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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

“Vivir para pensar” propone un grupo de filósofos, en homenaje a Manuel Cruz

EFE

Madrid —

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En tiempos en que la reflexión no es un valor en alza, el filósofo Manuel Cruz llama a “poner lo que vemos bajo sospecha” ante el homenaje de un grupo de pensadores de tres generaciones que se unieron para publicar “Vivir para pensar”, libro que presentan hoy en el Círculo de Bellas Artes.

“Lejos de ser entelequia o abstracción, filosofar es una actividad ligada a la realidad, indispensable para poderla entender, para comprender el mundo en que vivimos; sin esa tarea no cabe transformar ni mejorar nuestras vidas”, precisa Cruz en una entrevista con Efe con motivo de la celebración.

Y propone “recelar de las ideas que damos por descontadas, por más obvio y evidente que nos puedan parecer”, para poder “reorientarnos a una relación con nuestra realidad más rica y fecunda”.

Constata Cruz que esa “sospecha constante” -actitud con la que define al filósofo- resulta necesaria en estos tiempos, ya que hasta “hemos renunciado a la ilusión de poder cambiar las cosas”.

“Vivimos abocados a una realidad, orden o desorden que cambia a toda velocidad -explica-, se hace más y más compleja, vuelve del revés lo que ayer parecía evidente o acaba con las relaciones estables y fluidas, mientras contamos cada vez con menos instrumentos para poderla entender”.

La Filosofía ofrece esas herramientas al ayudarnos a detectar territorios de sentido y sinsentido, y el papel del filósofo no es dar respuestas, sino “ayudarnos a plantear ordenadamente el problema”, aclara.

Y es que “produce vértigo la pobreza de recursos con que los jóvenes se enfrentan hoy al mundo”, comenta Cruz en este reconocimiento, por su 60 años, por parte de tres generaciones de filósofos, alguno de sus maestros, como Emilio Lledó que escribe el prólogo, la suya y la más joven, con un conjunto de ensayos (Herder) coordinados por Fina Birulés, Antonio Gómez Ramos y Concha Roldán (ed).

Cruz recuerda al pensador estadounidense Fredrick Densen para lanzar la pregunta sobre el hecho de que hoy “resulte más fácil aceptar el más inverosímil de los apocalipsis que el fin del capitalismo”.

“La posibilidad de un nuevo orden resulta inconcebible -subraya- porque nuestra percepción del sistema se ha naturalizado hasta el punto de aceptarlo ciegamente sin verlo como el efecto de una construcción, fruto de las acciones humanas”.

“Escuchamos con la misma actitud las noticias sobre la prima de riesgo que las previsiones del tiempo en televisión cuando nadie se plantea cómo impedir la borrasca que se acerca desde el cielo”, comenta.

Y para cambiar la actitud, propone a los tres filósofos de “la sospecha” que reclamó Foucault. Ellos nos descubrieron que “la realidad es engañosa por ocultar la estructura económica que actúa por debajo” (Marx), que más importante que la conciencia es el inconsciente (Freud) del que hemos de sospechar, igual que hemos de hacer con los valores (Nietzsche).

Pensadores como Victoria Camps, Gianni Vattimo, Daniel Innerarity, Javier Muguerza, Enzo Travesedo o Beatriz Sarlo, acompañan a Cruz en estas páginas, cuyas reflexiones que se organizan en cuatro ámbitos: “En qué repara el filósofo”, “La comprensión del pasado”, “La dificultad de vivir juntos” y “Tiempo de subjetividad”.

El volumen se cierra con una entrevista al homenajeado que llama a recuperar “la extraña comprensión de las cosas que nos regaló la noche”, pero recuerda el designio del poeta que exclamó: “¡Dios me libre de ver lo que está claro!”.

Era una alusión a “esa lucidez que a veces alcanzamos al despertar de un sueño nocturno, cuando nos horrorizamos”, una claridad absoluta imposible de acoplar a la realidad del día ya revestidos de mil disfraces y cautelas frente a los pavores que nos acechan.

Getu Arteche