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Los barrios de Pino Montano y San Diego, en la zona norte de Sevilla, van a decir adiós a la recogida neumática de basura al considerar el gobierno local del PP que el sistema ha fracasado, una afirmación que asienta en las continuas averías que se producen y en lo costoso que es su mantenimiento. La decisión no ha hecho especial gracia a parte de los vecinos, que incluso han llevado la cuestión al turno ciudadano del pleno municipal, pero el Ayuntamiento hispalense está más que convencido y sigue para adelante. De hecho, ya ha sacado a licitación por más de 30.000 euros un contrato para decidir cómo se desmonta un sistema que en su momento se vendió con gran boato y que se instaló desde 2001 con una generosa aportación de fondos europeos.
Esta asistencia técnica debe estipular cómo retirar 828 buzones de recogida de basura y 87 tomas de aire, interconectados por 24.000 metros de tuberías bajo tierra. Asimismo, tiene que determinar otros procedimientos para la clausura del sistema: demoliciones de plataformas, cegado de los huecos (valorando la posibilidad de rellenarlos con algún material) o sellado de las arquetas.
Los 30.000 euros son para el análisis técnico que estipule cómo quitar los buzones, una cantidad a la que habrá que añadir posteriormente el coste del desmantelamiento en sí. El Consistorio reitera que estas cantidades quedan más que compensadas con el ahorro económico que se va a producir reimplantando la recogida con camiones, que cifra en 1,8 millones de euros al año: el sistema actual sale por 2,7 millones frente a los 850.000 euros que costará el tradicional.
A todo lo anterior, el gobierno local suma que desde 2010 se han invertido ocho millones adicionales en unas reparaciones que son muy habituales. Esto le lleva también a esgrimir también el dato de que en los últimos dos años se han producido cerca de 1.000 incidencias relacionadas con la recogida neumática.
Pero una cosa son los datos y otra lo que piensan los vecinos. El gobierno local se aferra a una encuesta a 600 residentes en la zona en la que se suspende con rotundidad este modelo de recogida de basura, lo que contrasta con que una treintena de entidades de estos barrios se han unido para demandar que no se desmantele. Desde su punto de vista, lo que hace falta es más inversión y más innovación.
La cuestión llegó al último pleno municipal, en el que intervino vía turno ciudadano Jesús Jiménez Vergara, en representación de una Comunidad General de Propietarios y Residentes de Pino Montano que aglutina a 20.000 de los 50.000 residentes afectados. “No hay consenso entre los vecinos” por mucho que diga el Consistorio, subrayó. Y a su juicio, recuperar los camiones de basura supone un retroceso en la calidad de vida del barrio, ya que acarrea también “menos aparcamientos, más tráfico y más emisiones de CO2, porque aquí parece que nadie se acuerda del medio ambiente”.
El representante vecinal también criticó que se decide liquidar el sistema justo cuando acaba de ser renovado y mejorado, “se quiere quitar ahora que funciona a pleno rendimiento”. Y de paso, expresó sus dudas sobre que pueda eliminarse sin más teniendo en cuenta que su instalación se financió al 80% con fondos europeos, a lo que la delegada de Limpieza, Evelia Rincón, replicó que “a Europa no hay que darle explicaciones” porque ya ha pasado el periodo de vigencia de esta inversión. De hecho, que no se cumpliera todavía este requisito habría sido lo que frenó a anteriores gobiernos socialistas cuando barajaron la opción de fulminar este modelo de recogida, que en 2020 fue retirado del centro de Sevilla esgrimiéndose los mismos argumentos que ahora.
El Ayuntamiento se agarra a la encuesta sobre el terreno y, sobre todo, al ahorro económico, esos 1,8 millones de euros que –asegura– se reinvertirán en el barrio. Por lo pronto, se destinarán 1,5 millones a adquirir 750 nuevos contenedores de los diferentes tipos de residuos y dos camiones de recogida adicionales, además de incrementar el baldeo y barrido de las calles. Una vía pública que se insiste en que estará más limpia, ya que los problemas con la recogida neumática provocan continuos abandonos de basura en el suelo, a razón de 5.000 kilos diarios, lo que supone más de 1,8 millones de kilos al año.
Por cierto, que la eliminación de este sistema en San Diego y Pino Montano no supone su adiós definitivo a Sevilla, ya que en una parte de este último barrio se mantendrán 177 buzones al ser propiedad de las comunidades de vecinos. Estos elementos son más modernos y dan menos problemas que los que están en la calle, y además su instalación se repercutió en el precio de las viviendas. Esto obligará a que la central neumática de esta zona (una de las tres que hay en la ciudad) tenga que seguir parcialmente activa para garantizar el servicio.
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