Sumar llega a las europeas con la tarea de consolidar un espacio propio

Alberto Ortiz

25 de mayo de 2024 22:03 h

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Sumar llega a las elecciones europeas probablemente en su momento más delicado. Los comicios del próximo 9 de junio serán para la coalición una prueba importante sobre su capacidad de movilizar al electorado en la primera contienda estatal en la que se miden con Podemos. Después de unos meses dentro de un Gobierno con muchas dificultades para poner en marcha su agenda legislativa y con el riesgo permanente de quedar opacada por el PSOE, la formación de Yolanda Díaz ha endurecido en las últimas semanas los choques contra su socio en un intento por reforzar su perfil de izquierdas.

A pesar de que la vicepresidenta segunda del Gobierno ha hecho de la expresión “bajar el ruido” una marca política, después de una legislatura caracterizada por los choques entre Podemos y los socialistas, esta semana Sumar estuvo a punto de hacer algo inédito desde la conformación del primer gobierno de coalición: votar en contra de una norma salida del Consejo de Ministros, la reforma de la Ley del Suelo. 

Si esa imagen no se produjo finalmente fue porque el Ministerio de Vivienda, en manos del PSOE, decidió retirarla antes de la votación en el Congreso al constatar su falta de apoyos. Pero en la coalición se mantenían firmes y se disponían a votar a favor de las enmiendas de totalidad presentadas a esa ley y –si el PP no salía al rescate– tumbarla en su primer trámite parlamentario. 

Esa imagen no se dio en toda la legislatura con Unidas Podemos. La única vez que los de Ione Belarra se desmarcaron de un texto salido del Consejo de Ministros fue con la ley audiovisual. Entonces se abstuvieron y la norma salió adelante porque el PP también optó por abstenerse. 

El choque por una ley que en Sumar consideraban que abría la puerta a la “especulación y la corrupción” ocurría tan solo dos días después de que el grupo plurinacional votara en contra de iniciar la tramitación de una ley del PSOE para acabar con el proxenetismo. Aunque son dos leyes muy diferentes y los socialistas argumentan que ha sido casualidad que hayan coincidido dos textos con poco apoyo en la misma semana, que es cuando les tocaba cupo parlamentario, la imagen de división se produce a las puertas de una campaña electoral en la que Sumar necesita diferenciarse de los socialistas.

En la coalición tampoco atribuyen la división de esta semana a una estrategia calculada. Más bien al contrario, acusan a los socialistas de tratar de buscar la división en el espacio político a su izquierda. Pero es cierto que desde hace tiempo en Sumar marcan distancias en lo discursivo con el PSOE, como se empezó a ver hace dos meses, en las semanas previas a las elecciones vascas.

Esos mensajes se han ido reforzando. “El problema es que el Partido Socialista es a la vez dos cosas. Es el partido que gobierna con Sumar en España, pero es el partido que a menudo vota con el PP en Europa. En un momento en el que necesitamos inversiones masivas para la transición verde y la revolución digital, el regreso de la austeridad entraña el riesgo de que Europa se quede descolgada”, le advirtió el portavoz de la coalición en el Congreso, Íñigo Errejón, al presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en la comparecencia del líder socialista ante la Cámara Baja.

Sumar va a explotar en la campaña electoral esa “incoherencia” de los socialistas. La cabeza de lista de la coalición a las europeas, Estrella Galán, ha aprovechado sus discursos de precampaña para atacar ese gran pacto entre socialistas y populares en Bruselas no solo para ponerse de acuerdo con las nuevas normas fiscales, sino también para sellar un pacto migratorio que se han comprometido a derogar en la próxima legislatura. 

Galán apeló este jueves directamente a la candidata de los socialistas para las europeas, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, un perfil con el que el PSOE busca comerle a Sumar el electorado verde, con una persona que tiene un enorme reconocimiento internacional en la lucha contra el cambio climático.

“Están planteando a Teresa Ribera como una candidata verde. Le pido a Teresa Ribera que nos diga cuál es su posición sobre la Ley del Suelo que limita la protección medioambiental y la acción de las organizaciones ecologistas en la denuncia de las operativas de especulación con el suelo”, le exigió Galán durante el acto de apertura de campaña. 

Estrella Galán irá al grupo de la izquierda europea

En las últimas horas la coalición también ha tomado una decisión importante de cara a su posicionamiento ideológico en estas elecciones. Galán irá al grupo de La Izquierda en el Parlamento Europeo, tal y como reveló este jueves en una entrevista en Infolibre, y no a Los Verdes, como se había especulado. 

Esa decisión refuerza el perfil de Sumar para estas europeas como una opción de izquierdas, con una candidata que lleva 25 años trabajando en asociaciones por los derechos de las personas migrantes y que hasta ahora era la directora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Aunque los candidatos de los comuns y Compromís (que van en el número dos y tres en la lista de Sumar para esas elecciones) se integrarán en el grupo ecologista, si consigue cuatro escaños la coalición se repartirá en partes iguales entre ambas familias. 

Así lograrán una de las ambiciones del proyecto de Yolanda Díaz, que es aunar en una misma formación al espacio rojo y verde. En su asamblea fundacional, Sumar contó con el apoyo del presidente del Partido de La Izquierda Europea, Walter Baier, y la principal candidata del Partido Verde Europeo, Terry Reintke.

Pero el mensaje de colocar a la cabeza de lista en el grupo de La Izquierda lanza un mensaje importante con la vista puesta en que en estas elecciones Sumar no solo compite por diferenciarse del PSOE sino también por evitar perder votos por la izquierda hacia Podemos, que se presenta a las urnas con Irene Montero como cabeza de lista, la candidata del espacio confederal que de lejos es más conocida para el electorado según las encuestas (aunque también la que más rechazo genera).

Los últimos sondeos (sobre todo el CIS y 40db) presentan un escenario más apretado entre esas dos fuerzas que el que pronosticaban hace unos cuantos meses. La primera da a Sumar cuatro escaños, un 6,5% de los votos y una horquilla de entre dos y tres diputados y un 5% a Podemos. La de Prisa sitúa a los primeros entre 3 y 4 y a la lista de Montero entre 2 y 3.

Para contrarrestar el hándicap de tener una candidata con escaso conocimiento entre el electorado, Sumar va a volcar a la vicepresidenta segunda en la campaña electoral con presencia en hasta diez actos. Además, Yolanda Díaz aparece junto a Estrella Galán en los carteles de campaña.

Sumar reforzará la campaña andaluza

La coalición centrará sus esfuerzos en cuatro grandes zonas: Madrid, Catalunya, Comunitat Valenciana y Andalucía (los cuatro primeros candidatos son naturales de esos territorios respectivamente). En Andalucía, de hecho, Sumar hará una campaña especialmente fuerte para tratar de conseguir ese cuarto escaño, el de Manu Pineda, que corresponde a la cuota de IU, y que las encuestas dan como menos seguro.

A diferencia de en la campaña de las generales, Sumar ha tomado la decisión de dejar en manos de Izquierda Unida la coordinación de la campaña andaluza. Es un primer gesto importante que deja entrever un cambio en el funcionamiento del proyecto político que hasta ahora se había mostrado renuente a dejar el control de estos asuntos a los partidos. El cambio está directamente relacionado con el nombramiento de Lara Hernández como nueva secretaria de Organización y que podría anticipar movimientos también en la composición orgánica del proyecto de frente amplio que ahora reserva un 30% de la dirección para los partidos políticos. El porcentaje siempre ha generado tensiones entre las formaciones que quieren participar en el proyecto y desde el principio han pedido revisarlo. 

Después de las europeas, Sumar volverá a centrarse en el debate orgánico de cara a la asamblea constituyente de ese frente amplio, a priori prevista para otoño.