La crisis ha detenido en seco el proyecto inicial de la Ciudad de la Cultura, de forma que el complejo ubicado en el monte Gaiás de Santiago no siga consumiendo millones del erario público, una circunstancia que la oposición ha aprovechado para exigir diálogo al Gobierno gallego y redefinir el proyecto.
La semana pasada, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ratificó públicamente la paralización definitiva de los dos edificios que quedan por levantar (Centro Internacional de Arte y Centro de la Música y de las Artes Escénicas), una vez que el Parlamento aprobó una moción del BNG para que se inicien los trámites y se interrumpa el proyecto.
Ahora queda por saber en qué plazos el Gobierno autonómico cumplirá este mandato parlamentario y, lo que es si cabe más importante, qué coste va a suponer para las arcas públicas.
En principio, las negociaciones y los trámites con las empresas constructoras concesionarias comenzarán “de inmediato”, como reconoció esta misma semana en el Parlamento el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo.
La Ciudad de la Cultura es un proyecto diseñado por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman, compuesto inicialmente por seis edificios, de los que se han construido cuatro.
Eisenman se alzó como ganador de un concurso internacional de ideas organizado por la Xunta e ideado por Manuel Fraga con un proyecto cifrado en 108 millones de euros.
Este coste pronto se reveló incierto y durante la etapa del gobierno bipartito entre PSdeG y BNG (2005-2009) la Xunta cifró el coste final en 475 millones de euros.
Por este desfase se llegó a hacer una comisión de investigación en el Parlamento en 2007 que envió las conclusiones a la Fiscalía, por si había hechos constitutivos de delito.
Hasta el momento de la paralización definitiva, acordada la pasada semana en el Parlamento, el Gobierno gallego reconoce haber invertido 287 millones de euros en el complejo.
En esa comisión de investigación, Fraga, en ese momento senador, apuntó que el proyecto de la Ciudad de la Cultura fue “un sueño” y explicó que cuando se desarrolla un sueño “hay que defenderlo y tirar para delante”.
El expresidente gallego defendió que el proyecto del monte Gaiás es una de las obras que se realizan después de hacer muchas “carreteras, hospitales y escuelas” para atraer “visitantes y riqueza” a Galicia.
Aseguró que al igual que en otras épocas se construyó la catedral, la plaza del Obradoiro y otras edificaciones singulares, en este tiempo, a finales de los noventa y comienzos del siglo XXI, había que “hacer algo” para atraer visitantes.
Tras asumir la paralización definitiva de los edificios que faltan para completar el complejo, Alberto Núñez Feijóo, actual presidente gallego, ha lamentado que otros gobernaron en bonanza mientras que a él le ha tocado gestionar la crisis.
La interrupción del proyecto parece que no cogió por sorpresa a nadie. El portavoz parlamentario en materia cultural del PPdeG, Agustín Baamonde, no dudó al admitir que “era una decisión cantada”, y se mostró convencido de que no será demasiado dificultad alcanzar un acuerdo “satisfactorio” con las empresas adjudicatarias.
“Creo que no cogió por sorpresa a nadie y que es una decisión admitida como lógica por la generalidad. Todos entendían que ese gasto desmesurado en la situación actual es imposible de abordar”, subrayó en declaraciones a Efe.
En su origen la Ciudad de la Cultura arrancó, según el diputado popular, de una manera un tanto “pretenciosa” dado el momento de bonanza económica y el afán de algunas ciudades y Autonomías de levantar un megaproyecto que las diferenciara.
“Daba la impresión de que cada ciudad o comunidad tenía que tener una especie de proyecto que siendo grandioso en la forma, automáticamente por sí mismo sería capaz de generar una actividad cultural muy grande. Después, el tiempo demostró que esa similitud no existía forzosamente, y, al revés, incluso creo que el tamaño descomunal al final se acabó volviendo contra estos proyectos”, dijo Baamonde.
Desde el PSdeG-PSOE, Alternativa Galega de Esquerda y Bloque Nacionalista Galego, las formaciones que integran la oposición en la Cámara gallega, se demanda que la paralización definitiva tenga el menor coste posible y que el Ejecutivo de Núñez Feijóo haga valer su capacidad de negociación para conseguirlo.
Nadie sabe con exactitud cuál será el montante de la decisión de interrumpir la construcción del proyecto inicial, si bien el diputado socialista Francisco Caamaño baraja ya algunas cifras y dijo a Efe que la indemnización a las empresas constructoras podría rondar entre 18 y 20 millones de euros.
“Estamos hablando de una obra licitada en su conjunto en la época de Fraga, y, por lo tanto, en esa licitación el porcentaje de no llevarse a cabo ronda aproximadamente estas cantidades”, afirmó.
Pero no es este si cabe el asunto que más preocupa al parlamentario del PSdeG, sino el futuro del complejo cultural y su futura planificación.
“La Ciudad de la Cultura puede ser un referente si se tienen ideas y, sobre todo, complicidad; y en este momento no hay ni ideas y mucho menos complicidad, porque no hay diálogo”, reprochó Caamaño al Gobierno gallego.
Otro de los aspectos “preocupantes”, según ese diputado, es la “reconversión encubierta” del complejo “en un lugar de trabajo para suprimir alquileres”.
Por su parte, Xabier Ron, portavoz parlamentario de Cultura de Alternativa Galega de Esquerda, se mostró, en declaraciones a Efe, convencido de que “si estuviéramos en época de vacas gordas” el Gobierno gallego “seguiría adelante (con el proyecto); eso está claro”, apostilló.
“Argumentan que se paraliza por la crisis pero no porque estén convencidos de que sea un error el proyecto en sí. No es que piensen que es un proyecto fallido, que es desproporcionado con respecto a la realidad gallega; no analizan cuáles son los problemas de la cultura en Galicia y lo que requiere la cultura para que realmente sea un derecho”, dijo.
También críticas han sido las consideraciones de la portavoz en materia cultural del BNG, Ana Pontón. La diputada afirmó que el Parlamento de Galicia aprobó una moción “que el Gobierno tiene que llevar adelante; veremos si va a tener la voluntad de paralizar definitivamente estos edificios y en qué plazos”, cuestionó.
Pero, según declaró a Efe Ana Pontón, el problema se plantea a largo plazo. “El problema es saber qué hacer con esos edificios, porque lo que lleva haciendo hasta ahora el PP es un fracaso de público, ya que lejos de ser un revulsivo para la cultura gallega está ahogando a nuestros sectores culturales”, señaló.
Por su parte, el diputado del PPdeG Agustín Baamonde no cree que la inversión que se hace en el Gaiás repercuta negativamente en otros sectores culturales. “Lo que no se puede hacer es vaciar la Ciudad de la Cultura y meterle una carga de dinamita, porque lógicamente la inversión que está hecha no queda más remedio que rentabilizarla”, dijo.
“La clave de la cuestión”, señaló, sería convertirla “en un referente de la cultura gallega” si se acierta “con la fórmula”.