El verano de ABC: recogida de firmas para defender a Hermann Tertsch y peticiones de golpe de Estado en Venezuela

Los columnistas de ABC están siendo los protagonistas del verano dentro del periódico. Una notoriedad provocada por motivos dispares, que van de una recogida de firmas tras una condena por injurias a un fallecido a los artículos que contienen peticiones expresas de un golpe de Estado en Venezuela que acabe con el gobierno de Nicolás Maduro.

El primero de los casos está protagonizado por Hermann Tertsch, condenado recientemente a pagar 12.000 euros por llamar “criminal” al abuelo del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Una sentencia judicial que el periodista de ABC ha enmarcado en un ataque a su libertad de expresión, y que ha anunciado que recurrirá. Pero Tertsch no está solo en su 'lucha'. Como publica su periódico, a ésta se ha sumado una agrupación neoliberal que ha recogido hasta casi 20.000 firmas en su favor. Y lo han hecho a través de CitizenGo, una plataforma de recogida de apoyos impulsada por la asociación ultraderechista HazteOír.

El grupo que está detrás del respaldo a Tertsch es El Club de los Viernes, que asegura que su objetivo es “devolver a los individuos el valor que los colectivistas les han arrebatado”, y que sostiene que defiende la libertad “frente al estatalismo y el neocomunismo de inspiración bolivariana”.

Según El Club de los Viernes, su ayuda al columnista de ABC está motivada por la injusticia de la sentencia, cuyo fin según sostiene es “acallar a todos aquellos profesionales del mundo de la información que disienten y ponen los puntos sobre las íes a los enemigos de la libertad, entre los que se encuentran los comunistas”. Otra de las razones del apoyo a Tertsch es que una socio honorífico de su club.

Sostres, Pinochet y Venezuela

El otro protagonista del verano en ABC es Salvador Sostres, que con su estilo habitual ha dejado claro lo que él haría para solucionar los problemas de Venezuela: un golpe de Estado que acabe con el gobierno de Nicolás Maduro.

El periodista catalán basa sus tesis en la supuesta “valiosa aportación” de Augusto Pinochet en Chile, que según Sostres ha permitido que el país latinoamericano sea “la democracia más robusta y próspera de Sudamérica”. Para Sostres, el dictador también tuvo “errores, como todo el mundo, y también algunos crímenes sin justificación”, pero no menciona las casi 4.000 víctimas entre asesinados y desaparecidos durante el régimen de Pinochet entre 1973 y 1990.

Con esta experiencia de Chile, además de la del franquismo (“a España le salió mucho más a cuenta que haber caído en la telaraña del Pacto de Varsovia”, escribe), el columnista mantiene que Venezuela “necesita una decidida intervención” que provoque lo que él bautiza como “transición autoritaria”. El objetivo de ésta sería convocar elecciones cuando el país esté listo, como según Sostres hizo Pinochet, “que las perdió y se marchó”, algo que “no le recuerdo a ningún comunista en el poder”.

Sostres defiende que la alianza de Pinochet con Henry Kissinger y Milton Friedman fue la que “restauró la convivencia y creó prosperidad en Chile”, y que algo similar sería lo necesario para Venezuela. Una fórmula que pertenece a lo que denomina como “modelo clásico segíun el que el orden es el primer paso para la libertad y las guerras ganadas, las que aseguran la paz”.