Última sesión de control de Pablo Casado como líder de la oposición. El todavía presidente del PP acude al Pleno del Congreso puntual, a las 9 de la mañana, acompañado por buena parte de la dirección del grupo parlamentario que el martes le dio la espalda, lo que supuso el último clavo en su ataúd. Casado se dirige al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien le responde. Le queda medio minuto para la réplica. Todo un mundo en las trepidantes sesiones de control. Tras unos segundos de suspense, desiste. Abandona el escaño, baja las escaleras y gira a su izquierda para salir del Hemiciclo. Mira levemente a su bancada. Arrancan unos leves aplausos, sin mucha convicción. Algunos diputados se resisten desde su resentimiento, como Cayetana Álvarez de Toledo. Otros se ponen de pie para despedir al que ha sido su líder desde 2018. Son diputados por ir en unas listas confeccionadas por Casado, al que han dado la espalda. Pero no todos. Tres de ellos se han mantenido fieles hasta el final.
Son los últimos de Casado. Ana Beltrán, Pablo Montesinos y Antonio González Terol. Sentados tras su presidente, escuchan su postrero discurso en el Congreso. Cuando Casado se baja del escaño, Montesinos salta como un resorte para seguirle. Es el vicesecretario general de Comunicación y su trabajo pasa, entre otras cosas, por ser puente entre la dirección y los medios. Al todavía líder del PP le esperan decenas de periodistas en el patio del Congreso, pero elige otra ruta menos transitada para salir del edificio.
“Yo entré en política por Pablo Casado”, ha repetido Montesinos en la última semana. Antes de dar el salto al PP, cubría la información del partido en el medio Libertad Digital. Es uno de los pocos que se ha mantenido en la dirección de Casado desde el principio. Y, literalmente, hasta el final. “Casado es el presidente que necesita España”, decía como única respuesta a los periodistas que han pasado horas apostados en la puerta de la sede de la calle Génova de Madrid. Eso ya no iba a ocurrir, pero insistir en el argumentario y no dar pie a los matices es una de las reglas básicas de la comunicación política. Ahora, su futuro queda en el aire.
Inmediatamente después se levanta Ana Beltrán, que sigue los pasos de Montesinos en pos de Casado. Es la vicesecretaria de Organización, número tres orgánica del partido, además de presidenta del PP de Navarra. En su doble condición, también ha secundado a Casado hasta el final. Tanto en la tensa reunión del lunes, en la que otros vicesecretarios como Javier Maroto, Ana Pastor o Jaime de Olano pidieron la celebración de un congreso, como en la guerra de filtraciones y de recuento de soldados entre los barones autonómicos. Ella y el de Madrid, Pío García-Escudero, de los 19, si se cuentan las ciudades autónomas.
Beltrán no formó parte de la primera dirección de Casado. Asumió el cargo un año después, en julio de 2019, y sustituyó a Javier Maroto. Otro de los integrantes de núcleo duro del PP, portavoz en el Senado, que ha renegado de la estrategia de su presidente en las últimas horas. Ese año, la dirigente navarra dio el salto a la política estatal como parte de la lista de Casado por Madrid. Este miércoles, casi tres años después de su designación como candidata, se lamentaba ante los periodistas en el Congreso. “Una persona honrada no merece este escarnio publico”, decía de su presidente. A modo de despedida, Beltrán lamentaba la operación que ha habido contra Casado y que no se produjo ni siquiera cuando los casos de corrupción asolaban al partido.
El tercero de los diputados que ha secundado a Casado en su intempestiva salida del Hemiciclo, aunque con alguna reticencia más según se aprecia en el vídeo del momento, es Antonio González Terol. También vicesecretario, en este caso del área territorial, ha liderado la infructuosa ofensiva de los cargos municipales contra el reparto de los fondos europeos, pese a las negativas desde Bruselas.
Terol fue alcalde de Boadilla del Monte, una de las ciudades granero de voto del PP en Madrid, desde 2011 hasta 2019. Compaginó el cargo con el de diputado estatal en su última parte, y antes ya fue miembro de la Asamblea regional. Terol siempre ha sido uno de los referentes del PP en la región, pero en 2019 Casado optó por Díaz Ayuso como candidata a la Presidencia. Para Terol tenía en mente una carrera de ámbito estatal. Ese mismo año, en julio, lo ascendió a vicesecretario. Y hasta hoy.
Como Casado, y como Ayuso, forma parte del grupo de jóvenes que creció en política a la sombra de Esperanza Aguirre. Su aterrizaje en Boadilla llegó justo después de los escándalos de la trama Gürtel. Ante la escisión provocada por el enfrentamiento de sus dos amigos, ha optado por ser leal al presidente del partido, de quien es padrino político. Este miércoles, le ha querido acompañar en su último acto parlamentario. Horas después, tras una larga reunión con sus barones, Casado lograba seguir al frente del partido hasta el congreso extraordinario del partido a cambio de renunciar a presentarse y apoyar la vía Feijóo.