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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Susana Díaz intenta disputar a Pedro Sánchez la bandera de la izquierda

La presidenta de Andalucía, Susana Díaz.

Irene Castro

Susana Díaz sigue midiendo sus tiempos para lanzarse oficialmente a la carrera por el liderazgo del PSOE, pero no puede evitar que el partido esté pendiente de que dé el paso definitivo y de que la dilación genere inquietud en una parte del sector que la apoya. Tampoco puede evitar las críticas más o menos veladas que proceden, fundamentalmente, de la candidatura de Pedro Sánchez.

Aunque la presidenta andaluza evita entrar en el conflicto públicamente, se ve obligada a responder a las acusaciones que la sitúan en la derecha del PSOE –uno de sus puntos débiles tras la abstención en la investidura de Mariano Rajoy–. Frente al discurso de Sánchez, Díaz se reivindica de izquierdas.

“No voy a permitir que se hagan divisiones y se enfrente a socialistas”. Ha sido la respuesta de Díaz tras la presentación del documento de Sánchez. El exsecretario general negó haber dado un giro a la izquierda, pero reconoció –como hizo su nuevo gurú económico, Manuel Escudero– que el PSOE tiene que recuperar sus principios. Un dardo más de los que lanza Sánchez en su carrera por volver a hacerse con las riendas de Ferraz. Dar el poder a las bases y luchar contra un PSOE “unido a la derecha” son sus principales argumentos. 

Díaz se defiende: “En el PSOE todos somos socialistas y todos somos de izquierda y ese tipo de debates maniqueos no caben entre nosotros –expresó en una entrevista en Canal Sur Radio–. Jamás voy a hablar mal de un compañero, quiero a mi partido y voy a hablar siempre con respeto de lo que hemos sido, de los 140 años de historia que tenemos y no voy a permitir que nunca nadie haga divisiones”.

La intención del equipo de Díaz, que fue consciente de que tiene un problema de imagen entre militancia (y también fuera) tras el golpe contra Sánchez en septiembre, es que la presidenta no baje al barro durante la campaña y que no entre en la confrontación directa con el exsecretario general.

“Nosotros decimos y hacemos”

Sin embargo, los presidentes socialistas no han escondido en este tiempo su malestar con Sánchez por erigirse en la izquierda del partido. Le recriminan que lo haga solo de palabra sin haber gobernado y se reivindican por llevar a cabo esas políticas de izquierdas. “Nosotros decimos y hacemos”, dice un alto cargo andaluz.

“No hace falta decir que se es de izquierdas, sino practicarlo”, expresa el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, en declaraciones a El País. “Es el PSOE el que universalizó la sanidad, la educación, las pensiones no contributivas, nos sacó de una guerra y nos metió en Europa”, argumenta el dirigente socialista en una dura crítica al proyecto que presentó Sánchez, a quien también acusa de haber usado su poder en Ferraz para apartar a dirigentes socialistas críticos con él.

“Desde luego, lo que yo he vivido a lo largo de los últimos dos años y medio no es mi modelo de partido, un partido donde se perseguía a quien discrepaba”, dice el presidente extremeño.

Los críticos con Sánchez le reprochan que se presente como el candidato de las bases cuando consideran que las desdeñó cuando era secretario general. Ponen como ejemplo la eliminación de la listas para el Congreso de varios candidatos que no eran de su cuerda, como la orensana Laura Seara o el palentino Julio Villarrubia. Ambos fueron sustituidos por candidatos elegidos a dedo en Ferraz que ahora forman parte del núcleo duro del equipo de Sánchez.

En el sector oficial del PSOE cunde la preocupación porque ven que el discurso de Sánchez está calando entre los militantes. Consideran que el relato del “no es no” es efectista y que Díaz tendrá ahí una batalla complicada.

En el equipo de Patxi López también ven que ha logrado que cale su mensaje de víctima entre las bases, pero admiten que están haciendo un trabajo soterrado de explicar su versión de los hechos y encuentran buena aceptación. 

Los barones critican a Sánchez

Frante al perfil bajo de la presidenta andaluza ante Sánchez, los barones que la apoyan son los que han salido en tromba a criticarle. Su alusión a la plurinacionalidad del Estado y al “entendimiento” con Podemos son los principales reproches. Sin embargo, algunas de las salidas de los dirigentes socialistas chocan con el discurso de Díaz de que todos en el PSOE representan la izquierda. 

“El PSOE es la socialdemocracia, no la izquierda”, expresó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que es uno de los principales valedores de Díaz, en respuesta al documento de Sánchez: “La política de 'queremos ser muy rojos' es una simpleza”. “Cuando dicen que quieren el partido en la izquierda, yo digo que no somos un partido comunista, ni troskista ni anticapitalista. Somos el PSOE en la socialdemocracia europea”, insistió Caballero al día siguiente.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, también se mostró sorprendido por el viraje de Sánchez: “Vimos una versión de Pedro Sánchez absolutamente roja y radicalizada como no lo habíamos conocido jamás”. “En 2014, era él quien representaba la derecha del partido”, recuerda un dirigente que apoya a Díaz y que pone en cuestión que Sánchez haya podido cambiar en tan poco tiempo. 

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