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Una semana en un juzgado como antídoto contra el negacionismo de Vox sobre la violencia machista

Santiago Abascal en un mitin en València

Alberto Pozas / Elena Herrera

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Vox, que tiene un condenado por maltrato a su exmujer entre sus filas, sostiene abiertamente que la violencia machista no existe. Y para la extrema derecha la violencia sexual contra las mujeres es una preocupación pero solo cuando se puede achacar a la población extranjera. Existe toda una cascada de declaraciones del partido de Santiago Abascal con las que el PP hace malabares mientras firma pactos y que no se corresponde con ninguna faceta de la realidad de la violencia contra las mujeres. Los datos, el día a día de los juzgados y comisarías y su proyección pública desmienten de forma tajante un negacionismo que, según los expertos, solo rema en una dirección: que las mujeres denuncien menos.

Este fenómeno criminal específico, con un origen y unas consecuencias que nada tienen que ver con otros delitos, no es negado ni por los sectores más abiertamente conservadores de la judicatura. Y es bien conocido en las comisarías, que Vox ha buscado históricamente convertir en un caladero de votos. En 2022 se presentaron en los juzgados 182.065 denuncias por violencia machista y la mayor parte de ellas, un 86,9% del total, llegaron acompañadas de un atestado policial. Solo un 1,2% de las denuncias fueron presentadas directamente por las víctimas en los juzgados.

La existencia de la violencia machista es fácil de conocer en las comisarías y también en los juzgados. En España existen 106 especializados en violencia contra las mujeres y, en total, hay 307 sedes judiciales dedicadas a esta materia aunque no sea de forma específica. Esos organismos registraron, en total, 242.300 asuntos penales y en todos ellos, especifica el Consejo General del Poder Judicial, “la víctima es mujer”, con 199.411 delitos investigados, la mayoría por lesiones, malos tratos y quebrantamiento de medidas cautelares. Un total de 25.175 hombres se sentaron en el banquillo y fueron condenados 22.789 de ellos. Y se pusieron en marcha 27.201 medidas de protección.

Los casos más graves van a juzgados de lo penal o a una Audiencia Provincial, y ahí las cifras siguen el mismo ritmo. A lo largo de 2022, un total de 32.744 asuntos llegaron a los juzgados de lo penal de todo el país y dictaron casi 32.000 sentencias. Más de un 60% fueron condenas y más de la mitad de las condenas fueron firmadas por los jueces después de que los propios acusados reconocieran el delito. Según los datos de la Fiscalía, a lo largo de 2021 se incoaron 1,4 millones de diligencias previas de investigación. Un 7,4% eran por asuntos relacionado con la violencia sobre la mujer, un porcentaje sobre el total solo superado por los robos.

La avalancha de cifras y porcentajes no solo demuestra que la violencia machista es un fenómeno criminal específico y tangible, al contrario de lo que difunde Vox, especialmente en la última campaña electoral previa a su batacazo en las urnas. También evidencia que es una realidad criminal de mayor peso que otras que, sin embargo, derecha y extrema derecha convierten en banderas políticas y electorales. Frente a más de 106.000 diligencias de investigación sobre violencia machista se incoaron a lo largo de 2021 poco más de 9.000 por usurpaciones de casas, 24 por delitos contra los sentimientos religiosos o cuatro por delitos contra la Corona y por sedición. Cero por atentado terrorista.

Los datos que Vox niega o manipula son públicos, recogidos por el Instituto Nacional de Estadística o por la Fiscalía y resumidos por el Consejo General del Poder Judicial. Lo conocen bien porque algunos de sus miembros han formado parte de esas estadísticas. Por ejemplo, Carlos Flores, dirigente de Vox en València, condenado por lo que Alberto Núñez Feijóo definió como un “divorcio duro” y que, en realidad, fueron meses de acoso machista a su exmujer con gritos como “puta, ladrona, secuestradora de niños, te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo, ladrona”. Un delito de violencia psíquica y 21 faltas ligadas a la violencia machista.

Los casos como el del dirigente del partido de extrema derecha son una constante en los juzgados y en la vertiente pública de la actividad judicial. Por ejemplo, a través de los “teletipos” a los que alude continuamente el presidente del Partido Popular. El pasado 12 de julio, por ejemplo, la agencia Europa Press redactó 28 teletipos sobre noticias relacionadas con el mundo de la Justicia: una condena del Supremo por un asesinato machista en Fuenlabrada, un juicio contra un acusado de abusar de una niña en Balears, el ingreso en prisión de un hombre que atacó a su pareja con un taladro en Madrid y otra condena de un hombre que abusó de una mujer internada en un geriátrico.

La violencia extranjera, una prioridad

Solo hay un escenario en el que la extrema derecha de Vox está dispuesta a admitir que la violencia específica contra las mujeres es algo real: cuando se puede achacar a los inmigrantes o a las rebajas de la ley del solo sí es sí impulsada por Igualdad. Los líderes del partido de Santiago Abascal hacen una excepción en su negación sistemática de la violencia sobre la mujer para difundir datos sesgados, manipulados o directamente falsos y poder convertir el fenómeno criminal del machismo y de la violencia sexual en algo asociado a la inmigración, a ser posible ilegal y procedente del continente africano.

Es una de las señas de identidad del partido desde su creación, un dato clamorosamente falso que viste la xenofobia de preocupación por la seguridad de las mujeres. “La mayor parte de las agresiones a mujeres son obra de extranjeros y ese dato se oculta”, dijo el líder de Vox, Santiago Abascal, por ejemplo en esta entrevista de 2018, añadiendo la coletilla de que un dato accesible a toda la población está siendo sistemáticamente ocultado por la misma administración que lo publica: el Instituto Nacional de Estadística y el Consejo General del Poder Judicial.

Vox y sus representantes han repetido este tipo de afirmaciones en todo tipo de formatos y afectando a la violencia machista o a la violencia sexual. Y no es cierto, ni por asomo, que en España las personas extranjeras sean las culpables de más delitos de este tipo que los ciudadanos de nacionalidad española, tampoco en estos últimos años donde el aumento de las denuncias ha derivado en un mayor número de causas, sentencias y condenas.

Los datos son recopilados por el Consejo General del Poder Judicial, al que Vox sí otorga credibilidad cuando se trata de exponer el número de condenas rebajadas en casos de violencia sexual por la ley del 'solo sí es sí'. Unos datos que desmienten que haya más extranjeros condenados por esa violencia machista que el partido, en cualquier caso, niega. En 2022, por ejemplo, los banquillos de los juzgados de violencia sobre la mujer acogieron a 15.640 condenados españoles (68,6%) y 7.149 extranjeros (31,4%). La estadística tampoco varía en el filtro de la denuncia, previa a la condena: en 2022 hubo 26.245 hombres de nacionalidad española denunciados por violencia machista (65,8%) y 13.629 extranjeros (34,2%).

Los datos de violencia sexual tampoco avalan la teoría de Vox. Los últimos datos disponibles son de 2021 y reflejan que ese año hubo 3.128 hombres condenados por delitos sexuales: en total 2.210 (68%) eran de nacionalidad española y los otros 1.008 (32%) del resto de nacionalidades. La cifra de hombres que mueren anualmente a manos de mujeres, otro de los caballos de batalla estadísticos de la extrema derecha, tampoco se oculta: más del 80% de las víctimas, según los datos del CGPJ, son mujeres.

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