El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve (Zaragoza, 1958), visita Madrid para participar en un foro municipal. Llega coincidiendo con la publicación de informaciones sobre gastos personales cargados al Ayuntamiento, una acusación que desmiente y que achaca a la campaña de descrédito puesta en marcha contra los alcaldes del cambio. Santisteve presume de sus logros al frente del Consistorio, arremete contra las dificultades que el PSOE municipal le pone y apela a la necesidad de afianzar la confluencia, tanto en la ciudad como a nivel estatal en caso de que se repitan las elecciones.
¿Cómo han sido los primeros meses de gestión municipal?
Nos hemos encontrado un Ayuntamiento desvencijado con áreas sobredimensionadas y otras infradotadas. Por suerte, hemos tenido mucha colaboración de los funcionarios municipales pese a que hemos perdido un 20% durante la crisis. Hemos dedicado un tiempo a aterrizar y a hacer equipos. Luego a atender la emergencia social, aunque estábamos constreñidos por un presupuesto que ya estaba aprobado y que en junio [de 2015] ya tenía agotada la partida de servicios sociales y tuvimos que añadir dos millones para llegar a fin de año.
Además hemos cortado el tema de privilegios, de escolta, hemos vendido coches oficiales y hemos reducido de forma radical los gastos de protocolo. Son medidas ejemplarizantes.
En participación también hemos hecho avances para que un concejal dé la cara una vez al mes sobre su área en un barrio diferente y yo respondo a todas las preguntas que me hacen en la web. También hemos hecho un proceso participativo de elección de alcaldes de los barrios rurales, que fue muy polémico porque se ve cómo los viejos partidos están perdiendo sus privilegios. Ellos querían colocar a sus vocales y nosotros sacarlos a elección, lo que provoca fricciones. Nos pusieron a caldo pero ha sido un éxito en cuanto a participación.
Los resultados de las elecciones de mayo de 2015 propiciaron un Gobierno en minoría en Zaragoza. ¿Cómo está siendo la relación con el PSOE, que les dio su apoyo para la investidura?
Muy complicada porque nosotros a quien desalojamos del Gobierno fue al PSOE en lugar de al PP, como ha ocurrido en otras capitales. Desde la investidura, todo son problemas. Estamos hablando de la posibilidad de ir hacia un pacto de estabilidad, con un programa y hablar más de lo que nos une ahora que hemos aprobado juntos los presupuestos.
¿Sopesan, como en Barcelona, la opción de proponer al PSOE que entre en el Gobierno municipal?
Es un tema que de momento no ha surgido ni se ha hablado. Además tendría que ser resuelto por la Asamblea de Zaragoza en Común. No hay indicios de que nada vaya en esa dirección.
¿Las negociaciones estatales para formar el Gobierno de la nación, o su ausencia, influyen de alguna manera en el día a día del Ayuntamiento o, a futuro, en la estabilidad del Gobierno municipal?
Podría influir pero es un futurible, es muy aventurado. No es lo mismo el PSOE autonómico que el municipal. Estamos hablando de diferentes familias y situaciones.
El Gobierno autonómico del PSOE se sostiene en Podemos, ¿hay juego de presiones para sostenerse recíprocamente?
No es un asunto tan explícito como a veces los medios nos quieren hacer ver. Nosotros hacia Podemos planteamos una serie de demandas, pero ellos a nivel municipal tienen que cuajar una buena integración en Zaragoza en Común porque fue un proceso que en su momento les pilló un poco desprevenidos porque estaban en su propio proceso y eso aún se resiente.
El proceso de confluencia en Zaragoza y otras ciudades fue una primera prueba de lo que podía darse a nivel estatal, que luego no fructificó. En caso de repetición electoral, ¿sería más fácil lograr esa confluencia?fue una primera prueba
Si nos movemos con criterios electoralistas, tendría que ser más fácil. Si se ve que sumando en lugar de dos diputados se pueden lograr cuatro o cinco, las cuentas son claras. El problema igual es más de personalismos y de falta de generosidad. Probablemente nosotros también tendríamos que haber estado más activos, pero la gestión municipal en ese momento nos desbordaba. Si se repiten las elecciones tendremos que ser más claros.
Uno de los problemas que arrastran todos los ayuntamiento es el de la deuda. Cádiz y Madrid presumen de la gestión que están haciendo en este campo. ¿Cuál es la situación en Zaragoza?
Nosotros destinamos el 10% del presupuesto, cerca de 70 millones, a financiar la deuda. Un 7% va para amortización y el otro 3% a intereses. En los primeros cinco meses hemos reducido 12 millones de una deuda de 900 millones. Hemos conseguido acabar por debajo de la previsión negativa de deuda que determinaba el plan de ajuste. Además, es la primera vez que se consigue no infradotar los servicios públicos básicos: autobús, recogida de residuos, limpieza de parques y jardines y viaria, el alumbrado público. Esta situación generaba más deuda y más intereses. Y sentencias judiciales condenatorias que nos obligaron a pagar 45 millones nada más llegar en 2015 y en 2016 es posible que sean otros 87 millones que no podemos pagar.
Estos avances que relata tienen poca presencia mediática, ¿a qué lo achacan?
El problema es que los Ayuntamientos se han financiado por la venta de suelo, lo que nos ha llevado a una burbuja que ha estallado, y ahora con deuda. La autonomía local es inexistente si no hay financiación adecuada. No tenemos capacidad para generar tributos y los que tenemos no nos permiten progresividad fiscal ni capacidad de recaudación ni justicia ni equidad. Y luego se atreve el señor Montoro a jugar con nosotros porque él tiene la llave del dinero.
Nosotros vamos a cumplir con nuestras políticas y nuestros programas. Es necesario blindar constitucionalmente una adecuada financiación de los ayuntamientos porque recibimos solo el 12,8% de los Presupuestos Generales del Estado cuando hacemos frente a toda la emergencia social, a competencias impropias que el Gobierno aragonés no paga y suman 117 millones. Estamos entrampados pero no por una mala gestión sino porque la deuda es una losa.
Decía antes que ha “reducido de forma radical los gastos de protocolo”. ¿Cómo responde a las acusaciones de cargar gastos personales al Ayuntamiento?
No son gastos personales. El Ayuntamiento surte de productos de higiene el baño de la Alcaldía. Paso 12 y 13 horas en mi despacho y atiendo y me reúno todos los días con vecinos, entidades y empresas. En mi baño hay ibuprofeno, papel higiénico, desodorante, fijador y jabón. El cepillo de dientes lo traigo de casa. Hablemos de lo importante para la ciudad. A no ser que esto sea parte de la campaña de acoso para tapar miserias ajenas como están haciendo con otros alcaldes y alcaldesas del cambio. El presupuesto de 2016 tiene un 43% menos en gasto de representación. Y en 2015 dediqué 100.000 euros de esa partida para pagar el alumbrado público, que era algo para lo que no dejaron partida.
Se le acusa también de haber cargado gastos del viaje a la reunión de alcaldes del cambio en A Coruñaa la reunión de alcaldes del cambio en A Coruña.
Fue una reunión institucional de alcaldes de A Coruña, Barcelona, Zaragoza, Ferrol, Santiago, Valencia y Cádiz para trazar estrategias comunes sobre transparencia, igualdad, participacion, seguridad y comunicación. El coste fue de 800 euros, cuatro personas durante tres días. Los actos de las mareas se los pagaron cada quien de su bolsillo. Pero mientras se torpedea el cambio se intenta disimular la corrupción que asola España. Que limpien su casa y nos dejen trabajar.
Pero a los medios estatales al final solo llegan estas polémicas por el gasto de la gomina, los titiriteros de Madrid o el padre nuestro de Barcelona. ¿Existe esa campaña que denuncian contra las Alcaldías del Cambio?los titiriteros de Madridpadre nuestro de Barcelona
Es evidente. Nosotros no somos el cambio, sino que representamos el cambio sociológico que ha habido en la ciudadanía. El intento de acoso y derribo, la presión mediática, es muy fuerte. Pero hemos llegado aquí para ganar tiempo para que cada uno encuentre su sitio para la lucha por su propia dignidad y por cubrir las necesidades básicas de la gente.
En su propuesta de Gobierno de coalición Podemos habla de un Ministerio de la Plurinacionalidad que tendría también una pata de municipalismo que buscaría, entre otras cosas, repensar el sistema de financiación. ¿Hay unidad de acción entre las llamadas alcaldías del cambio para presionar en este sentido?
Hay reuniones y pequeños acuerdos. En noviembre firmamos la Declaración de Zaragoza en la que hablamos de la derogación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local y donde planteamos todo este problema. Igual tenemos que hacer más presión y escenificar mejor esta puesta en común porque a todos nos va la vida en ello. Es curioso que ciudades con superávit como Barcelona no puedan reinvertirlo en atender la emergencia social y a nosotros nos acusan de ser una ciudad de las más endeudadas cuando Madrid o Valencia tienen gran parte de la deuda en sociedades municipales que no computan, lo que es muy tramposo y manipulable.
La situación de los ayuntamientos invita a pensar que no les viene muy bien esta situación de impasse político en el que estamos desde el 20D.esta situación de impasse político
En absoluto. Un año electoral desgasta y no permite avanzar en las propuestas. Además nos preocupa el efecto de desmovilización política de la gente. Esto nos pasa también en nuestra propia organización, en Zaragoza en Común, donde tendríamos que estar más pendiente de activar los movimientos sociales también para que nos exijan cumplir a nosotros.