Vox ha incluido en su batalla contra la inmigración a las partidas presupuestarias que se destinan a erradicar la pobreza en terceros países, lo que se conoce como ayuda oficial al desarrollo. Ni la vigilancia de estas ayudas ni la reducción de sus cuantías aparecían entre las 100 medidas que vertebran su programa. Sin embargo, a comienzos de este mes optaron por cambiar la finalidad de estas subvenciones.
Entre las exigencias al PP y Ciudadanos para apoyar la investidura de Isabel Díaz Ayuso, la formación de extrema derecha reclamaba que los “recursos destinados a la cooperación al desarrollo de la Comunidad de Madrid” prioricen los “proyectos de desarrollo de la región para frenar la despoblación y/o paliar sus efectos en las zonas rurales y mejorar las zonas marginales que aún existen en nuestra comunidad”.
Asimismo, el grupo parlamentario liderado por Rocío Monasterio reclama al Gobierno de coalición que destinen estas ayudas a la “promoción de proyectos que favorezcan el acceso al mercado laboral a personas en situación de vulnerabilidad”.
Desde Oxfam Intermón recuerdan al partido de extrema derecha que no se puede alterar la finalidad de estos fondos. Lo que sí podría realizar la Comunidad de Madrid es cancelar estas ayudas, aunque el director de esta ONG, José María Vera, reivindica que este presupuesto “ha sido marginal” durante los últimos gobiernos del PP.
Madrid, tercera comunidad con menos inversión
Según los datos analizados por esta organización, la aportación realizada en 2017 por esta autonomía se limitó al 0,01% de su presupuesto, esa apuesta presupuestaria supuso 2,6 millones de euros. Con esta inversión, Madrid fue la tercera autonomía que menos destinó ese año a estas políticas, solo por delante de Murcia y Canarias. Por su parte, Sonsoles García, la presidenta de la Red de ONGD de Madrid recuerda que esta autonomía aprobó en 1999 una ley de Cooperación para el Desarrollo de la Comunidad.
En este texto se insta al Consejo de Gobierno “a que procure que los créditos destinados a cooperación para desarrollo” alcancen el 0,7% del presupuesto. García lamenta que uno de los objetivos de Vox sea “eliminar” estas políticas. “Enfrentar un pobre contra un pobre es una indignidad. No se entiende que en una región tan rica como Madrid estén ahora hablando de región en desarrollo”, incide la presidenta de esta Red.
“La ayuda al desarrollo es un mecanismo muy básico de redistribución global de la riqueza. Es una manera en la que los países ricos hacen un ejercicio de compensación para que a todo el mundo se le exija de acuerdo a sus capacidades y que todo el mundo tenga las mismas oportunidades”, apunta Gonzalo Fanjul, director de análisis del Instituto de Salud Global de Barcelona.
La incidencia de estas políticas ha reducido la cantidad de personas que viven en pobreza extrema, el porcentaje de personas con nutrición insuficiente, la tasa mundial de mortalidad en niños menores de cinco años o las infecciones del VIH, tal y como figura en el informe elaborado en 2015 por la ONU en el que analizaron los indicadores de los objetivos de desarrollo del milenio.
“Provincianismo político”
Más allá de este planteamiento, Fanjul reivindica que con estos programas se puede apostar por “una cooperación moderna que genere círculos virtuosos” y con los que el Estado se puede “posicionar en el mundo y en el contexto
“España tiene la oportunidad de hacerlo en sectores que son estratégicos para nuestro propio desarrollo. Por ejemplo, en energías renovables. Toda la transición ecológica de España se basa en parte en una tecnología que estamos desarrollando y que estamos exportando en países terceros. Otro ejemplo es el caso de investigación científica en enfermedades de la pobreza”, destaca. Por lo tanto, lamenta que con esta actitud Vox apueste por una “política exterior de mirarse al ombligo” centrada en el “provincianismo político”.
La semana pasada el partido de extrema derecha decidió trasladar esta batalla al Congreso. La diputada Carla Toscano presentó una pregunta, difundida a través de las redes sociales del partido, y publicada en la web de la formación de Santiago Abascal bajo el titular: “Vox denuncia la concesión de dinero de ayuda al desarrollo a asociaciones LGTBI y feminista”.
En este escrito aseguraban que el Ministerio de Exteriores ha concedido 630 millones de euros entre 2016 y 2019 a estos objetivos. A preguntas de esta redacción, el partido no ha aclarado cómo han realizado esta estimación. Por su parte, fuentes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) explican que ese dato coincide con el sumatorio de todas las subvenciones concedidas en ese periodo por esta agencia. Estas mismas fuentes explican que en esa cantidad no se incluyen solo ayudas a ONG, también al resto de entidades, como administraciones públicas de otros países.
“Nos llama la atención que entre estas subvenciones hay muchas destinadas a asociaciones LGTBI y feministas de ámbito nacional. Desde Vox queremos preguntar al Gobierno qué acciones y qué proyectos justifican que fondos destinados a ayuda al desarrollo acaben en estas asociaciones”, apuntaba Toscano. Además, pedía al Gobierno que aportase un listado de los colectivos que han recibido estas ayudas.
Políticas de género
De esta forma, repiten la actuación que ya han desarrollado en la Asamblea de Madrid o en el Parlamento andaluz poniendo en el disparadero de sus críticas a organizaciones que trabajan para defender los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI. Rocío Monasterio solicitó al Gobierno regional los nombres y apellidos de las personas que imparten talleres LGTBI en los colegios y Francisco Serrano pidió al Ejecutivo de Juan Manuel Moreno Bonilla los datos de los empleados públicos que evalúan los casos de violencia de género.
Ante la petición de información sobre ayudas destinadas a colectivos feministas, desde la AECID recuerdan que “apoyar la política de género es incuestionable” y que es uno de los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por la ONU. Por su parte, el presidente de Intermón Oxfam destaca este planteamiento y reseña que “la pobreza se ceba contra las mujeres”. “El protagonismo de las mujeres en esta lucha es singular. Fortalecer a las mujeres y organizaciones de mujeres es la mejor manera de combatir la pobreza y la desigualdad”, sentencia Vera.
El plan director de la cooperación española 2018-2021, aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy también reconocía que la “consecución de la igualdad de género contribuirá decisivamente al progreso en todos los objetivos y metas”. Asimismo, señalaban que la cooperación española “impulsará políticas que incorporen de forma sistemática la perspectiva de género, abordará las causas estructurales de la desigualdad y desarrollará medidas destinadas a paliarla”.