Silvina Bacigalupo: “En la lucha anticorrupción puede haber penas más efectivas que la privación de libertad”
Silvina Bacigalupo es la catedrática de Derecho Penal que ha elegido Pedro Sánchez para que le asesore en temas de Transparencia y Ética Empresarial ante las próximas elecciones generales. Bacigalupo se ha incorporado al comité de expertos que está ultimando el PSOE y que se presentará este viernes. Tienen apenas cuatro meses para la puesta a punto del programa socialista para unos competidos comicios. Bacigalupo apuesta por trabajar en la prevención de los casos de corrupción y dar una mayor transparencia a la actividad pública.
¿Cómo va a funcionar el grupo de expertos que ha seleccionado Pedro Sánchez?
Vamos a tener la primera reunión de trabajo en los próximos días y, por tanto, se irán desarrollando en ese momento las primeras líneas de trabajo. Lo que tenemos es una idea general de a lo que hemos venido convocados.
¿Y la idea es que ayuden a la dirección a marcar las políticas del programa?
La idea sustancial es aportar nuestro mejor saber para que quienes tengan que tomar las decisiones estén asesorados con las opiniones de expertos en cada materia.
¿Cuándo le pidió Pedro Sánchez que se incorporara a este equipo?
Hace un par de semanas. He tenido que pensarlo porque tenía que escuchar sus proyectos y necesidades y ver en qué medida como profesional puedo hacer un aporte.
¿Por qué ha tenido que madurar la idea?
Siempre que alguien pasa a formar parte de un consejo asesor tiene que saber qué es lo que puede dar al proyecto. No porque tuviera la más mínima duda de que es un gran proyecto, muy ilusionante.
¿Qué necesidades le transmitió Pedro Sánchez para incorporarse a este consejo asesor?
Siempre que se forma un consejo asesor son muchas las materias que hay que trabajar, son materias muy concretas, materias nuevas en este ámbito de la transparencia y el Buen Gobierno. Son cuestiones en las que hay que empezar a trabajar.
¿Es la primera vez que colabora con un partido y con el PSOE?
Yo me considero una profesional independiente, que lógicamente está comprometida con cierta filosofía política.
¿En qué debe mejorar el PSOE su lucha contra la corrupción?
En la prevención de la corrupción está toda la sociedad. Hay distintas posturas de cómo afrontar las materias de prevención. Algunos tienen un mayor compromiso y eso hay que fortalecerlo. ¿Qué es lo que hay que hacer? Primero han aflorado los problemas gracias a la sociedad civil y los medios. Tenemos claro que tenemos un problema. Hay que pasar a una segunda fase, que es ver cuáles son las causas, que es lo que todavía no se ha realizado desde un punto de vista político con suficiente profundidad. Probablemente porque se está en un efecto shock por los casos. Todavía no estamos en la fase de poner la solución.
¿Cuáles son las causas de la corrupción?
Son muy complejas y hay que analizarlas en profundidad para poder establecer soluciones. Hay unas que tienen características coyunturales, que han sido mundiales. Una de esas primeras causas puede ser el propio sistema económico que ha tenido un momento de bajada del precio del dinero, de desregularización de los flujos económicos... Se creó una burbuja.
También hay causas estructurales. Una de las posibles causas es que, si bien nuestro sistema institucional ha debatido la financiación estatal y autonómica, no se reparó, por ejemplo, en la financiación municipal o de los partidos políticos. Esos déficits del sistema nos llevan a que tengamos que analizar las causas que han provocado los casos que han aflorado y cómo tenemos que atajar el problema. Lo que sabemos es que los mecanismos de control han fallado.
¿Cuáles serán las medidas concretas que se planteen en el programa?
Serán las que el comité asesor ponga en conjunto a través del análisis que podamos aportar. Para eso está un comité de expertos. Las soluciones rápidas sin pensarlas generan a veces respuestas que no son del todo acertadas.
Si tuviera que decir algunas por las que apostaría usted, ¿cuáles serían?
Mejorar la ley de transparencia. Son muchos los ámbitos que hay que conciliar porque la ley de transparencia es el colofón de varias áreas, pero algunas no son de mi especialidad. Por eso necesito el trabajo en equipo, que va a permitir que, cada uno desde su especialidad, pueda establecer todas esas medidas.
Desde su disciplina, ¿cuáles serían los ejes obligados?
Lo primero que tenemos que dilucidar es dónde están las malas prácticas para hacer propuestas de Buen Gobierno. De la ley de transparencia cuelgan muchas otras cuestiones, como el desarrollo de las políticas sobre conflicto de intereses, pensar que el Código Penal es la última de las soluciones por lo que hay que revisar otro tipo de normas... Crear mejores prácticas requiere tener un contexto institucional y legal adecuado. Tenemos que reflexionar sobre lo que es relevante que sea transparente, que es donde uno debe rendir cuentas.
¿Y qué es lo importante que tiene que ser transparente?
Siempre que hay gestión de dinero público se tiene que ser especialmente riguroso. Debe haber una buena comunicación hacia los ciudadanos sobre cómo se gastan sus impuestos.
Dice que con el dinero público hay que ser especialmente riguroso, ¿opina que los contratos de publicidad institucional deben ser públicos?
Sí, en la medida en que son actividades con dinero público.
¿Qué ha podido llevar a todos los políticos que han estado en altos cargos a no publicarlos?
Que no se haya sido consciente de este tipo de cuestiones es porque nuestros usos sociales también han cambiado sustancialmente. Diez o quince años atrás los estándares de lo que se exigía eran muy distintos y nuestra percepción, también. El escenario que se nos presenta nos permite revisar esas cuestiones y avanzar. No digo que no haya casos en los que no ha habido mala fe, pero hay que ser consciente de la evolución que ha habido.
Pedro Sánchez, en su primer acto como candidato del PSOE, se comprometió a erradicar la corrupción, ¿se puede?
Cuando se dice erradicar, pensamos en minimizarla al mínimo. Cero no existe, pero en el mensaje está el compromiso incondicional. Por eso hay que crear las estructuras para que esto pueda ser.
¿En cuatro años da tiempo a reducirla al mínimo?
Da tiempo a que se empiece a trabajar en esas causas y empezar a hacer las propuestas legislativas para que se empiece a encaminar su reducción.
Usted opina que las sanciones deben ser el último recurso, pero ¿cree que el PSOE debe proponer un endurecimiento de las penas para los corruptores?
El Código Penal ya tiene las sanciones altas. Los valores tienen que estar en un equilibrio. El día que la corrupción tenga la misma pena que el homicidio, algo está fallando en la sociedad. A lo mejor la pena privativa de libertad no es la más adecuada. Puede haber otras más efectivas en este sector, como las inhabilitaciones absolutas o para administrar. No digo que haya que sustituir. El Código Penal es el último recurso. No podemos pensar que ninguna política va a venir por endurecer penas porque a la vista está que no por tener penas más altas se va a solucionar el problema.
¿Por qué se han producido esos delitos a pesar de que había penas?
Porque ha fallado el sistema de prevención. Para que llegue a cometerse un delito hay muchas fases que hay que pasar. En estos distintos estadios es donde hay que prevenir.
¿Hay medios suficientes para luchar contra la corrupción?
Diría que no son pocos los medios que hay, pero seguramente no son suficientes. España tiene la mitad de jueces por estadística de los que tiene Alemania. Eso hay que abordarlo. Hay que ver dónde hay que dotar de más recursos. En abstracto quizás hay que hacer una redistribución de recursos.
¿Consideraría las puertas giratorias un tipo de corrupción?
Es un problema de conflicto de intereses, no es un problema de corrupción. El término corrupción se utiliza con mucha amplitud, pero es el aprovechamiento del cargo público para el beneficio personal. Hay que hacer una previsión adecuada de hasta qué momento un alto cargo puede estar en un conflicto de intereses porque al final el conflicto llega un momento en que cesa. Además, el tiempo para ese conflicto de interés a lo mejor no es igual para todos los casos. Al final quien ha estado en un alto cargo también es un profesional y tiene que prever correctamente esa salida para que no haya conflicto de interés.
Por poner un ejemplo, un ministro de Industria, que ha legislado y ha podido favorecer a las eléctricas, ¿en qué momento puede empezar a trabajar en una empresa de ese sector? ¿Puede hacerlo?
Esa respuesta en abstracto no se puede hacer. Cuando se legisla se puede legislar a favor de unos u otros, pero la ley la interpreta un juez. Otra cosa sería ser juez y parte. No por haber sido legislador uno tiene un conocimiento adicional sobre el cumplimiento de la ley.
El diputado del PP Martínez-Pujalte dijo que su trabajo en una consultora puede no ser ético, pero sí legal. ¿Cómo debe regirse la actividad de los parlamentarios?
Requiere tener la previsión de las normas adecuadas que en casos como hemos visto no estaban siquiera previstas. No estaba previsto llevar un registro de viajes, por ejemplo. Cuando afloran las situaciones nos permiten regularlas. La legislación parlamentaria no se puede cambiar a golpe de casos. El Código Penal ha sufrido 30 reformas desde 1995 porque se está legislando a golpe de cada conflicto individual o en determinado grupo que surge. Lo que hay que hacer es pensar si las normas que tenemos no cumplen esos conflictos porque normalmente tienen encaje en las normas que ya existen.
Pedro Sánchez ha apostado por la publicación de los nombres de quienes se acogieron a la amnistía fiscal, ¿tiene encaje legal?
Las sentencias se publican. Estas son resoluciones administrativas y, por tanto, habrá que buscar la mejor solución para que esté cubierta la necesidad de transparencia y la necesidad de protección de los derechos de los ciudadanos. Hay que buscar el equilibrio.
¿Y en este caso tiene encaje la publicación?
Hay que darle más de una vuelta para que esté en el encaje correcto. En este momento espero que en el ámbito de este consejo asesor de encontrar la mejor respuesta.
No la veo muy partidaria de publicar esos nombres.
No es que me vea ni partidaria ni no partidaria. Le diría que es una cuestión en la que hay que ver bien cuáles son las consecuencias. La publicación de los nombres con las garantías suficientes probablemente sea posible, pero no es que sea la única posible.