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La historia de la nueva portada de Ana Juan del New Yorker en honor a “las mujeres que no han podido hablar”
Hay una parte importante de la historia de la última portada de The New Yorker de la ilustradora española Ana Juan que no se cuenta en la habitual 'Cover Story' que los editores publican en la web: la dibujó entre las 19:00 y las 21:00 de la tarde del viernes. La imagen, que se ha viralizado y que protagoniza una mujer a la que una mano tapa la boca, existía desde hacía un año, cuando había enviado un boceto para una edición sobre el #MeToo. Pero hubo que rehacerla muy rápidamente.
“Después de semanas arriba y abajo con bocetos, no solo míos, al final el editor decidió no tocar ese tema”, cuenta Ana Juan al teléfono, que ha realizado decenas de portadas para la revista desde 1995. Pero esta semana decidieron tratar en varios artículos y destacar el testimonio de Christine Blasey Ford acusando de violación al juez del Tribunal Supremo designado por Trump Brett Kavanaugh. Entonces se acordaron de aquella ilustración.
“Yo la había olvidado ya. El viernes por la tarde me encontré con muchas llamadas: querían el boceto y lo querían en cuestión de segundos. Corría muchísima prisa, el impresor ya estaba preparado para arrancar las máquinas y yo no encontraba el archivo en alta resolución. En 30 minutos la repetí y pude enviarla en alta, entre que el editor acababa de ver la comparecencia en el Senado”, narra Ana Juan, que este marzo fue también responsable de la portada de la revista 'Mujeres' de eldiario.es.
A pesar de las prisas “la imagen y el mensaje han quedado bien”. Lo considera así ella pero da cuenta de ello los miles de compartidos y likes de personas a las que ha emocionado. El mensaje lo enfoca el New Yorker en Ford pero ella, como cuando lo realizó a finales de 2017, piensa que detrás están “muchas mujeres que no han podido hablar, porque han tenido miedo y no han tenido la oportunidad. El patriarcado ha acallado muchas voces”.
Entre las docenas de portadas de Ana Juan en el New Yorker hay algunas muy emblemáticas, como la del décimo aniversario del 11 de septiembre. “Todas son diferentes e importantes. Algunas más ligeras y otras más duras, como la vida”, comenta. “Cada momento tiene su idiosincrasia, algunas como la Charlie Hebdo tienen más repercusión y todo el mundo te recuerda por ellas. También puede pasar que algunas sean muy populares aunque tampoco tengan tanto transfondo, por el estilo o lo que transmiten”.
La ilustradora es valenciana y reside en Madrid. Nunca ha vivido en Nueva York ni EEUU, aunque sus colaboraciones se remonten a hace más de 20 años. “Pero en este mundo estamos muy cerca”, ríe. “Hay cosas que se te escapan, claro, cosas culturales por la distancia, o no sabes cómo funciona el Senado ahí. Pero procuro mantenerme al día, como todos”.