Urdangarin defiende que la infanta no estaba “en el día a día” de la sociedad del fraude fiscal

El exduque de Palma Iñaki Urdangarin ha defendido que Cristina de Borbón, su esposa, sea propietaria del 50% de la sociedad Aizoon como “un tema personal”. Se trataba, respondió a preguntas del fiscal Pedro Horrach, de que “participara” en los proyectos que él llevaba a cabo, pero sin estar “en el día a día”.

“Yo soy el administrador al 50% con mi señora”, así se refirió a la primera pregunta de Horrach sobre Aizoon, la sociedad que ha llevado a Cristina de Borbón al banquillo como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales de su marido.

Urdangarin facturó trabajos de asesoría para Telefónica y otras personas a través de la Aizoon, una irregularidad para facturar como Impuesto de Sociedades lo que en realidad debía haber hecho como IRPF, ahorrando así en las cuotas. El exduque admitió la presunta trampa, pero hizo responsable de ella a Miguel Tejeiro, el cuñado de su socio, Diego Torres, y asesor fiscal del acusado.

“Fue una recomendación que tuve del señor Miguel Tejeiro una vez que entré en Noos Consultoría Estratégica para canalizar mis honorarios”, afirmó Urdangarin en la segunda sesión del juicio del caso Nóos dedicada a su declaración como acusado. “Él me lo propuso y yo siempre he confiado en su opinión”, añadió Urdangarin.

Tejeiro pasó de figurar entre los acusados, como responsable de delitos que le podían acarrear 11 años de prisión a ser únicamente testigo en el juicio. Solo Manos Limpias acusaba al cuñado de Torres, pero retiró los cargos antes de que comenzara la vista. Cuando comparezca como testigo tendrá la obligación de decir verdad.

La utilización de Aizoon para facturar servicios que, en realidad, eran personales es la segunda irregularidad que Urdangarin admite que se cometió durante los años objeto de escrutino en el juicio. Pero al igual que con los empleados ficticios de Aizoon, intentó alejarse de cualquier responsabilidad.

El papel de la Casa del Rey

El papel supervisor de la Casa del Rey ha entrado por primera vez en escena esta mañana. El fiscal Pedro Horrach ha preguntado al acusado quién se ocupaba de la declaración de la renta de la infanta. “Siempre el señor Federico Rubio”, ha explicado Urdangarin. “Es un asesor, entiendo, que venía por parte de la Casa del Rey”, ha añadido a continuación.

La alusión a Federico Rubio por parte de Urdangarin ha precedido a una pequeña tormenta, la única, durante la jornada. La abogada del Estado, que representa a la Agencia Tributaria, ha intervenido por la tarde y ha replicado a la mención al funcionario con un duro interrogatorio a Urdangarin.

El exduque de Palma ha explicado que tanto él como su esposa se reunían con el funcionario “de forma periódica” para preparar las declaraciones de impuestos. Así fue desde que se casaron y hasta que, en 2009, se fueron a vivir a Estados Unidos.

Ante la posibilidad de que Urdangarin estuviera responsabilizando al funcionario de las irregularidades fiscales, la abogada del Estado, María Dolores Ripoll, le ha preguntado qué documentación le entregaban a Rubio para que pudiera hacer su trabajo. “No lo hacíamos directamente nosotros. Yo le remitía a los asesores y ellos se la entregaban, otras veces era a través de Carlos García Revenga”, ha dicho Urdangarin.

En ese momento, la abogada del Estado ha empezado a enumerar las empresas sobre las que entregaban información a Rubio. Urdangarin respondía, de nuevo, con la fórmula “no lo sé” y ella no le dejaba ni terminar. Urdangarin ha optado por dejar a la abogada enumerar sin pausa todas las sociedades y no contestar hasta el final, con la misma fórmula. “Yo siempre he creído que he obrado pefectamente (...) Seguía el consejo de mis asesores”, ha añadido.

Con motivo del interés de la Abogada del Estado por los delitos fiscales que se atribuyen a Urdangarin, éste aprovechó para exponer una cuestión, más allá de las preguntas formuladas. “Hay cosas en las que no he estado bien asesorado o que puede que no se hayan hecho correctamente. Yo he consignado un dinero. Ahí está si se decide que alguna de las cosas están mal hechas, ahí esá, como hice en 2009. Entonces yo creía que estaba bien hecho. Si no está correctamente hecho, ya se discutirá. Ahí está mi consignación”. La abogada del Estado ha replicado que si estaba reconociendo el fraude fiscal y él ha contestado que no. El matrimonio entregó al juzgado 2,3 millones de euros el pasado junio procedentes de la venta del palacete de Pedralbes.

El segundo empleado de la Casa del Rey que ha aparecido mencionado ha sido el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, quien llegó a estar imputado en la causa durante unos meses. García Revenga supo enseguida de la idea de Urdangarin y su socio Diego Torres de montar el Instituto Nóos y fue parte de la junta directiva del mismo, como Cristina de Borbón. “Se trataba simplemente de conformar la junta directiva”, ha dicho el exjugador de balonmano para desprender a ambos de cualquier tarea ejecutiva. Pero de García Revenga ha añadido: “Yo no daba un paso en mi vida sin consultal al señor García Revenga”.

A principios de 2006, ha relatado Urdangarin, el conde de Fontao le traslada a él y a su esposa que era conveniente que se desvincularan “formalmente” del Instituto Nóos porque habían aparecido unas “preguntas parlamentarias”, en referencia a las que planteó un diputado socialista en la cámara autonómica balear. Miguel Romero, conde de Fontao, era asesor del rey Juan Carlos I.

Sin embargo, los correos electrónicos acreditan que Urdangarin siguió siendo informado de la actividad de Nóos, con Diego Torres ya de presidente. Urdangarin ha explicado que se limitaba a estar “en copia” de los mensajes de correo. “El planteamiento (del conde de Fontao) era salir de los formalismos del Instituto Nóos, dar un giro a tu vida profesional y centrarte más en consejos de administración o asesorías de empresas privadas”, dijo en tercera persona el exduque de Palma.

Lejos del dinero y los acuerdos

El exduque de Palma I se ha presentado este miércoles ante el tribunal que le juzga como absolutamente desvinculado de la cuestión crematística del Instituto Nóos, por presidente que fuera del mismo. “Yo no me he encargaba de los temas de facturación”, ha repetido en varias ocasiones, en alguna mostrando una ligera indignación por la reiteración de las preguntas en ese sentido.

Esta ha sido la línea de conexión con la primera parte de su declaración, realizada la semana pasada. Y en consonancia con ello, Urdangarin ha hecho gala de un supuesto desconocimiento de las actividades de la ONG. Por no saber, no conoce ni quién era el gerente del Instituto Nóos, la organización en la que desarrolló buena parte de la actividad que le puede llevar muchos años a la cárcel.

“¿Quién era el gerente del Instituto Nóos?”, le ha preguntado en un momento del interrogatorio el fiscal. “No lo recuerdo”, ha contestado el acusado. “¿Cómo no lo va a recordar?”, ha levantado ligeramente la voz el fiscal Pedro Horrach, quien mantenía hasta ese momento un tono monocorde en sus preguntas, a pesar del terreno de la inconcreción al que las ha dirigido constantemente el acusado.

Con sus respuestas, Urdangarin ha pretendido dejar claro que el Instituto Nóos era contratado por las administraciones debido a la innovación y profesionalidad de su trabajo y, en ningún caso, por estar presidido por el yerno del rey. Lo ha hecho, por ejemplo, cuando el fiscal le ha preguntado si las autoridades valencianas, con las que mantenían el proyecto de los frustrados Juegos Europeos, y él ha contestado que no lo sabía, ni se preocupó por ello. “Lo importante era el proyecto presentado”, ha dicho.

A preguntas de la abogada del Estado, Urdangarin ha llegado a sacar pecho de las actividades del Instituto Nóos. Considera que la ONG contribuyó en su “pequeño mundo” del patrocinio deportivo a crear conocimiento, “un enriquecimiento para todos”, ha llegado a decir.

Las contradicciones

Durante la declaración, el fiscal ha recurrido en varias ocasiones a las dos declaraciones hechas ante el juez instructor como imputado. Lo ha hecho para poner de manifiesto supuestas contradicciones del acusado entre lo que dijo entonces y lo que ha declarado esta mañana. Ha ocurrido también cuando ha salido a colación el proyecto de los Juegos Europeos que se iban a organizar en la ciudad de Valencia. En su declaración ante el instructor, Urdangarin dijo que no se habían realizado los trabajos, a pesar de que se cobraron. Hoy, tras preguntas y repreguntas del fiscal, ha dicho que se refería a que no se hicieron “totalmente” porque el proyecto se frustró.

También se ha producido cuando ha rectificado su afirmación de 2013 de que la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá dico “luz verde” abordó la celebración de los congresos Valencia Summit en 2004, 2005 y 2006, por las que el Instituto Nóos se embolsó más de 3,1 millones de euros, sin concurso público. El exduque ha dicho esta mañana “desconocer” quien autorizó la celebración de esos eventos y el desembolso de dinero público y si la exalcadesa estuvo al tanto de las negociaciones.

Hasta el receso señalado por el tribunal minutos antes de las 11:30, buena parte del interrogatorio de Horrach se ha centrado en el cruce de facturas entre distintas empresas del entramado creado por Urdangarin y Torres. En este sentido, el exduque ha dicho, por ejemplo, que el Instituto Nóos no contrataba a otras de esas empresas sino que contaba para determinados proyectos con personas que en ellas trabajaban y que, por eso, a esas sociedades se les facturaba.

Urdangarin ha defendido, en ocasiones con vehemencia, el trabajo de asesoría en patrocinios que realizaba Nóos. Ha asegurado que Torres y él se percataron de que las empresas no tenían un criterio de por qué asignaban fondos en concepto de patrocinio a derterminados proyectos y que ellos querían ver “si había un espacio en el mercado para asesorar a los patrocinadores”.

710.000 euros ingresados

La causa investiga la obtención de 6,2 millones de euros por Torres y Urdangarin procedentes de las administraciones gobernadas por el PP en Valencia y Baleares a través de trabajos no justificados. En un momento del interrogatorio, y aunque ese no era el objeto de las preguntas que realizaba en ese momento Horrach, Urdangarin defendió que sus beneficios por los trabajos de Noos se limitan a 710.000 euros y que el resto tienen que ver con su asesoría a empresas privadas.

En otro momento, Urdangarin ha querido corregir las afirmaciones de que una ONG no está para generar beneficios. “Eso no significa que no pueda generar superávit, pero para reinvertirlo en el objeto social de la asociación”, ha dicho con una media sonrisa de indignación.

La contratación ficticia que admitió en la primea sesión de su declaración, aunque desvinculándose de ella, ha vuelto a ser tratada a propósito de una persona del servicio doméstico del matrimonio que estuvo dada de alta como empleada de Nóos Consultoría Estratégica. “Si fue asignada a Nóos Consultoría entiendo que responde a la estrategia fiscal y contable de mantener un número de empñeados alto en un sitio o en otro y yo no me encargaba de eso”, ha respondido Urdangarin. A continuación ha insistido en que se trataba de una “estrategia fiscal” y que él pensaba que “estaba todo correcto”.