de polémicas como la de la ley del aborto en Castilla y León. “Sus críticas serían más creíbles si no tuvieran esos antecedentes”, le ha respondido a Feijóo.
Pero, además, Sánchez ha contraatacado en defensa de sus políticas feministas: “¿Quién si no las mujeres se benefician del SMI sino las mujeres trabajadores? ¿Quién se beneficia de la revalorización de las pensiones? ¿De la equiparación de permisos de paternidad y maternidad? ¿Y con la ley de igualdad salarial? ¿O la recuperación de cotizaciones a la Seguridad Social que ustedes recortaron? ¿Y con la protección al desempleo de las trabajadoras del hogar? ¿O la interrupción voluntaria del embarazo, que ustedes llevaron al Tribunal Constitucional?”.
“Su discurso rezuma populismo”, le ha respondido Feijóo, “menos mal que España ya no le cree”, ha añadido. El líder del PP ha señalado la existencia de una “mitología sanchista” que supone pasar de decir que va a “luchar contra la corrupción” a ser “el único presidente que lo abarata”. O ser un “Gobierno feminista” que “ha perpetrado el mayor retroceso en defensa de las mujeres de España”. O que “llegó para combatir radicalidad e independentismo, pero todo el bloque independentista está encantado con su Presidencia”. “Pone en valor la gestión económica del Gobierno”, ha continuado, “pero somos el último país en recuperar el PIB prepandemia, líderes en paro, récord en deuda pública y 13 millones de personas en riesgo de pobreza”.
Feijóo también ha atacado a Sánchez por su supuesta falta de presencia internacional. El líder del PP ha ironizado que “al presidente lo paran en Davos, en la UE y en el mundo para preguntarle por el milagro español”. “Sánchez va a los Consejos Europeos y le preguntan para admirarle sus recetas para preguntar cómo la economía española no ha recuperado el PIB prepandemia”, ha ironizado, para zanjar: “La UE es la única clase en la que todos los alumnos copian al último”.
Sobre la ley del solo sí es sí, Feijóo ha admitido que “es de humanos equivocarse”, pero que “la ley es resultado de su insensibilidad y su irrelevancia como presidente”. El dirigente gallego ha añadido: “Anoche la vicepresidenta primera [por Carmen Calvo] confesó que desde el primer instante sabía lo que iba a pasar, que ella y el ministro habían advertido de las consecuencias. Y pese a todo ello dejaron hacer para que usted mantenga la coalición. ¿Qué clase de feminismo justifica rebajar las penas a centenares de agresores a sabiendas? ¿Cuánto más va a tardar en modificar la ley? ¿Va a seguir permitiendo que su Gobierno insulte a jueces, partidos y medios? ¿Cuándo va a disculparse?”.
“Ni moderado, ni reformador”
En su primera intervención, Sánchez se ha centrado en dibujar un contexto económico muy alejado del apocalipsis anunciado por la derecha y en contraponer modelos de gestión con los Gobiernos del PP. Con mensajes incluidos a la élite empresarial española. “Los salarios reales llevan cayendo más de una década, con los precios aumentando un 17%, y los salarios un 10.6%. El poder adquisitivo se ha reducido y parte de la responsabilidad la tiene la política, cuando nos ha faltado el valor y el coraje para revalorizar las pensiones al IPC. Y otra parte, hay que decirlo, la tiene el sector privado, en concreto algunas grandes empresas que aumentan sus beneficios años tras año y pagan bonus millonarios a sus ejecutivos pero no suben ni un céntimo el salario a sus empleados”, ha criticado el presidente.
Ya en el cuerpo a cuerpo con Feijóo, Sánchez se ha esmerado en el intento de desdibujar al líder de la oposición como un político reformista y moderado, volviendo a agitar el fantasma de la influencia de la ultraderecha en las filas populares. “Todos estaríamos mejor sin Vox, puede que hasta el PP estuviera mejor sin Vox. Puede que en principio le cueste el gobierno de algunos ayuntamientos o Comunidades Autónomas, pero yo creo que a la postre eso les haría mejores como partido y su imagen mejoraría. Y hasta incluso podrían comportarse como un partido democrático europeo y podrían dejar de ir a esas manifestaciones a gritar esas consignas estrambóticas que ni ustedes creen”, le ha espetado a su contrincante.
Sánchez ha establecido un paralelismo entre la figura del político gallego y su antecesor, Pablo Casado, estableciendo un hilo conductor en la manera de hacer política. “Recibimos el cambio con una cierta expectativa de que aportara usted un debate político menos áspero, menos bronco, menos crispado. Pero en materia de insultos se ha despachado a gusto: me ha llamado mentiroso, frívolo, mediocre, débil, sectario, soberbio, ególatra. Menos mal que no venía a insultar el señor Feijóo”, ha lamentado el presidente.
En su intervención final, el presidente del Gobierno ha arremetido con especial dureza contra el líder del PP para descalificar su trayectoria en política nacional. “Una oposición se dice pero también se hace, y su legado casi doce meses después ha sido validar el primer pacto de gobierno de coalición en un territorio con VOX, haber bloqueado el acuerdo de renovación del CGPJ y fichar a dos tránsfugas por darles un premio por su traición”, dijo en referencia a los diputados de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero. “Con su salida de la presidencia de la Xunta han ganado los gallegos pero hemos perdido todos los españoles”, ha rematado.