Pedro Sánchez viaja este jueves a Rabat, donde le recibirá el rey de Marruecos después de haber recompuesto las relaciones gracias al cambio de posición histórico de España respecto al Sáhara al apoyar su propuesta de autonomía para la antigua colonia española, que le ha supuesto el rechazo de todo el Congreso. Pero Moncloa pone el énfasis en la importancia de haber solventado la crisis diplomática que se sustanciará con la recepción por parte de Mohamed VI.
El ministro de Exteriores ha puesto en valor que se producirá “una ruptura del ayuno”, un ‘iftar’, que tiene una especial importancia en el mundo musulmán durante el Ramadán. “Quiero subrayar esto, porque invitar a alguien externo al círculo familiar a una ruptura del ayuno en un periodo como es el de Ramadán es un signo de amistad muy fuerte”, ha expresado José Manuel Albares en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Más allá de la cena que se producirá el jueves, Albares no ha dado ningún detalle de la agenda del presidente en Marruecos, que se alargará al viernes. “Se está cerrando”, se ha limitado a decir el jefe de la diplomacia.
La foto de Sánchez con el rey Mohamed VI pondrá fin a la crisis que se desató después de que España acogiera por razones humanitarias al líder del Frente Polisario para que recibiera atención médica en Logroño. Aquel gesto provocó la ruptura con Marruecos, que facilitó la entrada masiva de miles de personas en Ceuta, lo que el Gobierno calificó de “chantaje”. Desde la crisis de Gobierno de julio, los esfuerzos del nuevo ministro han sido la recomposición de las relaciones con el país vecino, aunque desde Moncloa se ha señalado en todo momento que la colaboración estaba normalizada.
El giro respecto al Sáhara, que fue anunciado por Marruecos y no por el Gobierno español, ha permitido la normalización de las relaciones con el reino alauí, aunque a Sánchez le ha supuesto un problema interno ya que hasta Unidas Podemos ha criticado el viraje.
Respecto a las relaciones con Argelia, que llamó a consultas a su embajador, en el Gobierno insisten en que no habrá represalias y que el suministro de gas está garantizado. “La diplomacia requiere de discreción. Argelia es un socio estratégico de primer nivel de España y es un suministrador fiable de gas a España. Siempre lo ha sido”, ha expresado Albares, que ha afirmado que “Argelia siempre respeta escrupulosamente sus contratos y así lo ha hecho siempre con España”.
También ha asegurado que “existe una cooperación que va más allá” del tema del gas, como las relaciones de Interior y el intercambio de información que ha señalado que es “mutuamente beneficiosa”. “Todo eso nos une”, ha dicho el ministro, que ha reconocido que no se está planeando un viaje de Sánchez a ese país.