La SE-40 da un inesperado acelerón y se anuncia ahora su conclusión para 2030
Nada por aquí, nada por allí y, de repente, la SE-40 se encuentra con que tiene compromiso formal por parte del Gobierno central de tener presupuesto suficiente para que la segunda ronda de circunvalación de Sevilla esté terminada en 2030. Cuando hace sólo unas semanas se celebró como un avance (no exento de polémica, eso sí) el anuncio de que la carretera cruzará el Guadalquivir con un puente en vez de los túneles que han tenido mucho tiempo paralizado el proyecto, el Ministerio de Transportes se ha descolgado ahora con un cronograma completo que fija en ocho años la entrada en servicio de todo el anillo. E igual que no se quería ni hablar de plazos lo mismo ocurría con los fondos necesarios, que ahora se calculan en 972 millones de euros para concluir las obras.
Cuando el secretario general de Infraestructuras del Ministerio, Xavier Flores, confirmó que su departamento quiere un puente, insistió en la idea de que la SE-40 es una deuda del Gobierno central con Sevilla. Desde luego, tiempo ha pasado para considerarlo así: la ronda se presentó en la segunda mitad de los años 90, con José María Aznar de presidente, aunque los trabajos sobre el terreno no arrancaron hasta 2007, ya con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa. Después llegó la crisis económica que lo ralentizó todo, Mariano Rajoy paralizó los túneles del río y Pedro Sánchez los remató, aunque ahora su Ejecutivo viene con la buena nueva de que la SE-40 estará terminada en 2030, es decir, 23 años después de que empezaran las obras.
Con todo este bagaje a cuestas, la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, se ha reunido con el alcalde hispalense, Antonio Muñoz, para admitir la “importancia de concluir la autovía”, que descargará de tráfico el colapsado primer anillo (la SE-30) y reducirá el tiempo de conexión entre Cádiz y Huelva al no tener que entrar los vehículos en Sevilla. Para ello, el Ministerio ha puesto ahora sobre la mesa un proyecto “con una visión global y viable” con el que asegura (e insiste en que esta vez es de verdad) que ha llegado el momento de la SE-40, una afirmación que no es la primera vez que se hace sobre una ronda que llegó a contar con importantes partidas en los Presupuestos Generales del Estado que nunca se concretaron.
La SE-40 tiene una longitud de algo más de 77 kilómetros, de los que ahora mismo están en servicio 38 kilómetros, lo que indica que el ritmo de construcción va a razón de 2,5 kilómetros al año desde que arrancaron las obras en 2007. Esto se traduce en que se han hecho realidad cinco de los 11 tramos previstos, aunque los Presupuestos del Estado para 2023 ya incluyen 25 millones de euros para retomar los trabajos: dos millones para la fase previa del famoso puente que cruzará el Guadalquivir entre Coria del río y Dos Hermanas y otros 22 millones para los dos tramos que se concluirán antes, el Espartinas-Valencina y el Valencina-Salteras. Quedarían así tres trayectos (Salteras-La Algaba, La Algaba-La Rinconada y La Rinconada entre el acceso norte y la A-4), cada uno de los cuales contará el año que viene con medio millón de euros para actualizar unos estudios constructivos ya obsoletos por el tiempo transcurrido.
¿Y cómo van a ser los plazos? Pues los proyectos de los dos tramos Espartinas (A-49)-Valencina-Salteras (A-66) se aprobarán y licitarán en 2023, la inversión prevista es de 163 millones de euros y la idea es que estén para 2026. A continuación vendría el puente sobre el Guadalquivir –con 3,6 kilómetros de longitud, un dintel de 70,8 metros y un vano de entre 200 y 400 metros–, que puede costar hasta 514 millones de euros en función del modelo que se elija y que estará en servicio en 2028.
El arco norte, para el final
Para el final quedarán los tres tramos del arco norte que, según los proyectos de licitación de 2010, demandaban una inversión de 295 millones de euros que ahora hay que actualizar y ver en cuánto queda. Por cierto, que en el tramo entre La Algaba y La Rinconada hay que volver a cruzar el Guadalquivir, aunque con un puente que tendrá un diseño mucho más modesto porque en este punto no es necesario elevarse por encima de los 70 metros para garantizar la navegabilidad. En estos tres casos, el compromiso es que los proyectos de construcción se iniciarán entre 2023 y 2024 y las obras empezarán entre 2026 y 2027, para así cerrar el anillo en 2030. Este arco norte se abordará acompasado con la conversión en vía urbana de la SE-20, la conocida como carretera Supernorte construida para la Expo que enlaza la A-4 a la altura del aeropuerto con la Cartuja.
El Ministerio de Transportes garantiza que este “ambicioso programa de actuaciones” saldrá adelante, mientras que el Consistorio hispalense ha saludado la noticia como la punta de lanza del “nuevo ciclo inversor que se abre en la ciudad”. Por cierto, que el departamento que dirige Raquel Sánchez ha traído bajo el brazo más buenas nuevas para Sevilla: por un lado, ha acordado con el Ayuntamiento crear una comisión de información de las inversiones en la capital hispalense y, por otro, este miércoles se anunciaba que en días se publicará en el BOE la licitación del estudio para la conexión ferroviaria entre la estación de Santa Justa y el aeropuerto de Sevilla. Se pondrán las bases así para abordar otro déficit histórico en las infraestructuras sevillanas, la única capital europea de su rango en la que no se puede llegar en tren al aeródromo. Aquí habrá discusión política con la Junta de Andalucía, que por su cuenta ha puesto en marcha su propio estudio para lo mismo, pero ese ya será otro cantar.
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