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Michelle Obama denuncia la “conducta sexual depredadora” de Trump
En una campaña en que muchos han llegado a la conclusión de que se trata de elegir al candidato menos malo, Michelle Obama se ha revelado como una de las sorpresas no desagradables. La esposa del presidente ha dado una serie de mítines en estados donde podía marcar la diferencia al estar muy igualados en las encuestas Donald Trump y Hillary Clinton.
Es el caso de New Hampshire, donde Michelle Obama dio el jueves un discurso que ha sido definido como uno de los mejores momentos de la campaña por su denuncia de la conducta de Trump hacia las mujeres, en especial de la conversación en un autobús, conocida el 8 de octubre, que el candidato republicano describió como la típica “conversación de vestuario”:
"Esto es algo que no podemos ignorar. No es algo que podamos esconder bajo la alfombra como si fuera otro molesto detalle de una triste campaña. Porque eso no fue sólo "una conversación obscena". No fue una conversación típica de vestuario. En un individuo poderoso hablando sin problemas sobre una conducta sexual depredadora, y presumiendo de que besaba y metía mano a las mujeres, utilizando un lenguaje tan obsceno que muchas de nosotras estábamos preocupadas por lo que escucharan nuestros hijos cuando encendiéramos la televisión.
Y para empeorar las cosas, ahora parece claro que esto no fue un incidente aislado. Es uno de los muchos ejemplos sobre cómo ha tratado a las mujeres toda su vida. Y tengo que deciros que escucho todo esto y que lo siento de forma muy personal, como estoy segura de que lo sentís muchos de vosotros, sobre todo las mujeres. Esos comentarios vergonzosos sobre nuestros cuerpos. La falta de respeto a nuestras ambiciones y valor intelectual. La creencia de que puedes hacer lo que quieras con una mujer.
Es cruel. Da miedo. Y la verdad es que hace daño. Hace daño. Es como esa sensación asquerosa que tienes cuando caminas por la calle ocupándote de tus cosas, y algún tipo te grita frases vulgares sobre tu cuerpo. O cuando ves a ese tipo en el trabajo que se acerca demasiado, te lanza una larga mirada y te hace sentir incómoda en tu propio cuerpo.
Es ese sentimiento de terror y violación que muchas mujeres han vivido cuando alguien les ha agarrado o se les ha puesto delante y se les dice que no, pero no escuchan, algo que sabemos que sucede en campus universitarios y en muchos otros sitios cada día. Nos recuerda las historias que hemos oído a nuestras madres y abuelas sobre cómo en sus tiempos el jefe podía decir y hacer lo que quisiera con las mujeres en el trabajo, aunque ellas trabajaban duro, superaban todos los obstáculos, y nunca era suficiente. (...)
Pensad en esto. Si todo esto nos parece doloroso a nosotras, mujeres adultas, ¿qué pensáis que supone para nuestros hijos? ¿Qué mensaje escuchan nuestras hijas sobre cómo deberían actuar y qué aspecto tener? ¿Qué lecciones aprenden sobre su valor como profesionales, como seres humanos, sobre sus sueños y aspiraciones? ¿Y cómo está afectando a los hombres y los jóvenes? Porque os digo que los hombres en mi vida no hablan a las mujeres así. Y sé que mi familia no es inusual. Y desdeñar todo esto como conversación de vestuario es un insulto para los hombres decentes en cualquier sitio".
Michelle Obama pasó después a pedir el voto para Clinton y recordó que en algunos estados las diferencias entre ambos candidatos pueden ser muy pequeñas, como es el caso de New Hamshire, donde viven 1,3 millones de personas.
"Recordad esto. En 2012, el voto de las mujeres fue la diferencia en la victoria o derrota en estados clave, incluido aquí en New Hampshire. Así que para todos los que creen que su voto no importa, o que una sola persona no marca la diferencia, pensad en esto. En 2012, Barack (Obama) ganó en New Hampshire por unos 40.000 votos. Parecen muchos, pero cuando analizas los números, la diferencia entre ganar o perder el Estado se reducía a 66 votos en cada colegio electoral. Pensad en eso. Si 66 personas en cada colegio hubieran votado de forma diferente, Barack habría perdido".
