El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha decidido absolver al capitan del petrolero Prestige, Apostolos Mangouras, y a su jefe de máquinas. El tribunal argumenta la “dificultad de atribuir responsabilidades precisas” en las circunstancias que rodearon el desastre medioambiental. Según el tribunal, no hay dato que permita establecer las causas de la avería que comprometió la navegabilidad del Prestige frente a las cosas de Galicia.
El tribunal avala la decisión de alejar el petrolero de la costa y exime de responsabilidades penales al responsable de esa decisión, el entonces director general de Marina Mercante, José Luis López-Sors, que queda exonerado así de las responsabilidades penales que pudieran derivarse de la catástrofe que siguió a la decisión de alejar el petrolero de la costa.
Mangouras sólo es condenado a una pena de nueve meses, por la que no ingresará en prisión, por un delito de desobediencia a la autoridad por su negativa a dejarse remolcar en las horas críticas.
El tribunal obliga a la aseguradora a pagar 22 millones de euros en concepto de indemnizaciones por la “responsabilidad civil”.
La sentencia por el vertido del Prestige llega 11 años después de la marea negra y tras 8 meses de un juicio en el que se realizaron más de 200 interrogatorios a testigos y peritos.
Reacción desde Greenpeace
Greenpeace considera que la sentencia del juicio del Prestige no incluye ni a los responsables políticos, ni a las empresas implicadas, y, por lo tanto, es una sentencia para cubrir el expediente que no evitará que ocurra otro Prestige. La marea negra que afectó a casi 2.000 kilómetros de la costa española fue debida, además de a las carencias en la responsabilidad en el transporte marítimo que, hoy en día, siguen protegiendo los intereses de la industria petrolera, a los fallos y negligencias institucionales a la hora de tomar decisiones desde que el Prestige lanzó el 13 de noviembre de 2002, hace hoy 11 años, la señal de socorro.
“Este proceso demuestra que los culpables políticos no pagan, que las empresas culpables no pagan y que no se hace justicia cuando se trata de defender el medio ambiente ni a las personas”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Energía de Greenpeace España. “Hace 11 años Greenpeace fue testigo en Galicia de lo que ocurrió con el Prestige. Hoy dedicamos nuestros esfuerzos a liberar a 30 compañeros encarcelados en Rusia por denunciar lo mismo, que los intereses petrolíferos siguen siendo más importantes que el medio ambiente para los gobiernos y la industria”.
La organización ecologista insiste una vez más en que la decisión de alejar el buque fue uno de los mayores errores cometidos, la información ofrecida por las distintas administraciones a la población fue escasa, insuficiente y, en ocasiones, falsa. Y la insuficiente valoración de la dimensión medioambiental del siniestro fue la última de las tres causas principales de la negligente gestión del accidente del Prestige. A esto se suma que la industria petrolera aprovecha los recursos naturales pero no se hace cargo de su responsabilidad con las consecuencias derivadas de su actividad económica.