La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

El principal acusado por el espionaje político dice que “nunca” ordenó seguimientos a políticos del PP

Sergio Gamón es policía nacional y ha desempeñado buena parte de su carrera como escolta de Esperanza Aguirre y como alto cargo de su gobierno regional. Este jueves se ha sentado como acusado en la Audiencia Provincial por, presuntamente, ordenar a varios agentes que siguieran en 2008 a varios rivales internos de la expresidenta, entre los que estaban Manuel Cobo, Alfredo Prada y Cristina Cifuentes.

Gamón era en esa época director general de Seguridad de la Comunidad de Madrid, un puesto de libre designación con un sueldo de 90.000 euros. Según las acusaciones del caso Espías, él ordenó los seguimientos a los rivales de Aguirre en los meses previos al Congreso de 2008 en el que se iba a poner a prueba el liderazgo de Mariano Rajoy.

Dos acusados de haber realizado estos seguimientos -José Oreja Sánchez y Antonio Coronado Martínez- relataron este miércoles que Gamón les citó a una reunión para darles la orden de hacer “seguimientos” por el especial interés que tenía en ese encargo el entonces vicepresidente, Ignacio González.

“Nunca di órdenes ilegales, y nunca se las di a ellos, nunca les di ninguna orden ilegal ni legal”, ha contestado. “Nunca lo ordené, ni se me ocurrió ordenarle ningún seguimiento a nadie”, ha insistido.

Gamón también ha dicho desconocer los partes de seguimiento que obran en el sumario -donde se recogen los movimientos de Prada y Cobo-, a los que ha calificado como “panfletos”. “Esos partes los he visto en El País y luego en el procedimiento”, ha añadido. También ha rechazado que el posicionamiento del teléfono de sus agentes coincida con lo lugares apuntados en esos partes. Ha dicho que son coincidencias.

Antes que él ha declarado el guardia civil José Luis Caro Vinagre, el asesor de seguridad de Francisco Granados. A preguntas de su abogado, ha dicho que él solo se comunicaba verbalmente con sus superiores -para rechazar que elaborase los partes se seguimiento-.

Al contrario de la versión que dieron ayer los otros dos guardias civiles imputados, Caro Vinagre ha negado que el director general de Seguridad, Sergio Gamón, les pidiese hacer seguimientos: “En la vida he seguido a nadie (...) No me ha ordenado nadie seguir a nadie”. De hecho, ha dicho que apenas tuvo relación con Gamón y su segundo, Miguel Castaño.

Caro Vinagre fue condenado en el primer juicio del caso Púnica por su implicación en el chivatazo que otro agente dio a Granados, y que le permitieron a él y a su socio David Marjaliza destruir documentación.

Castaño, por su parte, ha declarado en los mismos términos que Gamón. Ha dicho que nunca vio ni elaboró ninguno de los partes de seguimiento y que nunca dio órdenes a los asesores de seguridad.