Tres de cada cuatro niños y adolescentes han recibido imágenes o mensajes sexuales online

Agencias

Madrid —

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El 75% de niñas, niños y adolescentes en España ha sufrido algún episodio de violencia sexual en la esfera digital, principalmente cyberflashing, acoso para entablar una relación o comentarios sexuales no solicitados. Casi una de cada tres personas menores ha necesitado terapia psicológica tras sufrir este tipo de violencias. Así se recoge en el estudio Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital, elaborado por la Fundación Mutua Madrileña en colaboración con el Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil.

De las 3.000 entrevistas a progenitores y menores se desprende que las formas de agresión más frecuentes son recibir imágenes con contenido sexual sin haberlas solicitado —práctica conocida como cyberflashing— (43%) y mensajes insistiendo en quedar o buscar una relación (42%). A poca distancia se encuentra el 40% de situaciones de violencia que incluyó que las personas menores fueran objeto de comentarios sexuales no solicitados o el 39% en que accedieron involuntariamente a contenidos pornográficos.

Menos frecuentes, pero con mayor impacto en la vida de las personas menores son situaciones que tienen que ver con la vulneración de la intimidad y la imagen. Un cuarto de los hechos son presiones para enviar contenido sexual o ser espiado o controlado por otra persona, ya sea pareja, expareja u otro. Además, la violencia sexual digital toma forma de chantaje al difundir contenido sexual (un 18% de los casos) o con el reenvío de este contenido sin consentimiento (15% de las situaciones). La inteligencia artificial (IA) entra en este informe, pues un 13% de las violencias digitales están relacionadas con el uso de esta herramienta para crear imágenes de la persona menor desnuda.

Por edad, las situaciones de violencia sexual digital suceden sobre todo en la primera adolescencia, es decir, entre los 13 y 15 años. Los sufren chicas y chicos casi por igual (53 % ellas; 47 % ellos).

En poco más de la mitad de los casos, el agresor es conocido de la víctima y pertenece a su entorno. Las personas desconocidas suponen tan solo el 19% de los agresores y, en el 13% de los casos, son conocidos únicamente en el mundo digital. Suelen ser hombres (52%) y de una edad similar a la de la víctima o algo mayores (57%), según este estudio.