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Sobre este blog

@Retiario estudió biología pero siempre quiso aprender y contar historias reales. En tiempos remotos fue paleontólogo, pero desde hace décadas es periodista y profesor de periodismo. Cree en la ciencia, la tecnología y el poder de la humanidad para cambiar las cosas para bien, si se aplica. Pasa la mayor parte de su tiempo en Internet y es un firme defensor de la pluma (y la red) frente a la espada.

Los Taínos viven

Estatua de Agüeybaná II, El Bravo, Ponce, Puerto Rico; foto de Tito Caraballo. CC BY-SA 2.0.

José Cervera

Cuando los españoles llegaron a las américas, el primer pueblo con el que se encontraron fueron los taínos, que ocupaban las islas de Cuba, la Española (donde hoy están Haití y la República Dominicana) y otras islas del caribe; su parientes los belicosos indios Caribes (que dieron nombre al mar) ocupaban las más cercanas a la actual Venezuela. A la llegada de Colón a la zona había cinco cacicazgos taínos tan solo en la isla de la Española, y en algunos asentamientos vivían hasta 3.000 personas; en guerra con sus vecinos caribes los taínos estaban siendo empujados hacia el norte. Pero la llegada de los conquistadores cambió la dinámica, de modo radical.

Las enfermedades europeas produjeron plagas, la mezcla racial con españoles y otros grupos nativos produjo aculturación y la economía de haciendas y plantaciones acabó devastando las estructuras sociales de los taínos, por lo que se consideraba que se habían extinguido. Pero recientes estudios de ADN han confirmado que no es así: los Taínos sobrevivieron. El análisis genético de un esqueleto de más de 1.000 años de antigüedad hallado en una isla de las Bahamas ha permitido confirmar que los genes de los taínos permanecen aún hoy en las poblaciones de la región.

Poblaciones modernas de Puerto Rico, Cuba y otras islas caribeñas tienen en su acervo genético pruebas de que descienden de los taínos, aunque la composición genética de estos grupos es muy compleja puesto que incluyen también aportaciones africanas (procedentes de los esclavos negros importados) y europeas (de los españoles). Los datos encajan con análisis culturales que indican la persistencia de patrones de las antiguas culturas en las poblaciones actuales y representan un verdadero triunfo de las modernas técnicas de recuperación de ADN antiguo en áreas tropicales. Y una buena noticia: los taínos no se perdieron por completo.

Estatua de Agüeybaná II, El Bravo, Ponce, Puerto Rico; foto de Tito Caraballo. CC BY-SA 2.0.Agüeybaná II, El Bravofoto de Tito Caraballo

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