Opinión y blogs

Sobre este blog

Otras y enriquecedoras voces los domingos en el blog

Poco después de empezar con el blog, hicimos un llamamiento a los lectores para que nos enviasen sus textos, los cuales, después de una selección y una mínima edición por nuestra parte, serían publicados aquí mismo. Junto con los nuestros.

Como escribíamos entonces:

En este blog escribimos dos personas concretas, dos retrones con sus particularidades (y vicios). Por eso, y como es natural, nuestra perspectiva es limitada: los dos somos hombres, los dos vamos en silla, ninguno de los dos tenemos una discapacidad mental (o aún no hemos sido diagnosticados), los dos vivimos en Zaragoza, etc.

Por ello ---comentábamos---, para evitar el riesgo de la voz única, de la historia parcial... para eso, solicitábamos vuestra ayuda y vuestra colaboración.

Hoy, casi seis meses después, no tenemos más remedio que declarar la iniciativa como un éxito rotundo.

Muchos domingos, hemos contado con una voz distinta de la nuestra, enriquecedora, inteligente y útil, que nos ha ayudado tanto a nosotros como a nuestros lectores a comprender mejor este complejo mundo de la retronez multicolor.

Entre las muchas cosas positivas que tiene escribir aquí, lo mucho que aprendemos es sin duda una de las mejores.

A través de estas “otras voces”, hemos aprendido por ejemplo acerca de la accesibilidad de los trenes en el País Vasco, de los problemas que tienen las personas con depresión para ser reconocidas como retrones de pleno derecho (si es que tal cosa existe), de cómo la prensa puede entorpecer la normalización con declaraciones poco afortunadas, o infantilizando a los retrones (de mil maneras, incluyendo algo tan aparentemente inocente como la banda sonora). Hemos aprendido que, cuando eres retrona, los consejitos habituales de los demás acerca de tu vida, se extralimitan más allá de lo tolerable, hemos charlado acerca de la especial clase de empatía que hace falta para comprender cómo es la vida de un retrón, o acerca de cómo la así llamada Ley de la Dependencia debería promover lo contrario de lo que su nombre popular indica. Hemos comprendido la importancia de un buen diagnóstico, o de un buen escote. Hemos hablado (largamente) acerca de cómo hablamos, de cómo deberíamos hablar y de si esto es importante o no. Hemos denunciado que las grandes empresas tienen poco interés y poca sensibilidad por la problemática retrona, hemos gozado de los cuerpos y del sexo retrón, y nos hemos despedido de la vida con la misma intensidad que la disfrutamos.

Hoy queríamos agradecer de corazón a todos los colaboradores por lo mucho que nos han enseñado, pero no sólo eso. También queremos confesar que tenemos muchas ganas de seguir aprovechándonos de vosotros (en el mejor de los sentidos: en el recíproco). Por ello, permitidnos repetir el llamamiento:

Enviadnos vuestros textos, con análisis, denuncias, trucos, anécdotas, o cualquier reflexión que tenga que ver con la retronez y sus muchos aledaños.

Podéis escribirnos a retronesyhombres [arroba] gmail [punto] com.

Los textos, como cualquier carta al director de un periódico, serán editados por Pablo Echenique o por Raúl Gay. Para facilitar su lectura, es bueno que no escribáis más de 500 palabras, aunque ocasionalmente podemos aceptar artículos más largos si su contenido así lo requiere. Asimismo, os pedimos que seáis todo lo respetuosos que se pueda y que intentéis ser constructivos.

Para acelerar el proceso, es bueno que, junto con el texto, nos enviéis:

  • Una imagen de portada cuyos derechos os pertenezcan, o que tenga una licencia Creative Commons o similar. Si no tenéis ninguna, o no encontráis una adecuada, que eso no os detenga. No es indispensable.
  • El nombre con el que queráis que nos refiramos al autor del texto. Real o pseudónimo.
  • Link a vuestro usuario de twitter o facebook, o a vuestra web o blog.

Muchas gracias de nuevo a los colaboradores pasados, y gracias por adelantado a los futuros. Seguimos hablando y luchando entre todos por que los retrones dejen de ser algún día ciudadanos de segunda.

Poco después de empezar con el blog, hicimos un llamamiento a los lectores para que nos enviasen sus textos, los cuales, después de una selección y una mínima edición por nuestra parte, serían publicados aquí mismo. Junto con los nuestros.

Como escribíamos entonces: